10 maneras en que Attack On Titan cambió a Armin para peor

Attack On Titan, de Hajime Isayama, es un mundo bello y cruel, que atrae el interés de los espectadores y les hace volver a por más, incluso cuando las cosas cambian continuamente a peor. Personajes como Sasha, que comienzan como un alivio cómico desenfadado, se ven expuestos con el tiempo a las duras e implacables realidades del mundo, al igual que sus compañeros. Otros, como Marco, tienen un corazón increíblemente bondadoso, pero no son capaces de guardarse lo suficiente para no meterse en problemas y saber en quién confiar.

Luego hay personajes como Armin que suponen un caso especial, debido a que tienen la determinación y la rapidez de pensamiento necesarias para sobrevivir en un mundo tan oscuro, pero su corazón también es demasiado puro para hacerlo sin sufrir graves cicatrices emocionales. En el proceso de sobrevivir en el cruel mundo de Attack On Titan, Armin ha sufrido todo tipo de cambios, y no todos han sido para bien.

El poder de los Titanes se otorga a candidatos jóvenes y prometedores para manipularlos y, esencialmente, convertirlos en armas humanas. En otros casos, sin embargo, se puede administrar una inyección de Titán a alguien para salvarle la vida en situaciones en las que, de otro modo, no lo habría conseguido.

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10 veces que Armin fue el mejor personaje de Attack On Titan

Esto es exactamente lo que le ocurre a Armin después de que presumiblemente renuncie a su vida para dar tiempo a los demás a someter a Bertolt mientras está en su forma de Titán Coloso. Queda increíblemente débil, pero todavía hay débiles signos de vida, y Levi toma la decisión de inyectar a Armin en lugar del también elegible Erwin para salvarlo, a pesar de saber que también lo convierte en uno de los enemigos de la humanidad.

Armin siempre ha tenido el complejo de ser demasiado débil y de no tener nada que ofrecer en comparación con los que le rodean. Esto se debe a su infancia, cuando a menudo era el blanco de los matones locales. Esta autocrítica no hace más que aumentar cuando entra en el ejército y empieza a tener que comparar directamente sus proezas físicas y mentales con las de sus compañeros.

Es cierto que Armin gana algo de confianza en sí mismo a medida que su mente analítica sale a la luz, y es capaz de contribuir de forma única. Sin embargo, Armin aún no ha superado del todo la imagen negativa que tenía de sí mismo en el pasado, como demuestra el hecho de que se ofrezca de buen grado a actuar como señuelo o sacrificio si la situación lo requiere.

A pesar de lo oscura e implacable que es la naturaleza del universo de Attack On Titan, todavía hay quienes deciden seguir siendo optimistas. Ya sea por creer en sus propias habilidades, por el deseo de conocer la verdad del mundo exterior o simplemente por creer en el futuro de la humanidad, hay innumerables razones que impulsan a los personajes a seguir adelante a pesar de las dificultades a las que están expuestos.

Aun así, vivir en un mundo tan cruel inculca ciertas creencias en el interior de las personas, independientemente de lo esperanzadoras que sean al principio. En el caso de Armin, ha llegado a creer que para tener una oportunidad contra monstruos como los Titanes, uno debe estar dispuesto a tirar todo para sobrevivir, incluso su propia humanidad.

Que alguien sepa que el mundo es cruel e insensible no significa que sea fácil sobrevivir en esas condiciones. Esto es especialmente cierto en el caso de personajes como Armin, que es muy inteligente y comprende el mérito de la toma de decisiones lógicas, pero sigue sintiendo las cosas con increíble intensidad.

Armin siente una gran admiración por líderes como Erwin y Pixis, que son capaces de tomar decisiones difíciles sin importar la opinión de los demás. Al ser una persona más emocional, aunque Armin tiene que tomar decisiones similares a lo largo de Attack On Titan, son increíblemente difíciles para él.

Armin comienza siendo una persona increíblemente tímida, a la que los que le rodean suelen molestar. E incluso cuando recibe un severo acoso físico, lo único que hace es aceptarlo sin retroceder ni huir. Ni siquiera intenta defenderse de sus agresores.

Esto cambia en el transcurso de Ataque a los Titanes. Armin se ve obligado a enfrentarse a la dura realidad de que, en un mundo como éste, matar a uno para salvar a otro suele ser un sacrificio justo. Armin se ve obligado a matar a otro humano para salvar la vida de Jean y, aunque es consciente de que no tenía otra opción, queda increíblemente conmocionado después.

Aunque en un principio Armin sólo quita la vida a otro humano para salvar a uno de sus compañeros, no puede protegerse de la realidad de tener que dañar también a civiles inocentes. Armin recibe una inyección de Titán sin otra razón que la de salvar su vida, por lo que las intenciones que hay detrás son puras.

Sin embargo, eso no cambia el hecho de que cada vez que Armin se transforma en el Titán Colosal, se pierden muchas vidas, tanto de soldados como de civiles de Marley. Aunque Armin comprende que no había otra forma de salvar su vida, sale de su forma de Titán llorando.

A pesar de ser una persona muy empática, hay veces que los planes que Armin urde son cuestionables desde el punto de vista moral. Sorprendentemente, tanto Eren como Mikasa parecen no inmutarse por esta habilidad, ya que son los dos que le conocen desde hace más tiempo.

La naturaleza sensible y el corazón blando de Armin a menudo entran en conflicto con su comprensión analítica de la fría naturaleza del universo de Attack On Titan. Por ejemplo, mientras que líderes como Jean suelen intentar priorizar el bienestar de todos, Armin es más propenso a sugerir que se le utilice como sacrificio para permitir que otros vivan. Todo ello a pesar de lo perjudicial que sería para la humanidad perder una mente tan brillante.

Antes de la caída de Shiganshina, muchos se dedicaban a su vida cotidiana como si no hubiera amenazas sustanciales fuera de las murallas. Esta actitud está especialmente presente en muchos miembros de la Policía Militar, incluido Hannes, que se contentan con beber y holgazanear en lugar de asegurarse de estar preparados para el desastre.

Y después de 100 años ininterrumpidos de paz, es difícil culparles. Incluso siendo un niño, el estado de los Muros y su posible colapso inminente es algo que pesa mucho en la mente de Armin, lo que probablemente nunca le permita relajarse y simplemente vivir como debería un niño.

Desde que Armin era un niño, ha sufrido un complejo de inferioridad por el que no se ve a sí mismo con el mismo valor que sus amigos. Esto se ve reforzado por los matones que le rodean, así como por la forma en que se les compara después de que todos entren en el ejército.

Con el tiempo, este complejo de inferioridad se transforma en uno mucho más oscuro. Armin adopta la creencia de que estaría bien si muriera, y que preferiría ese destino a estar vivo y seguir siendo una carga para los demás. Esto es incluso una respuesta a Eren, su mejor amigo, que le dice que se centre en sus puntos fuertes no combativos y que no haga nada imprudente.

Armin y sus compañeros de escuadrón son enviados a ayudar a defender Trost del ataque de los Titanes inmediatamente después de completar su entrenamiento. Armin se congela y casi es tragado por un titán, pero se salva gracias al sacrificio de Eren, que se intercambia con él.

Aunque más tarde se le revela a Armin que Eren es en realidad un cambia-titanes, lo que le permite sobrevivir al encuentro, pasa una buena parte del tiempo creyendo que es personalmente responsable de la muerte de su mejor amigo. Es una carga demasiado pesada para casi todo el mundo, especialmente para alguien tan sensible emocionalmente y con sentimientos de culpa como Armin.