Barbenheimer ha vuelto, y ahora todos los ojos están puestos en Oppenheimer

El año pasado, los cines de todo el mundo se prepararon para "Barbenheimer", la película doble de Barbie y Oppenheimer. Fue el acontecimiento del año, y ahora, seis meses después, vuelve de nuevo, pero de una forma mucho más diferente.

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Con la lista oficial de nominados a la 96ª edición de los Premios de la Academia y la indignación de la gente ante algunos de los candidatos, se puede decir que la mayoría de los nominados de este año eran de esperar. Todos sabíamos que películas como Killers of the Flower Moon y Poor Things serían nominadas a Mejor Película, Da'Vine Joy Randolph sería nominada a Mejor Actriz de Reparto y sería la clara favorita y, por supuesto, Barbie y Oppenheimer recibirían una plétora de nominaciones. No es sólo porque fueran populares, algo hacia lo que la Academia ha pivotado descaradamente en los últimos años para combatir el descenso de audiencia, sino porque fueron algunas de las mejores películas del año pasado. Personalmente, las situaría entre mis cinco mejores películas del año pasado, junto a Godzilla menos uno, The Holdovers y Across the Spider-Verse.

Pero ahora la gente está en pie de guerra por el trato dado a Barbie en los Premios de la Academia y sus desaires. Sí, Greta Gerwig y Margot Robbie no fueron nominadas a mejor directora y mejor actriz, respectivamente. Pero yo no les veía ninguna posibilidad de ganar ninguna de las dos categorías, ya que hay nominadas mejores y más meritorias (¿dónde están las nominaciones para Vidas pasadas?), pero soy consciente de que estoy en minoría en eso. En mi opinión, la verdadera historia de la 96ª edición de los Oscar es la otra mitad de Barbenheimer, Oppenheimer, de Christopher Nolan. A pesar de no ser tan popular ni tener tanto éxito comercial, el éxito lento de Oppenheimer es la historia más convincente de esta temporada de los Oscar, que podría culminar con la primera victoria de Nolan como Mejor Película.

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Por supuesto, llamar a Oppenheimer no tan exitoso comercialmente o tan popular como Barbie es un poco de broma. La película recaudó 955 millones de dólares en taquilla y ha sido elogiada por la crítica prácticamente por todo el mundo, hasta el punto de que puedo contar con los dedos de una mano el número de personas con las que he hablado a las que no les ha gustado Oppenheimer. Es una película magnífica que justifica una duración de tres horas y es tan convincente y cautivadora que todavía me atormenta esa última escena. Sin embargo, dado que se trata de un biopic clasificado R sobre un grupo de científicos y numerosas escenas sobre audiencias gubernamentales, su público no es tan amplio como el de Barbie. Barbie fue una sensación brillante y colorida en las redes sociales, no solo por su sólido humor, sus fantásticas interpretaciones y su banda sonora repleta de estrellas, sino porque tenía momentos realmente conmovedores que tocaban la fibra sensible.

Barbie era una película mucho más fácil de comercializar y, gracias a su menor duración, se podían proyectar más copias en un solo día, muchas más que Oppenheimer. Pero desde su estreno, la afición y el fervor que rodeaban a Oppenheimer se volvieron más decididos y apasionados. No eran tan ruidosos como otros, pero mostraban su pasión de forma diferente. Cuando Oppenheimer se reestrenó en IMAX a finales de verano, la gente acudió. Cuando Oppenheimer salió a la venta en formato físico, las entradas se agotaron varias veces, desmintiendo a muchas empresas que siguen insistiendo en que nadie quiere comprar soportes físicos. Oppenheimer se convirtió en un emblema del poder de la propiedad, y aunque el por qué de todo ese argumento es una historia totalmente distinta, esa historia contribuyó a que se convirtiera en uno de los lanzamientos en soporte doméstico más vendidos de la temporada navideña.

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A medida que nos acercábamos al final de 2023, la mayor parte del debate en torno a Barbie se desvaneció. Tuvo su momento de gloria como superproducción veraniega, pero al igual que otros grandes éxitos del verano, cuanto más nos alejábamos del estreno inicial, menos le importaba a la gente. La gente no estaba entusiasmada con su lanzamiento físico, y la mayor parte de su impacto duradero fue en forma de memes. No es por desacreditar el poder de permanencia de los memes, pero la gente, incluido yo mismo, tiende a pensar en Barbie sólo en momentos, en lugar de en toda su experiencia, que es en lo que Oppenheimer destacó. Cuando piensas en Oppenheimer, piensas en sus tres horas de duración. Por eso, el interés por Oppenheimer no desapareció, se mantuvo en la conversación. Ahora, Oppenheimer encabeza las nominaciones a los premios más importantes, y los Oscar no son una excepción.

Oppenheimer es la película con más nominaciones a los Oscar de este año, con un total de trece, que van desde categorías como Mejor Actor y Mejor Sonido hasta, por supuesto, Mejor Película. A modo de comparación, Barbie está nominada en ocho categorías y probablemente gane varias de ellas. Me sorprendería que no ganara el premio a la Mejor Canción Original o incluso el de Diseño de Producción, pero las probabilidades están en su contra. También es interesante comparar las dos películas en las categorías en las que están nominadas. Sí, tanto Barbie como Oppenheimer están nominadas a Diseño de producción, y creo que Barbie tiene todas las de ganar, pero en casi todas las demás categorías en las que compiten las dos películas, las probabilidades favorecen a Oppenheimer.

Tomemos, por ejemplo, el premio al mejor actor de reparto. En verano, lo único que oía en los círculos cinematográficos en los que me movía era que el premio al mejor actor de reparto iba a ser un duelo entre Ryan Gosling y Robert Downey Jr. por sus papeles en Barbie y Oppenheimer, respectivamente. Y esa afirmación tiene mérito. Ambos son geniales y hacen mucho para elevar sus películas a lo que son. En la actualidad, esos rumores se han desvanecido, ya que Robert Downey Jr. se ha convertido en el claro favorito. Se sigue hablando de Ryan Gosling, pero no tanto como antes. Además, si Robert Downey Jr. fuera a perder, no sería ante Ryan Gosling, sino más bien ante Mark Ruffalo y su actuación en Poor Things.

A fin de cuentas, las galas de premios no tienen sentido. Ya se trate de los Oscar o de los Game Awards, ninguna gala de premios resumirá con exactitud el estado de la industria en el año que se premia. Cada persona tendrá un punto de vista diferente e, incluso así, nadie estará nunca unánimemente a favor de un ganador si se compara directamente con el resto de nominados. Pero si vamos a discutir sobre si Barbie u Oppenheimer se llevan a casa una brillante estatuilla dorada, creo que como Barbie ganó la batalla de la taquilla, Oppenheimer ganará las batallas de los premios. Tú decides qué batalla te parece más importante.