Con lo que nos quedamos de las series de 2011

No vamos a hacer un Top 10 porque eso ya lo hace todo el mundo, pero sí vamos a contar las conclusiones seriófilas que sacamos de este 2011 que se acaba ya.

Tenemos muy, muy claro que ha sido lo mejor de este año en lo que a series se refiere: la cuarta temporada de Breaking Bad. Pese a que los Globos de Oro se hayan olvidado de ella. Si alguien conoce una temporada de cualquier serie tan perfecta, sin capítulos de relleno, y con un final tan alucinante, que nos lo cuente.

También nos quedamos, cómo no, con Juego de Tronos y con su estupenda primera temporada. Se merece estar aquí el placer culpable que está generando por doquier American Horror Story y también reseñar New Girl, pequeña, dulce y sin demasiadas pretensiones. Y por eso nos gusta. En lo que a chascos se refiere, mención especial a los improperios que están soltando los fans de The Walking Dead.

De ficción patrio, dos datos. El batacazo que se pegó el remake de Cheers, que veía ver todo el mundo menos la gente de Telecinco; y Crematorio, la serie de una única temporada producida por Canal + y que demuestra que sí hay capacidad para hacer las cosas con calidad.