Boruto: 5 rasgos que Naruto conservó de su juventud (y 5 que superó)

Elcrecimiento de los personajes es uno de los mayores puntos fuertes de Naruto como serie. Naruto pasó por mucho, pasando de ser un niño ocasionalmente molesto durante la primera parte de la serie al Hokage de Boruto. Todo el viaje entre esos dos puntos fue un placer de ver, demostrando por qué la serie es tan alabada como lo es.

Sorprendentemente, a pesar de todo su crecimiento, Naruto sigue llevando consigo muchos de los mismos rasgos que tenía de niño en la serie de Boruto. Sólo que ahora están unidos a un personaje mucho más maduro.

Cuando era más joven, Naruto buscaba llamar la atención de cualquier manera que pudiera, queriendo ser reconocido después de que muchos de sus compañeros lo ignoraran. Esto le llevó a actuar de forma negativa porque era el único tipo de atención disponible. A medida que crecía, cada vez más gente de la aldea empezó a darle el reconocimiento que tanto deseaba. Con el título de Hokage en la mano, no hay necesidad de que se esfuerce por el reconocimiento que ahora tiene.

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Nadie está más dispuesto a dar a un extraño la camiseta de su espalda que Naruto. Pondría su vida en juego si eso significara proteger a otra persona, incluso si esa otra persona estuviera lejos de ser un amigo. Es una parte integral de su personalidad y una que le acompaña desde que era estudiante de la academia, cuando se enfrentó a los tres chicos que intimidaban a Hinata por sus ojos. Naruto siempre ha estado dispuesto a poner a los demás antes que a sí mismo, y eso ha continuado como Hokage.

Durante gran parte de la primera mitad de la serie, Naruto era increíblemente ingenuo con respecto a todo. Hablaba a lo grande, se marchitaba en el primer combate al que se enfrentaban contra Haku, y era excesivamente ingenuo sobre cómo funcionaba el mundo.

Eso continuó en Shippuden hasta que se enfrentó a personajes como Obito y Pain, lo que le obligó a ver cuánto dolor había en el mundo. Llevó esas perlas de sabiduría a su puesto de Hokage, borrando la ingenuidad del pasado.

Como huérfano condenado al ostracismo por gran parte de la aldea, los lazos son importantes para Naruto, y desempeñan un gran papel en la serie. Siempre aprecia cada uno de esos vínculos, incluso cuando la otra parte no devuelve el mismo afecto, como fue el caso tanto de Sakura como de Sasuke. Al principio, ninguno de los dos estaba demasiado interesado en Naruto, pero él siguió adelante y, finalmente, ambos se convirtieron en sus mejores amigos. Ahora sigue manteniendo ese ideal, como demuestra el hecho de que acoja a Kawaki.

Parte de lo que hizo de Naruto un personaje molesto en la primera parte fue lo ruidoso y bullicioso que era. Una cosa es hablar mucho y respaldarlo, pero en la mayoría de los casos, Naruto no podía hacer eso. Se le veía como un bocazas para llamar la atención, y eso no estaba muy lejos de la realidad. Como adulto, ese problema ha desaparecido, ya que Naruto es mucho más maduro y se controla a sí mismo. Ya no presume de sus habilidades porque no necesita impresionar a los demás.

Nada iba a mantener a Naruto abajo, ni el odio de la aldea ni el desprecio que Sasuke tenía por él. Todos podían dudar de él, y no importaría. Él siempre creyó en la perseverancia a pesar de las adversidades, en que cualquiera puede lograr cualquier cosa si se lo propone.

El hecho de que se convirtiera en Hokage es la prueba de que todo su esfuerzo dio sus frutos. También explica por qué se sintió tan decepcionado con su hijo cuando Boruto intentó tomar atajos para lograr sus objetivos.

Uno de los elementos más infravalorados de Naruto fue cómo creció su enamoramiento de Sakura. El Naruto de la primera parte habría aceptado su falsa declaración de amor durante Shippuden. Habría creído que por fin se había ganado su corazón, aunque todo fuera una mentira. Llegó a comprender que gran parte de su enamoramiento no era más que una competición con Sasuke, una forma de vencer a su rival. Una vez que se dio cuenta de esto, abrió su corazón a Hinata, y el resto fue historia.

Naruto nunca se acobardó ante un desafío, pensando que podía superar cualquier adversidad. Así es como derrotó a muchos de los villanos de la serie. Su rivalidad con Sasuke subraya perfectamente ese punto. Naruto nunca se rindió con su amigo, manteniendo la esperanza de que todavía había algo bueno dentro de él, incluso cuando otros se habían rendido. Eso es lo que hizo que su última pelea fuera el final perfecto de la serie, con Naruto siempre tambaleándose hasta el final.

Gran parte de este cambio puede atribuirse a Hinata, que le ayudó a entender que sus acciones afectan a más personas que a él. Le enseñó que si alguna vez lo perdía, quedaría devastada. Es una hazaña que nadie más podría lograr con Naruto, ni siquiera figuras paternas como Iruka o Kakashi. También es algo bueno, ya que Konoha no puede permitirse tener un Hokage que salga corriendo a enfrentarse al peligro a la primera oportunidad. Es más valioso para la aldea cuando está vivo y sano.

Como líder de Konoha, siempre pondrá las necesidades de la aldea en primer lugar, pero ha estado al frente para asegurarse de que las cinco aldeas sigan trabajando juntas. No quiere que las cosas vuelvan a ser como antes, manteniéndolas siempre al tanto de cualquier información que tenga sobre los Otsutsuki. Muestra el impacto que han tenido los muchos villanos con los que ha luchado, concretamente Obito y Pain. Ellos, más que nadie, le ayudaron a abrir los ojos al ciclo del odio.