Crítica de 'Westworld', la monetización del ser humano
Adentrándonos en las entrañas del western de ciencia ficción con la crítica de Westworld s01e01 y s01e02 de Jonathan Nolan y J.J. Abrams
En 1973, el médico y escritor Michael Crichton dio el salto al cine, guionizando y dirigiendo una de las grandes películas de culto que dio el género de ciencia ficción en la década de los setenta. Aprovechando un momento en el que el cine de vaqueros se encontraba en pleno declive y el deciencia ficción en auge, Crichton auno ambos géneros en una descabellada propuesta, en la que presentaba un parque de atracciones en el que el pasado era recreado gracias a los más futuristas avances en animatrónica. Un film adelantado a su tiempo que, con una de las mayores estrellas de los últimos días del western -Yul Brynner-, presagiaba los desmadres de la industria del entretenimiento en el siglo venidero y la alienación derivada de la perdida de la frontera de lo humano.
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Bienvenidos a Westeworld
Rebautizada en España como 'Almas de Metal', 'Westworld' no dejaba de ser un entretenimiento extravagante, pero también una de las primeras películas de ciencia ficción en abordar con cierta seriedad el creciente desarrollo de la robótica, y la responsable de establecer el modelo sobre el que años más tarde se apoyaría el éxito de la saga 'Parque Jurásico'. Un pasado languideciente y el más avanzado futuro colisionaban en un parque temático que permitía a sus usuarios revivir los días del lejano oeste, en lo que terminaría convirtiéndose en un festival del horror cuando los animatrónicos que recreaban a los cowboys se revelaban contra propietarios y visitantes.
Nada que a estas alturas nadie que haya visto el episodios de 'Rascapiquilandia' de 'Los Simpsons' no conozca, pero que sigue ofreciendo un caldo de cultivo único para abordar cuestiones sobre los límites de la identidad humana, qué define nuestros límites morales, a dónde nos lleva el desarrollo tecnológico, nuestra evolución como especie y como de dueños somos realmente de nuestros destinos en un mundo gobernado por un libre comercio levantado sobre nuestros instintos más primarios. Todos estos temas tan fuertemente arraigados a la ciencia ficción y muchos más se desarrollan en esta nueva adaptación a cargo de HBO, que cuenta Jonathan Nolan y su esposa Lisa Joy como showrunners, y la producción de J.J. Abrams.
La creación del hombre artificial
Con los mejores medios que la televisión americana puede ofrecer, los primeros episodios de 'Westworld' dibujan un comple tapiz a través de varios frentes, narrado a través de la perspectiva de desarrolladores, responsables de seguridad, visitantes y los propios humanos artificiales que dan vida al parque sin ser conscientes de que son reales. Así encontramos a Anthony Hopkins como una suerte de cruce entre Walt Disney y Steve Jobs, Sidse Babett Knudsen ('The Duke of Burgundy') como jefa de operaciones del parque temático, a Jeffrey Wright ('Casino Royale', 'Código Fuente') y Shannon Woodward como responsables de programar a los replicantes que pueblan el parque, o Simon Quarterman como encargado de narración encargado de crear las diferentes aventuras que los visitantes pueden vivir en Westworld.
La seducción del creador y su obra
Ellos son los que controlan el parque entre bambalinas, y los que manejan poderes sobre la vida y la muerte que se mueven entre lo humano y lo divino, sin que los que viven dentro de Westworld sean conscientes de como controlan sus vidas. Con sus propias tramas, complots y secretos afectando al día a día de un entorno constantemente tratando de mantener una falsa sensación de orden al borde del colapso, ser conscientes de la falsedad del mundo que ellos mismos han creado enfrenta a estos personajes con conflictos que van desde la megalomanía de jugar con poderes propios de dioses hasta la melancolía de aquel que siente haber llegado al tope de sus días como creador.
El infierno está vació, y los demonios están entre nosotros
Su situación es muy diferente a los que viven Westworld al margen de sus bamabilas, donde se juega con la idea de no tener del todo claro quienes son personas reales que han llegado al parque con la intención de dar rienda suelta a sus propias fantasías, y quienes sintéticos que ni siquieran son conscientes de su naturaleza artificial. La tragedia de estos últimos, cuyo único objetivo es servir de entretenimiento a los visitantes llegados del mundo real -incluso en lo que respecta a sus deseos sexuales y psicóticos más enfermos- es uno de los puntos fuertes de la serie, destacando en trabajo interpretativo de interpretes como Evan Rachel Wood ('El Luchador'), Thandie Newton ('Misión Imposible 2') u otros que combien no desvelar. Su habilidad para interpretar a los artificiales en sus diferentes fases cognitivas, desde los momentos en los que creen ser personas reales hasta la frialdad mecánica de los momentos en los que están siendo intervenidos por los operarios es difícil no plantearse tanto el grado de humanidad de estos replicantes como hasta que grados somos dueños de nosotros mismos de nuestros propios actos.
El diablo en persona
Si añadimos en la ecuación tanto personajes intrigantes como el misterioso cowboy al que da vida Ed Harris -y que no esta claro si es sintético o real, ni cual es el objetivo de los planes que está fraguando a lo largo del parque- tanto como un malestar sinuoso e imparable que se extiende entre los replicantes, la serie 'Westworld' hace gala de las mejores virtudes de HBO, como una seria candidata a tomar a ser la sucesora de 'Juego de Tronos'.
Naturaleza muerta
Imprescindible para cualquiera que disfrutase de grandets hits de la ciencia ficción de ayer y hoy como 'Blade Runner', 'Gattaca', 'Parque Jurásico', 'Inteligencia Artificial', 'Matrix', 'Inception' o la televisiva 'Battlestar Galactica', 'Westworld' es una absorbente combinación de western y utopía robótica futurista, realizada de forma mordaz y con suma elegancia, abordando nuestros sueños más inspiradores y fantasías más depravadas con un finísimo y demoledor humor negro. Todo un complejo puzzle para los amantes del lado más cerebral del género, y que sin duda promete ser uno de los grandes hits de la temporada.