Blood Red Sky sería una serie de televisión mejor que una película
ADVERTENCIA: Lo siguiente contiene spoilers de la película Blood Red Sky de Netflix, disponible ya en Netflix.
Blood Red Sky, de Netflix, tiene mucho que ofrecer en sus dos horas de duración, ya que los vampiros comienzan a invadir un avión que sale de Nueva York con destino a Europa. Nadja (Peri Baumeister) está tratando de llegar a un médico que intenta ayudar a su infección después de haber sido convertida hace unos años, pero los secuestradores toman el control como parte de una retorcida trama. Aunque el hijo de Nadja, Elias (Carl Anton Koch), salva el día, dado el intrigante reparto de héroes y villanos, está claro que la película habría funcionado mejor como serie de televisión.
Hay un reparto gigantesco en esta película, con muchas piezas en movimiento que trabajan a favor y en contra de Nadia. Parece ser una enferma de cáncer, pero con el tiempo, después de que los secuestradores le disparen, su forma de vampiro emerge y derriba una serie de fichas de dominó que conducen a chupasangres descerebrados que intentan devorar a todo el mundo en el avión. Y aunque la historia funciona en su conjunto, es difícil conectar con todos los personajes.
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En lo que respecta a Nadja, los flashbacks que muestran su tórrido pasado no hacen suficiente justicia a su origen. Tras una avería en el coche, su marido se adentra en el invierno alemán en busca de ayuda, sólo para ser alimentado por un vampiro. Nadja encuentra una casa encantada y acaba luchando contra el monstruo, que es cuando la muerde. Esta casa por sí sola tiene muchas cosas que ampliar, sobre todo porque Nadja volvió a la casa para matar al anciano y conseguir viales únicos con un producto químico especial que frena al monstruo que lleva dentro.
El anciano y su hijo también habrían sido geniales para diseccionar, divulgando de dónde vinieron los productos químicos y qué podría haber iniciado la infección vampírica. Esta dirección habría ayudado al público a conectar más con su dolor cuando ataca a Nadja por dejar que su hijo se queme al sol y a construir un mundo expansivo parecido a algo como The Walking Dead. Una duración más larga también habría permitido ver a Nadja rebuscando en la sangre de los animales, luchando por no comerse al bebé Elias y enseñándole a cuidar de su estado.
Entre los pasajeros, el físico Farid resulta intrigante porque ayudó a la madre y al hijo. Su pasado -enfrentarse a la discriminación y a la islamofobia- habría informado de por qué se puso del lado de la familia cuando todo el mundo estaba dispuesto a volverse contra ellos. También está el imbécil de Todd, que se lesionó al venir de primera clase y dejó que Eightball lo convirtiera, y Rainer, el anciano cuya esposa fue pisoteada en el tumulto. Todos ellos se convirtieron en psicópatas, y un poco de información sobre sus motivaciones habría sido una adición bienvenida.
Los secuestradores también tenían un conflicto en ciernes porque no les gustaban las costumbres maníacas de Eightball. Le gustaba matar a mujeres y niños e incluso se inyectaba la sangre de Nadia en su organismo para ser superior, así que un flashback o dos podrían haber mostrado las misiones en las que se volvía loco y por qué tenía ese extraño deseo de morir. Su plan también habría tenido más sentido, ya que no se detalló cómo planeaba utilizar el secuestro para afectar al mercado de valores. En definitiva, aunque Red Blood Sky ya es un éxito para Netflix, se ha dejado de lado mucho potencial que podría haber creado algo aún más especial en formato televisivo.
Para ver cómo aprovecha Blood Red Sky su tiempo de duración, la película está en streaming ahora en la plataforma.