10 tropos recurrentes en las obras de Junji Ito

Una de las razones por las que Junji Ito es aclamado por su trabajo en el ámbito del terror es que se las arregla para encontrar nuevas formas de perturbar a sus lectores. Encuentra formas innovadoras de tomar algo ordinario como espirales, marionetas o muebles, y encontrar la manera de hacerlos aterradores.

Sea como fuere, incluso Ito es propenso a reutilizar tropos de vez en cuando. Los tropos no tienen nada de malo en sí mismos, siempre que no se utilicen en exceso y sirvan casi de firma para que los aficionados los reconozcan. Aun así, es difícil ignorar estos diez tropos recurrentes.

El amor es una fuerza poderosa que puede llevar a las personas a hacer todo lo posible para que sus sentimientos sean correspondidos. Junji Ito suele utilizarlo como motivación para sus desquiciados personajes, como el acosador de la silla de "La silla humana", Kazuya Tani de "Bloodsucking Darkness" o Naoya Goda de Hellstar Remina.

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Los hombres no son los únicos que sucumben a esta obsesión. Las mujeres también han sido víctimas de este tipo de locura, como la señorita Hayama de "How Love Came To Professor Kirida" o los admiradores de Intersection Bishounen de "Lovesick Dead", pero la mayoría de las veces son hombres. Muestra lo tóxicas que pueden llegar a ser algunas relaciones y lo que el amor puede llevar a la gente a hacer.

Junji Ito tiene un don a la hora de inventar entidades monstruosas únicas que pueden rivalizar con las creaciones de H.P. Lovecraft. Desde la Espiral, Remina (el planeta, no la chica), los Globos Colgantes o la señorita Fuchi. Causan una clara impresión en la mente de los lectores a pesar de saber poco sobre lo que son.

Ito rara vez revela qué son estas criaturas, de dónde vienen o por qué actúan como lo hacen. Al hacerlo, añade una capa extra de misterio a estos monstruos y deja que sus acciones los definan. Además, no es realista esperar que los personajes encuentren por casualidad algo que lo explique todo sobre la entidad a la que se enfrentan.

Uno de los peores destinos que puede tener un personaje en las historias de Junji Ito es acabar atrapado e inmovilizado. Algunas historias cuentan con personajes que renuncian a su albedrío, como el acosador de "La silla humana", las personas atrapadas en sus agujeros en "El enigma de la falla de Amigara", o Yukihiko y su familia en "La mansión de las marionetas".

Otros no tienen opción, como las innumerables personas amontonadas en máquinas de caminar en Gyo, los aldeanos momificados en "Arbustos de burbujas de sangre", o la señora Sonobe en "Estatua de bronce". Cualquiera que los lea sentirá claustrofobia al pensar en estos personajes despojados de movilidad. Incapaces de escapar o de buscar la dulce liberación de la muerte.

Hay algo en las personas racionales que se convierten en una mentalidad de mafia que es totalmente escalofriante. No hay más que ver lo rápido que la gente está dispuesta a recurrir a sacrificios humanos para salvarse, como en Hellstar Remina o en "Dying Young".

O cómo la gente de "La ciudad sin calles" castiga a la pareja que intenta conseguir algo de intimidad o la gente de "La ciudad de los mapas" persigue a la pareja que se llevó el tesoro. Tal vez tenga que ver con que la humanidad se deshace fácilmente de la lógica y la razón y descarga toda su ira en unos pocos elegidos. Podría decirse que se ha convertido en algo más monstruoso que cualquier fantasma o monstruo real.

No se puede culpar a nadie por temer a la muerte, pero algunas personas van demasiado lejos en sus intentos de evitar lo inevitable. Como se mencionó anteriormente con Hellstar Remina y "Dying Young", la gente está dispuesta a confabularse con otros y matar si eso garantiza su vida.

Luego está "El largo sueño", donde el doctor cree que inducir a los pacientes a sueños eternos les liberará de su miedo a la muerte. Luego está "La espada del reanimador", que revela que la familia de Keiji ha confiado en un reanimador para resucitarlos. Esto demuestra lo desesperada que puede llegar a estar la gente cuando se enfrenta a su mortalidad.

Una cosa es que un ente sobrenatural aparezca de la nada, pero ¿qué pasa con alguien que empezó siendo humano y que cambia de repente? Uzumakijustifica las extrañas transformaciones debido a la Espiral, pero historias como "El Drenaje Gemido" no explican cómo alguien como Kari puede contorsionar su cuerpo en un tubo de drenaje y sobrevivir.

Tampoco se ha establecido la causa de que a Yuuko de "Slug Girl" le crezca una babosa como lengua o de que el pelo de Chiemi en "The Long Hair in the Attic" cobre vida. Estos momentos dejan a los lectores rascándose la cabeza, pero no arruinan necesariamente la historia. En todo caso, demuestran que la gente corriente puede convertirse en monstruos.

Como si los personajes de Junji Ito no tuvieran bastante con los maníacos y los monstruos, están plagados de padres terribles. Están los padres egocéntricos que no se preocupan en absoluto por sus hijos como en "Greased", "Heart of a Father" y "The Groaning Drain".

Luego están los adultos que se preocupan hasta el punto de la obsesión como en "Venus en el punto ciego", "Capas de miedo" y "Horror de color carne". Se podría pensar que hay un término medio, pero incluso esos padres tienen problemas, como en "La ciudad sin caminos". Es suficiente para que los lectores se alegren de que sus padres no sean tan malos.

No hace falta decir que la adicción puede ser extremadamente dañina, pero Junji Ito lo explora a menudo en sus historias. "Smashed" y "Used Record" muestran que los adictos están dispuestos a perjudicarse a sí mismos y a los que les rodean para conseguir su dosis. "El camión de los helados" hiperboliza el daño que ciertas adicciones pueden causar a los cuerpos, especialmente a una edad temprana.

"Los arbustos de la burbuja de sangre" puede verse incluso como un comentario sobre cómo las sustancias adictivas pueden distorsionar y arruinar a las comunidades. Aunque no es tan aterrador como las abominaciones eldritch, Ito muestra que la adicción puede ser igual de mortal.

La mayoría de los lectores están tan absortos en cómo cambian y progresan los personajes de una historia que rara vez se dan cuenta de que los lugares también evolucionan. Uzumaki es uno de los contendientes obvios, ya que muestra el paisaje y los edificios formando una única espiral. También está la aldea de "La enfermedad de la arena blanca", que tiene vasos sanguíneos bajo el suelo que se alimentan de la sangre de los aldeanos.

Lo mismo ocurre con "La ciudad sin calles", donde la ciudad está amurallada y refleja las tendencias voyeuristas de la gente. Esto da personalidad a los lugares y los hace tan memorables como los personajes que los habitan.

Es fácil descartar las obras de Junji Ito como nada más que combustible para pesadillas, pero algunas de sus historias sirven como alegoría. Gyo se centra en peces zombificados sobre máquinas andantes, pero también es una alegoría sobre las armas de destrucción masiva creadas durante la Segunda Guerra Mundial. "El enigma de la falla de Amigara" y su trama sobre agujeros personalizados también critica el consumismo de la sociedad moderna y cómo las empresas prometen a la gente productos "hechos para ellos".

Incluso Hellstar Remina utiliza el estatus de celebridad de Remina para reflexionar sobre la cultura de los ídolos y cómo se endiosan las chicas. Una vez que la gente se da cuenta de lo que realmente son las historias, es imposible no volver a mirarlas de la misma manera.