A Ghost Story: la banda sonora del año de la película del año
Hasta la llegada de la excepcional película de David Lowery, el nombre de Daniel Hart podía decirte más bien poco. Dos discos con su proyecto Dark Rooms y alguna banda sonora para televisión o colaboraciones con el director, como en Pete's Dragon o Ain't Them Bodies Saints, formaban su currículum.
Ahora Daniel Hart empezará a estar en boca de todos, como la película a la que pone la música, la extraordinaria A Ghost Story.
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La música es la gran protagonista de la película, una inquietante partitura de corte clásico para una historia de terror más clásica aún, con fantasmas cubiertos por tristes sábanas que no soportan el paso del tiempo tan bien como los propios espíritus abandonados en un rincón, con la diferencua de que, en realidad, no estamos ante una verdadera película de terror. A Ghost Story es una pequeñísima película de 100.000 dólares, minúscula, que habla de cosas más grandes que la propia vida desde la grandeza de la intimidad y el corazón.
Gran parte de la narración de la película se basa en la música, en su importancia para los personajes y ensu importancia al contar la historia de cómo lidiamos con el amor y la pérdida los seres humanos, pero también los que se van. El dolor, la pérdida y la confusión son, junto a las ganas y la necesidad de avanzar, el eje central de una película construida a base de emociones.
La partitura compuesta por Daniel Hart hace la función de acompañamiento musical, incentivador emocional pero también narrador y protagonista. Little Notes es posiblemente el corte más emocionante que hayamos escuchado este año en una banda sonora cinematográfica.
El director David Lowery ha vuelto a trabajar junto a Daniel Hart como compositor, algo que funcionó a las mil maravillas en Pete’s Dragon. El trabajo de Hart, pasando de la música viva de la producción Disney a la tétrica Whatever Hour You Woke que abre A Ghost Story es incluso incómodo, esa apertura de cuerda y la atmósfera que desprende es lo opuesto a lo que acompañaba al adorable dragón verde de Disney. Incómodo, sí, pero también hermoso. Cumple el objetivo.
La música de A Ghost Story tiene una sensación fantasmal de primera, como se aprecia en One Door Closes, música calmada y reflexiva que incrementa la sensación de drama sobrenatural y tragedia.
Como esto es una historia de fantasmas (pero insistimos, no solo eso) Gentleman Caller o Sciunt Se Esse Mortui aportan los momentos espeluznantes que se pueden esperar de una película protagonizada por un espectro. Y es que en este hermoso disco funciona todo. Desde la cuerda barroca al emocional estilo indie de Safe Safe Safe, que cierra con cierto optimismo un trabajo perfecto donde no se puede obviar I Get Overwhelmed, la única canción de Hart con letra (pop, porque también está Viventes Enim) y que además tiene una importancia vital en la historia.
Escucha obligada en cuanto te dejes cautivar por la extraordinaria belleza más grande que la vida de A Ghost Story.
