10 personajes de shojo que arruinaron su simpatía

Desde protagonistas testarudos, pasando por frenéticos, hasta villanos de pura cepa, el anime shojo está lleno de personajes que el público adora odiar. Algunos tienen poca fama o incluso son muy queridos, y sus tendencias frustrantes los convierten en objeto de burla y ligera controversia.

Otros se consideran desagradables por sus cuestionables motivos y acciones. Otros más son despreciados por su crueldad, toxicidad y, en algunos casos, crímenes contra la humanidad. En definitiva, el género shojo ofrece a los aficionados un abanico de protagonistas, antagonistas y personajes secundarios que nos mantienen al borde del asiento... aunque sea para gritar al televisor.

Ser la cabeza de la familia Sohma conlleva su propio conjunto de dificultades y traumas, pero Akito desvía todo esto y más hacia los demás miembros de la familia Sohma. Creció mimada y maltratada emocionalmente, lo que le llevó a tener muchos arrebatos de ira. Su tumultuosa relación con su celosa madre, Ren, su delirante padre, Akira, y Shigure causa dolor no sólo a toda la familia Sohma, sino también a Tohru Honda. Finalmente, Akito es capaz de crecer y aprender de sus errores, pero no antes de enfurecer a los fans de Fruits Basket de todo el mundo.

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Por otro lado, Shigure Sohma, que al principio ayuda a Tohru Honda permitiéndole quedarse con él, Kyo y Yuki, resulta no ser el alma benévola que los fans ven al principio de Fruits Basket. Por el contrario, podría considerarse incluso uno de los villanos. No sólo manipula a Tohru y a los demás miembros de la familia Sohma, sino que también tiene una relación extremadamente tóxica con Akito. Incluso se ha acostado con la madre de Akito, un hecho que ha provocado muchos males en la familia Sohma.

Yuki Cross y el vampiro Kaname Kuran están enamorados el uno del otro a lo largo de la franquicia Vampire Knight. Yuki está en deuda con Kaname, que la salvó de un ataque de vampiros cuando era joven. Con el tiempo, su relación se vuelve romántica. Sin embargo, cuando Yuki descubre que también es un vampiro, también se entera de que ella y Kaname son hermanos.

Este detalle por sí solo es suficiente para alejar a los fans de la serie. Además, Yuki también se preocupa profundamente por Zero, un vampiro y cazador de vampiros, lo que haría un partido mucho menos desconcertante.

Lo que se supone que es una historia romántica que cae en el tropo de enemigos-amantes se siente más como una paliza, ya que Kyoya pasa gran parte del anime insultando y degradando a la protagonista, Erika. La historia sigue la relación fingida de Erika y Kyoya después de que Erika le pida que haga el papel de su novio. Desgraciadamente, mucho de lo que Kyoya pide a cambio se pasa de la raya. Aunque los dos crecen juntos a lo largo de la serie, para algunos espectadores es difícil superar los abusos iniciales de Kyoya.

Algunos dirían que Sae nunca tuvo la oportunidad de ser simpática. Es la antagonista de piel clara en Peach Girl, y trata constantemente de arruinar cualquier posibilidad de felicidad de la protagonista, Momo Adachi. Al principio, Sae es una de las amigas de Momo, pero tras los constantes rumores y la manipulación, se convierte rápidamente en una villana. Aunque empieza a cambiar de actitud hacia el final de la historia, a los fans les resulta difícil superar su carácter mezquino, y con razón.

Aunque Tamaki Suoh es muy querido por su excéntrica personalidad y sus extravagantes payasadas, su despiste a la hora de entender lo que piensa y siente Haruhi hace que a veces los fans se sientan molestos con el personaje.

Ya sean cosas pequeñas, como su incapacidad para comprender y aceptar el café instantáneo, o cosas más grandes, como sus frecuentes insultos, Tamaki puede ser denso hasta el punto de resultar ofensivo. Para empeorar las cosas, con su cabeza constantemente en las nubes, lleva a los personajes a situaciones frustrantes, por decir lo menos.

La condena de Sunako a las ideas modernas de belleza es bienintencionada, pero después de mudarse con cuatro hombres guapos gracias a su entrometida tía, sus nociones se ven cuestionadas. Los cuatro hombres intentan convertirla en una dama, según los deseos de su tía, pero Sunako no valora sus definiciones de belleza y prefiere darse un atracón de películas de terror. Sin embargo, la tozudez de Sunako puede llegar a entorpecer el ritmo de la serie, lo que puede frustrar a los fans que sólo quieren verla crecer y encontrar el amor. Sin embargo, el romance pasa a un segundo plano en esta historia, así que tiene sentido.

Cuando Kahoko Hino conoce a un hada llamada Lili y obtiene el don de la música a través de los poderes de un violín mágico, Kahoko se ve envuelta en un mundo de música clásica y romance. Se presenta a un concurso de música y practica con ahínco, conociendo a compañeros guapos y amables por el camino. Por desgracia, Len Tsukimori no está muy contento. Es increíblemente frío y, como compañero violinista, a veces es duro con ella. Al final, se enamoran, pero el trato de Len hacia Kahoko parece más grosero que romántico.

El príncipe inmaduro y malcriado de Tanbarun, Raji Shenazard, es una vergüenza para el linaje real, pero a lo largo de la serie, su comportamiento empieza a cambiar. Comienza la serie como un hombre con derechos y egocéntrico. Incluso decide secuestrar a la protagonista, Shirayuki, sólo porque le interesa su pelo rojo. Después de hacerse amigo de Shirayuki, los fans pueden ver el crecimiento del carácter de Raji. Sin embargo, sus intentos de poseer a Shirayuki en las primeras partes de la historia, y sus planes de envenenarla, dificultan que los fans vean más allá de las fechorías el potencial de Raji.

Takumi es amado por muchos fans. Es encantador, bueno en casi todo y se preocupa de verdad por la protagonista de la serie, Misaki. Por desgracia, nadie es perfecto, e incluso Takumi Usui no está por encima de las críticas de los fans.

A pesar de todos los pros de este personaje, Takumi es definitivamente culpable de acosar a Misaki en más de un par de ocasiones. A lo largo de la serie, Misaki lo encuentra constantemente rondando por su lugar de trabajo, y a menudo está allí sólo para burlarse, molestar o incomodar. Por mucho que a algunos espectadores les guste, en realidad se trata de un comportamiento de bandera roja.