Alice Cooper como presidente de Estados Unidos
Alice Cooper se postula como presidente de Estados Unidos.
La pasada semana conocíamos como el músico Fenriz, miembro integrante de la banda de black metal Darkthrone, había sido escogido de manera involuntaria como representante político. ¿Y cómo puede acontecer tal cosa? De la manera más inocente posible. Fenriz, cuyo verdadero nombre es Gylve Fenris Nagell, aceptó entrar a formar parte de la lista de candidatos cuando se lo solicitaron amablemente por tal de ayudar a completar la mentada lista y permitir, de este modo, que el partido pudiera entrar en campaña. Con la ingenua convicción que le situarían en la posición número dieciocho de la lista, la campaña de Fenriz se limitó a una fotografía suya en compañía de su gato donde rezaba el siguiente eslogan: “Por favor, no votéis por mí”. Para su pesar, no entró en la lista como número dieciocho, y el electorado no prestó demasiada atención a su eslogan, y Fenriz se ha convertido en un político local, miembro del consejo de la ciudad de Kolbotn, un lugar pequeño en el que el músico es ahora un pilar fundamental de la comunidad. Y así, lo que se planteó casi como una broma, se ha vuelto una realidad, comprometiendo a Fenriz con un trabajo que se le antoja muy, muy aburrido.
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Pues algo similar podría ocurrirle a Alice Cooper si no se anda con cuidado. El veterano músico ha compartido un vídeo donde se postula como candidato a la presidencia de Estados Unidos tras contemplar como las dos principales opciones, Donald Trump y Hillary Clinton, no alientan al electorado. La leyenda viva del rock, con sus sesenta y ocho años, se ha lanzado a la campaña con un eslogan que reza “Un hombre perturbado para tiempos turbulentos”, y entre su programa electoral sugiere ideas como erigir una estatua a nuestro añado Lemmy, de Motorhead, que debería situarse en el emblemático Monte Rushmore junto a las colosales representaciones de las efigies de los cuatro expresidentes más recordados por la historia norteamericana. O incluir el rostro del maestro de la comedia Groucho Marx en los billetes de cincuenta dólares, ideal para prenderles fuego y usarlos para encender puros. Cooper, además, señala que sería el único presidente en entrar a la Casa Blanca con el cabello oscuro y salir, al cabo de cuatro años, con el cabello del mismo tono pues a fin de cuentas su cabello no es real.
Lo de Alice Cooper es, claro, una broma. Sátira ante la situación política de su país. Pero ha de ir con cuidado porque, con el precedente de Fenriz, Alice Cooper podría acabar como presidente de Estados Unidos. Y saldríamos ganando.