Attack On Titan: 10 veces que Mikasa demostró que ama a Eren

Si hay algo claro sobre Mikasa Ackerman, de Ataque a los Titanes, es que está dedicada más allá de toda razón o lógica a Eren Yaeger. Durante la mayor parte de la historia, parece que su lealtad se debe a que él la salvó cuando fue secuestrada de niña, pero los últimos acontecimientos de la trama implican otra fuerza en juego.

Eren le dice fríamente a Mikasa que no tiene más remedio que protegerlo porque la sangre Ackerman que corre por sus venas está supuestamente codificada de esa manera. A pesar de ello, es obvio que Mikasa se preocupa realmente por su amigo de la infancia, aunque él ya no pueda verlo tanto.

Durante la primera interacción de Eren y Mikasa, es él quien técnicamente la salva (aunque esa escena concluye con Mikasa matando al hombre que estrangula a Eren). Después de esto, ella está constantemente en guardia cuando se trata de su mejor amigo, y regularmente ataca a los matones que tratan de hacerle daño.

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De hecho, Eren expresa a menudo su indignación por su "interferencia", creyendo que Mikasa quiere tratarlo como a un niño indefenso. Obviamente, no es así, pero ninguno de los dos se da cuenta de la verdad que hay detrás de su vínculo hasta más adelante.

La Titán Femenina aplasta sin esfuerzo al escuadrón personal elegido por Levi, dejando a Eren terriblemente angustiado por su muerte. Él decide transformarse y atacarla, pero ella resulta ser demasiado fuerte para él también. Cuando llega Mikasa, parece que la Titán Hembra está a punto de comerse a Eren, pero lo único que hace Annie es mantenerlo en su boca antes de escapar.

Mikasa la persigue, y más tarde se le une Levi (que es el responsable final de la recuperación de Eren). Sin embargo, hay que decir que Mikasa se precipita y casi consigue que tanto ella como su capitán mueran en su prisa por salvar a Eren.

Eren revela que aquellos que hereden uno de los Nueve Titanes no sobrevivirán más de 13 años (un efecto de la Maldición de Ymir), lo que conmociona a todos los que lo oyen, pero la mayoría de sus amigos entienden la razón de ser de la situación.

Por otro lado, Mikasa niega rotundamente que algo así pueda suceder, tal es el amor que siente por Eren (y, hasta cierto punto, por Armin). Teniendo en cuenta que suele ser una de las personas más sensatas de la historia, esta reacción de Mikasa es claramente inusual.

Eren salva la vida de Armin y es tragado entero por un Titán Puro (sin el brazo que le arranca de un mordisco). Todo el mundo cree que está muerto, y con razón, porque nadie ha salido vivo después de entrar en el estómago de un Titán antes.

Mikasa se entera de esta noticia e instantáneamente entra en un estado catatónico; casi se da por vencida en todo y comienza a atacar a sus enemigos imprudentemente. Aunque se da cuenta de que Eren es la razón por la que necesita seguir luchando, Mikasa habría muerto si el Titán de Ataque de Eren no hubiera irrumpido en escena.

Es difícil describir lo que Mikasa siente por Eren como amor, ya que la propia palabra no parece cubrir el increíble alcance de sus emociones. Ella deja claro desde el principio que piensa hacer exactamente lo mismo que él, y que seguirá a Eren a donde él decida ir.

Puede que Eren se queje de que lo hayan convertido en el "hermano pequeño" de Mikasa, pero no es que no aprecie todo lo que ella ha hecho por él. Desgraciadamente, su relación sufre un serio revés mucho más tarde (en el manga).

A pesar de haberse graduado en lo más alto del 104º Cuerpo de Cadetes, Mikasa rechaza una cómoda carrera de Policía Militar en favor de misiones altamente peligrosas con el Regimiento de Exploradores.

Esto se debe sencillamente a la determinación de Eren de convertirse en explorador, una decisión que Mikasa no puede, ni intenta, hacer que deje de tomar. Además, se puede argumentar que sus excepcionales habilidades de combate se han desarrollado, al menos en parte, para garantizar la seguridad de Eren.

Eren le regala a Mikasa un pañuelo rojo durante su encuentro inicial, en un intento de calmar sus nervios tras haber sido secuestrada y haber presenciado el asesinato de sus padres. Casi nunca se la quita, lo que sugiere que la prenda es un símbolo de todo lo que Eren significa para ella (sea lo que sea).

Curiosamente, Mikasa sólo se quita el pañuelo una vez que Eren le anuncia que la odia, informándole insensiblemente de que no tiene más remedio que protegerlo debido a su sangre Ackermann.

Tras la caída de Shiganshina, los supervivientes son llevados al interior del Muro de las Rosas, donde el Regimiento de la Guarnición les da a regañadientes trozos de pan. Eren, con su habitual malhumor, intenta pelearse con ellos y, cuando pierde, le lanza el pan a Armin con rabia.

Cuando empieza a hablar de "no aceptar la caridad", Mikasa le da un puñetazo en la cara antes de meterse todo el pan en la boca de Eren. Ella sabe que la supervivencia es una forma de rebelión en sí misma, un concepto que a Eren le cuesta entender.

Es bastante lamentable que Eren no corresponda al afecto de Mikasa, pero, de nuevo, ¿es realmente posible que alguien dé tanto como ella?

Teniendo en cuenta las palabras del adulto Eren -en relación con su revelación sobre la herencia de los Ackermann- es posible que el cariño de Mikasa por él sea simplemente la forma en que se manifiesta su relación a nivel superficial. Sin embargo, es importante reconocer que su amor no está necesariamente ligado a términos y condiciones preestablecidos.

Después de que Eren mate a dos de los secuestradores de Mikasa, el tercero se abalanza sobre el joven y comienza a estrangularlo. Eren echa una mirada a Mikasa y le dice que "luche", pero ella no entiende lo que quiere decir. Eren continúa diciendo su frase más famosa: "Si ganas, vives; si pierdes, mueres. Si no luchas, no puedes ganar".

Son estas palabras las que desencadenan la transformación de Mikasa, que pasa de ser una niña indefensa a una joven segura de sí misma. Nunca las ha olvidado, y es poco probable que lo haga.