10 maneras en que One Piece abraza los clichés shonen

Su popularidad e influencia han hecho de One Piece un rey indiscutible del género shonen, y siempre ha sido alabado por su creatividad sin límites. Eiichiro Oda nunca temió romper las convenciones del shonen, atreviéndose a incorporar atrevidos diseños de personajes, temas políticos maduros y héroes moralmente ambiguos en lo que la mayoría veía como una desenfadada aventura de piratas.

Sin embargo, a pesar de todas las formas en que One Piece ha ampliado los límites de la narrativa shonen, sigue siendo fiel a los tropos clásicos que han hecho que el género sea tan apreciado en todo el mundo. Los infames clichés shonen que se consideran la perdición del género están presentes en One Piece tanto en su gloria establecida como en su tediosa redundancia. La icónica serie adopta lo bueno y lo malo de las convenciones del género, sin perder su individualidad y su carácter distintivo.

En el anime shonen, el fanservice se considera a menudo un truco de marketing barato que oculta la falta de sustancia de la serie. Y aunque One Piece no se basa en explotar la deseabilidad de sus personajes femeninos para mantener entretenidos a los espectadores, sigue adoleciendo de una abundancia innecesaria de fanservice. La mayoría de los personajes femeninos de One Piece , incluidas las protagonistas destacadas como Nami y Robin, tienen un físico inalcanzable que acentúa abiertamente su seducción.

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Sin embargo, a diferencia de otros títulos shonen, One Piece nunca reduce a sus heroínas a un caramelo sin cerebro. A pesar de sus curvas poco realistas y sus atuendos absurdamente reveladores, las mujeres de One Piece siguensiendo personajes convincentes y autosuficientes, al mismo nivel que sus homólogos masculinos.

La mayoría de las series shonen de larga duración llegan inevitablemente a un punto en la narración en el que es necesario saltar en el tiempo para hacer avanzar la trama y dar tiempo al mundo para desarrollar nuevos retos. Madurados y fortalecidos durante el tiempo que pasan alejados del público, los héroes shonen siempre regresan de sus saltos temporales listos para enfrentarse a nuevos y desalentadores obstáculos.

One Piece sufrió un salto temporal de dos años en el ecuador de su historia, que preparó a los Sombrero de Paja para adentrarse en las peligrosas aguas del Nuevo Mundo. El salto temporal dividió la narración en dos, y los acontecimientos que siguieron fueron mucho más maduros y emocionantes que los de la Saga de los Super Novatos.

La mayoría de los grandes del shonen, desde Naruto hasta Chainsaw Man, Denji, empiezan siendo unos don nadie a los que el mundo rechaza. Lo mismo le ocurre a Monkey D. Luffy, un chico de mente simple pero infinitamente decidido de la aldea Foosha que sueña con convertirse en el Rey de los Piratas.

Aunque Luffy siempre tuvo algunos lazos influyentes, ya que su padre era el líder del Ejército Revolucionario y su abuelo ostentaba un alto estatus dentro de la Infantería de Marina, estas conexiones no le abrieron ninguna oportunidad en el mundo pirata. Luffy tuvo que labrarse su fama de pirata notorio por sí mismo, partiendo de los irrelevantes mares del East Blue y navegando hasta lo más alto del Nuevo Mundo.

La muerte no asusta a la mayoría de los héroes shonen, por muy peligrosas que sean sus circunstancias. La mayoría de ellos salen airosos incluso de los peligros más salvajes, que sin duda matarían a una persona normal, gracias a la armadura argumental, un recurso narrativo que protege a los héroes relevantes de las probabilidades más improbables. El shonen, dirigido a los jóvenes, evita a menudo que la muerte forme parte de su narrativa, y One Piece no es diferente.

Mientras que algunos personajes notables, como Barba Blanca y As, sacrificaron sus vidas durante conflictos cruciales, otros escaparon de una muerte inevitable con mucha más frecuencia. El blindaje de la trama no sólo protege a los Sombrero de Paja, sino que se extiende a personajes secundarios como Pell el Halcón, cuya improbable supervivencia en una misión mortal parecía risiblemente poco realista.

En el shonen, el poder de la amistad forja constantemente lazos entre las alianzas más improbables, convirtiendo a los némesis de ayer en los compañeros de hoy. El giro del villano es un cliché muy querido en la narrativa shonen que muchas series adoptan, pero ninguna con tanto gusto como One Piece. La sorprendente capacidad de Luffy para seducir a la gente le valió innumerables alianzas inesperadas.

La mayoría de los Sombrero de Paja empezaron como antagonistas o aliados muy reacios, entre ellos Nami, Robin y Franky. Sin embargo, Luffy consiguió ganárselos y ganarse el respeto de enemigos mucho más amenazadores, como Bon Clay de Baroque Works, Duval, Bellamy e incluso Cocodrilo.

Las peleas shonen son mucho más que un simple y rápido intercambio de golpes. Los enfrentamientos shonen son intrincados, prolongados y tensos, y pueden durar muchos capítulos. Aunque no tan excesivas como las batallas de Dragon Ball y Naruto, las peleas en One Piece pueden prolongarse mucho más de lo convencionalmente necesario.

Algunos de los encuentros de Luffy son victorias fáciles y rápidas. Sin embargo, muchas luchas abarcan capítulos de dos dígitos, como la pelea de 33 capítulos con Donquixote Doflamingo. La batalla más larga de la historia de One Piece fue el emocionante enfrentamiento contra Kaido y Big Mom al final del arco del País de Wano, que duró 64 capítulos.

Un elemento desafortunado del reparto de cualquier anime shonen es el personaje masculino pervertido cuyos avances hacia las mujeres nunca son graciosos y siempre son espeluznantes. One Piece se esfuerza al máximo por ejecutar este tropo con buen gusto. Sin embargo, el empeño de la serie por explotar la lujuria de algunos de sus personajes en busca de gags dejó a muchos disgustados y decepcionados con unos héroes que, de otro modo, serían increíbles.

Sanji es el pervertido más famoso entre las filas de los Sombrero de Paja, jadeando tras cada mujer atractiva que encuentra. Sin embargo, no es el único que da problemas a Nami y Robin, ya que Brook también es culpable de pedir constantemente a las chicas que le enseñen las bragas.

Desde el furioso grito de Kamehameha de Goku hasta las diversas formas de Respiración de Agua de Tanjiro, los nombres de los ataques especiales siempre han sido una peculiaridad ridícula pero muy querida del anime shonen. One Piece, una serie que abraza abiertamente su campechanía, no se corta a la hora de hacer que sus héroes griten las cosas más absurdas antes de lanzar su movimiento final.

Luffy dispone de una serie de ataques especiales y formas con nombres divertidísimos que aprovechan su cuerpo de goma, desde la clásica Gomu Gomu no Pistol hasta la superfuerte Gomu Gomu no Bajrang Gun del Gear 5. Sin embargo, cada Sombrero de Paja tiene un montón de movimientos únicos, todos con el nombre de algo que el personaje en particular aprecia o en lo que se especializa.

Cuando una situación se vuelve especialmente desesperada, es habitual que un héroe shonen desbloquee de repente un nuevo poder o técnica que le otorga una ventaja instantánea. One Piece es culpable de recurrir a este viejo tropo con relativa frecuencia, ya que la mayoría de las mejoras de Luffy se producen en medio de una batalla perdida.

Como alguien que casi siempre se enfrenta a enemigos cada vez más fuertes de forma consecutiva, Luffy no tiene mucho tiempo para un entrenamiento gradual, sino que sus poderes aumentan en ráfagas repentinas. El aumento de poder más absurdo hasta la fecha se produjo durante la batalla de Luffy contra Kaido, cuando, tras una derrota justa, desbloquea el Gear 5 en un momento de desesperación.

Aunque no hay forma más eficaz de hacer que un personaje resulte simpático que arrojando algo de luz sobre su trágico pasado, a estas alturas, una historia desgarradora se ha convertido en un cliché básico para todos los héroes shonen. One Piece sobresale en el uso de este tropo no sólo para hacer que los fans se compadezcan de sus personajes, sino para humanizarlos de maneras inesperadamente profundas.

Desde los años de agitación que Robin sufrió tras la destrucción de Ohara hasta el odio terriblemente comprensible que Doflamingo sentía hacia las personas que lincharon a su familia, cada personaje de One Piece está moldeado por las tragedias de su pasado y los matices que definieron sus viajes de curación.