Crítica SIN SPOILERS de Hereditary la película más terrorífica del siglo
Hereditary es la película más terrorífica del siglo.
Dicen que cada generación tiene su clásico del cine de terror. Dependiendo de la edad de cada uno, El Exorcista, Amenaza en la sombra, Tiburón, La Matanza de Texas, El Resplandor o La Cosa pueden ser tus clásicos favoritos de género. La de esta generación ya tenía algunos títulos destacados, como la sugerente It Folllows, la verbenera The House of the Devil o la atmosférica The VVitch. Entre medias, títulos extraordinarios de Rob Zombie (Lords of Salem), Jordan Peele (Get Out) o incluso Kevin Smith (Tusk), optaban a horror generacional del nuevo milenio. Todas se quedan rezagadas por el adelantamiento por sorpresa de Hereditary, ópera prima de Ari Aster.
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Hereditary no es una película de terror al uso: es puro terrorismo emocional. Como algunos de los mejores títulos de género, la película parte de un horror tangencial, o al menos visible: la pérdida y la confusión que genera. Además, no recurre al susto fácil, habiendo más de uno. Y de dos. El horror y la confusión van seguidos de la aceptación, y ahí la película, en una prodigiosa secuencia a corazón abierto de la extraordinaria Toni Collette, acepta su legado en una confesión igual de aterradora que los acontecimientos bastante menos mundanos que se sucederán en la película. Todo ello hace de Hereditary la película más terrorífica del siglo.
Su Annie tiene mucho en que pensar: su madre, una presencia para nada cariñosa y a menudo dañina en la vida de su hija, acaba de sucumbir frente al cáncer, y la pérdida ha creado una nube sobre el hogar familiar, poniendo a prueba la relación de Annie con su esposo (Gabriel Byrne), su hijo adolescente (Alex Wolff) y una hija menor algo perturbada (Milly Shapiro).
La herencia familiar es un terror insoportable: el resentimiento y la desesperación brotan de la protagonista, transformándola poco a poco.
El uso del sonido y de la música en la película son magistrales, con una extraordinaria banda sonora completamente inesperada por el vanguardista saxofonista Colin Stetson, la película hace especial atención a los nervios, y la composición y el estilo va unos pasos más allá del enfoque de James Wan en cuanto a la sugerencia prolongada de momentos inquietantes.
Al igual que hizo aquel con su The Conjuring, que en comparación con ésta no es más que una casa del terror de un parque de atracciones que ya has visitado demasiadas veces, la exploración del género que incluye Hereditary apunta hacia épocas pasadas, doradas, del género más enfocado hacia el espectador adulto.
Sorprendentemente segura de sí misma para ser un debut, Hereditary es cine de género de primera clase. Es difícil imaginar una película más aterradora este año, especialmente después del clímax completo, que presenta imágenes que permanecerán alojadas en la memoria colectiva durante una buena temporada. Todo está mal desde el primer fotograma, todo incomoda, duele y provoca esas palpitaciones en la sien residuales que te quedan recordando el shock reciente.
Esta ha sido nuestra Crítica SIN SPOILERS de Hereditary la película más terrorífica del siglo.
