13 improvisaciones en películas que pasaron a la historia

LO ESPONTÁNEO ES LO MEJOR

13 improvisaciones en películas que pasaron a la historia

Está claro que un guión de hierro es uno de los métodos infalibles para que una película salga redonda. También la capacidad técnica del director de fotografía, la maestría de la puesta en escena de un gran director o el trabajo de los intérpretes. Pero también, a veces, una buena idea sobre la marcha, una improvisación, puede hacer mucho por una película. Como estas 13 improvisaciones en rodajes que pasaron a la historia.

Taxi Driver

¿Estás hablando conmigo? En el guión original solamente figura “Travis se mira en el espejo”. El bueno de Robert De Niro puso más de un granito de arena, puso una playa entera. Este diálogo consigo mismo es historia eterna del cine.

El Resplandor (The Shining)

Entre las torturas psicológicas a las que Kubrick sometía a sus actores, el mal rollo dominante en la película y las localizaciones, todo el mundo sabe que no fue un rodaje ameno. Eso sí, la improvisación de Jack Nicholson se quedó a vivir para siempre en nuestros cerebros.

Django Desencadenado (Django Unchained)

Ok, no es el mejor trabajo de su director, pero tenía un villano estupendo al que le hervía la sangre. Quizás por eso mismo, Quentin Tarantino y Leonardo DiCaprio siguieron adelante con la toma en la que el actor se corta de verdad con un cristal.

Virgen a los 40 (The 40 Year Old Virgin)

La mejor película de Judd Apatow como director (con permiso de Funny People) incluía esta disparatada y muy dolorosa secuencia de depilación donde todos los implicados se parten de la risa. Bueno, Steve Carell no.

Dos tontos muy tontos (Dumb & Dumber)

Según los propios hermanos Farrelly, el 15% de la película fue pura improvisación del reparto. Una de las más recordadas fue la de los ruidos más insoportables del mundo en la furgoneta.

La boda de mi mejor amiga (Bridesmaids)

El director de fotografía confesaba en una entrevista que la escena surgió durante el rodaje y que no podían dejarla pasar.

Blade Runner

¿Sabes ese conmovedor monólogo que forma parte del cine, de la ciencia ficción y de la humanidad? Pues su autor fue Rutger Hauer. Lo hizo a base de reescribir… e improvisar.

Cowboy de medianoche (Midnight Cowboy)

El clásico de John Schlesinger puso a dos talentos como Dustin Hoffman y Jon Voight a pasear por calles reales, con tráfico real y gente real. El momento del protagonista golpeando y abroncando a un taxi es tan real como el que te puedes encontrar al salir de casa.

Tiburón (Jaws)

Cuando el inolvidable jefe Brody observa las características del escualo en una de las secuencias más espeluznantes de todos los tiempos, se marca una improvisación a la altura del bicho: “Necesitará otro barco más grande”

En busca del arca perdida (Raiders of the lost ark)

En el guión original estaba escrito: pelea entre espada y látigo” El especialista (el enemigo) había entrenado durante semanas, pero el pobre Ford se intoxicó con una comida en mal estado y no estaba para gilipolleces. Así que la cosa quedó así: inmejorable.

Un mundo de fantasía (Willy Wonka & the Chocolate Factory)

El genial Gene Wilder aceptó el papel de Wonka a cambio de tener total libertad en la primera aparición del personaje. Todos salieron ganando.

Zombies Party (Shaun of the dead)

Una de las obras maestras de Edgar Wright incluía una triste (no) secuencia entre dos amigos en un bar. A uno le ha dejado su novia y el otro intenta animar la situación. Pues Nick Frost improvisó, así que las risas de Simon Pegg son auténticas. Como las nuestras.

El Padrino (The Godfather)

El gato que acaricia Vito Corleone no aparece en el guión. Ahora bien, hay teorías sobre su participación. Por un lado hay quien mantiene que Coppola lo puso antes de empezar a rodar y otros aseguran que Brando lo vio, lo agarró y se lo plantó a su personaje. Pobre gatito fuera lo que fuera el que le puso ahí, aunque muy preocupado no se le ve.

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