Cómo Krampus utiliza el terror para enviar un mensaje positivo
El mes de diciembre suele estar lleno de películas que recuerdan al público la importancia de la Navidad y la familia. Aunque algunas están orientadas a los niños, otras son más divertidas para toda la familia. Dicho esto, Krampus, de 2015, opta por inclinarse hacia el terror poniendo la atención en la antítesis malvada de Papá Noel. Aunque la historia en sí está llena de peligro y pandemónium, el horror y el humor negro también esconden una lección positiva con la que todo el mundo puede relacionarse.
Krampus sigue a la familia Engel reunida una Navidad más. Uno de los niños, Max, es el único que aún mantiene su espíritu navideño y tiene un fuerte vínculo con su abuela, Omi. Pero cuando sus primos se burlan de él por su creencia en Santa Claus, proclama que odia a su familia y se va a su habitación. Su padre le recuerda que lo mejor es perdonar, pero Max rompe su carta a Papá Noel, llamando a Krampus. Durante el resto de la película, el demonio aterroriza a la familia con sus secuaces, llevándose a cada miembro de la familia uno por uno.
Aunque la película está enmarcada como una comedia de terror, Krampus también utiliza temas de supervivencia con una ventisca que mantiene a la familia Engel atrapada en su casa. Sin electricidad, se ven obligados a acurrucarse para calentarse. Esto no sólo es fundamental para evitar la congelación, sino que también simboliza cómo la familia tiene que dejar de lado sus diferencias para seguir con vida. La mejor muestra de ello es el padre de Max, Tom, y su tío, Howard.
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Desde el principio, se establece que Tom es más un hombre de negocios y Howard es más un cazador. Así que, naturalmente, los dos se oponen a menudo cuando se trata de cosas como la crianza de los hijos y la política. Pero cuando Krampus comienza su ataque, Howard y Tom se respetan mutuamente porque ambos quieren proteger a su familia. Lo mismo puede decirse de Max y sus primos, que dejan de lado sus diferencias y empiezan a llevarse bien. Por desgracia, más tarde se revela que la abuela de Max sufrió la misma confusión cuando llamó a Krampus. En última instancia, el ser se llevó a su familia y la dejó sin nada para la Navidad, lo que la llevó a poner más énfasis en la familia, una esperanza que inevitablemente fracasa cuando Krampus regresa.
Aunque Krampus transmite una sensación de premonición y pérdida, con cada miembro de la familia de Max que es arrebatado, es casi imposible ver el mensaje positivo que se esconde bajo la superficie. En el clímax, Max se ofrece a cambiar su vida para salvar la de su primo, diciendo que retira su terrible deseo. Pero aunque Krampus reconoce su disculpa, sigue enviando a Max al infierno. La película concluye con la familia atrapada en un globo de nieve reviviendo perpetuamente una mañana de Navidad de ensueño, sabiendo que en el fondo algo no va bien. Aunque es un final al estilo de "Twilight Zone", demuestra que ciertas cosas no deben darse por sentadas.
Las familias se pelean, y a veces esas peleas se vuelven más personales. Sin embargo, es en esos momentos cuando es más importante dejar de lado las diferencias y perdonarse mutuamente. Las fiestas son el mejor momento para recordar esto, ya que fomentan la unión y el vínculo. Krampus, a pesar de ser un horrible paseo por el folclore más oscuro de la Navidad, entiende esta lección. Aunque la familia de Max la aprendió demasiado tarde, sirve como lección para el público de que aún hay tiempo para rectificar cualquier problema familiar antes de que el Krampus vuelva a llamar a su puerta.