5 ocasiones en la que los aficionados quemaron comics Marvel
Cuando el fuego acaba con los superhéroes, ¿qué 5 ocasiones en la que los aficionados quemaron comics Marvel dejaron claro que los fans estamos convirtiéndonos en un instrumento de censura?
¿Por qué fans están quemando comics Marvel del Imperio Secreto? Una pregunta que a estas alturas debe estar revoloteando por la cabeza de todos los aficionados que hayan estado algo apartados del cómic a lo largo de los últimos años, y que de repente se deben estar sorprendiendo al encontrar las redes con varias noticias que dan constancia de como aficionados están quemando públicamente los comics de la compañía.
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Todo empezó con una impactante revelación: El Capitán América es de Hydra. No es una treta, ni un engaño ni que de repente le hubieran hecho algo para cambiar de colores. De hecho ni siquiera era un cambio de opinión repentino, sino que había sido agente doble al servicio de la organización fascista con raices ocultistas, surgida en el lejano oriente hace miles de años.
Claro, que para cualquiera que hubiera estado siguiendo la actual etapa del guionista Nick Spencer, era más que obvio que si que había gato encerrado como poco después se revelaría. No es que fuera la primera vez, de la misma forma que tampoco es que fuera la primera ocasión en la que Steve Rogers hubiera sido manipulado para caer bajo el control de sus enemigos. La más antigua de todas por cortesía de Joe Simon y Jack Kirby. Ambos judíos.
En esta ocasión el medio fue el uso del Cubo Cósmico para alterar la historia, una premisa argumental más que solida que dejaba claro que Steve Rogers no estaba actuando con su propio juicio, pero que no aplacaría a los feroces detractores que inundaron las redes cargando contra el autor y la editorial. No solo eso, sino que este estallido de furia después crecería cuando Spencer se atrevió a jugar al relativismo sugiriendo que quizás todo lo que dábamos por sentado sobre la universalidad de los ideales que considerábamos inamovibles quizás no era otra cosa que escrito sobre papel mojado, y que solo bastaría que un movimiento con político opuesto con suficiente fuerza y poder para que todo por lo que llevamos luchando durante décadas se derrumbase como un castillo de naipes, cambiando a su antojo todos los ideales de lo que damos por sentado como bien y el mal.
Lo que estamos viendo suceder en directo en el mundo real, vamos. Pero para varios habitantes del país gobernado por Donald Trump, la idea de que una historia de ficción pudiera narrarse una historia en la que un regimen fascista liderado por este Capitán América alterado tomase el control de los Estados Unidos -dando paso a la deportación de inmigrantes y ataques de extrema dureza contra los colectivos en situación desfavorecida- era una ofensa intolerable contra su burbuja de confort.
Así fue como empezó la quema de comics al más puro estilo de la que el gobierno del III Reich de un tal Adolf Hitler llevase a cabo contra los libros y creaciones artísticas que consideraban indignos de sus ideales. Quien sabe si como fruto de la frustración de la situación que vivimos actualmente, y si ante la imposibilidad de hacer nada contra los Trump, Brexit y LePen de nuestros días, han decidido cargar contra un mundo de ficción contra el que al menos no se van a encontrar con represalis.
Sin embargo, esta no ha sido la primera vez que algo así le ha ocurrido a la editorial y el mundo del cómic, y estos ejemplos de 5 ocasiones en la que los aficionados quemaron comics Marvel -o en los que a punto estuvo de ocurrir- son buena muestra de ello:
1948. La cruzada del psicólogo Frederick Wertham contra el medio da pie a la quema de miles de comics a lo largo de toda América, derivando en uno de los episodios más oscuros de la historia del noveno arte, con el que se daría pie a la estricta censura a la que el Comic Code lo forzó durante décadas. No solo Marvel, DC o Archie se vieron afectadas, sino en general toda la industria, avocada a un retroceso sin precedentes de consecuencias sin precedentes.
Bonus track 1, Jessica Jones deja pasar a Luke Cage por la puerta de atrás. Es difícil saber si llegaron a la quema, pero sí a protestas masivas con boicot por incluir en un cómic Marvel una escena de sexo anal interracial.
2007. One More Day. La controvertida historia de Spider-Man que borró de la continuidad el matrimonio entre Peter Parker y Mary Jane provocó que aficionados reaccionaran de forma encendida, quemando copias del cómic y publicando su “hazaña” en las redes.
Bonus track 2, el Capitán América contra el Tea Party. Primera controversia relevante que la serie del Capitán América tuvo en el presente siglo, y que obligó al guionista Ed Brubaker a rebajar el tono político tras provocar la indignación de este colectivo de extrema derecha por la representación que se hacía de los mismos dentro del cómic. No hay constancia de quema pública.
2008. En protesta a los megatochales -según su criterio- imposibles de leer, un aficionado prende fuego al omnibus de la etapa clásica de la saga del Fénix de Chris Claremont, Dave Cockrun y John Byrne.
Bonus track 3, la boda entre Estrella del Norte y Kyle Jinadu. Tampoco hay constancia de que se produjese la quema, pero si que la organización Un Millón de Madres Norteamericanas iniciaran una campaña entre Marvel, acusándoles de estar “promoviendo la homosexualidad” entre sus hijos. Claro, como los juegos de rol promueven la violencia o cien años de comics protagonizados por heterosexuales deben haber “promovido la heterosexualidad”. Supongo.
Bonus track 4, Superior Spider-Man. En un giro inesperado de acontecimientos, el Doctor Octopus burla a la muerte, poseyendo el cuerpo de Spider-Man mientras condena a Peter Parker a una muerte trágica y anónima, atrapado dentro de su cuerpo moribundo. Los fans entraron en cólera y cargaron contra la editorial, pero de luego no hay constancia de que se produjese ninguna quema.
Bonus track 5, Sam Wilson y Jet Zola tienen sexo tras una noche de borrachera. Otra vez sexo interracial -que sorpresa- que derivó en el furibundo ataque de aficionados que no parecían entender el funcionamiento del tiempo Marvel, y que consideraban que el acostarse con una joven de 23 años con metabolismo metahumano que la hacía invulnerable a los efectos tóxicos del alcohol era abusar de una menor.
2016. El hail Hydra. Tras años en los que la serie del Capitán América parecía haberse convertido en imán para la controversia, el guionista Nick Spencer sacude el avispero con la revelación del Capitán América como Agente de Hydra. Aficionados indignados comenzaron a quemar comics sin ni siquiera plantearse la premisa argumental tras esta revelación. Comienza la guerra contra la etapa del guionista.
Bonus track 4, la agenda feminista de Mockingbird / Pájaro Burlón. Una portada lanzada a modo de coña, y que derivó en que la guionista Chelsea Cain fuera acosada en redes sociales y se viera obligada a abandonarlas.
2017. El especial del Día del Cómic Gratuito de Imperio Secreto. Colofón de la trama del “Hail Hydra” del Capitán América, los detractores de Nick Spencer optaron por aprovechar la festividad nacida para promover la lectura para continuar con su quema, alegando que escribir una saga en la que Hydra ha corrompido lo más sagrado de los valores americanos, transformando la nación en un regimen fascista contra el que los héroes deben luchar es promover la supremacía blanca y el nazismo.
La solución, obviamente, es algo que al parecer es completamente contrario al Nazismo: La apología de la quema de libros y comics en los que los nazis son los malos. Proteged vuestras películas de Indiana Jones si no queréis que caigan en sus manos.
Estas fueron 5 ocasiones en la que los aficionados quemaron comics Marvel. Quien sabe hasta donde llegará esta situación de tendencia creciente, y si estamos ante el comienzo de una nueva era Wertham en la que termine imponiéndose de nuevo la censura, no esta vez por un psicólogo en guerra contra el medio, sino por aficionados que no parecen entender demasiado bien los mecanismos de la ficción, para los que solo la idea de que los malos amenazan con ganar es algo intolerante.