Crítica de 'Ant-Man', el Hombre Hormiga de Marvel Studios
Mirando con lupa en la crítica de 'Ant-Man' de Peyton Reed, un superhéroe más pequeño que grande
El pasado 2014 fue uno de los mejores ejercicios para Marvel Studios, logrando dos de sus mejores éxitos entre 'El Capitán América: Soldado de Invierno' y 'Los Guardianes de la Galaxia'. Con 'Ant-Man (El Hombre Hormiga)' la compañía de los Vengadores buscaba repetir la sorpresa de Star Lord y su cuadrilla, pero demasiados obstáculos se han interpuesto en el camino. Lo que deja es un entretenimiento vistoso pero discreto, como unos Guardianes de marca blanca que lo intenta con todas sus fuerzas pero pocas veces se eleva más allá el aprobado raspado.
Protagonistas de 'Ant-Man', el Hombre Hormiga de Marvel Studios
Primeras fotos de Hank Pym en 'Ant-Man', el Hombre Hormiga de Marvel Studios
No es que no le falten maneras, ya que la base argumental de 'Ant-Man' puede estar entre las mejores de Marvel Studios, con todo un entramado de Hombres Hormiga en su mejor cara como héroes con pies de barro. Una fórmula especialidad de la casa de Stan Lee, y que se aborda con incisiva astucia a la hora de trazar las relaciones entre sus personajes. Ya sea con el héroe venido a menos que se lo juega todo por un tipo que le recuerda a su momento más bajo, el ex-convicto atrapado en una espiral que le aleja de su hija, la hija que se siente dejada atrás por un padre que nunca superó la perdida de su esposa y el hijo-discípulo al que se le niega la bendición del mentor al que consiguió superar, la película traza una rede de personajes meticulosamente medida, en la que probablemente haya tenido mucho que decir la base del guión original de Edgar Wright y Joe Cornish.
Por tu padre, que trabajito ha costado sacar esto adelante
Y es que si bien la base central es sólida como una piedra, la lucidez de Ant-Man se diluye a la hora de desarrollarlo, con una dirección, montaje y diálogos que son un continuo quiero pero casi no llego. Con más empeño en querer ser una buena película que habilidades reales para conseguirlo, al irregular film dirigido por Peyton Reed no le faltan algunos destellos de genialidad, pero desgraciadamente son minoría entre un tono general de monotonía de telefilm. Un Hombre Hormiga desbordante y ágil en las escenas de acción, pero que peca de torpe en su desarrollo narrativo con transiciones toscas y unas escenas de personajes tirando a mortecinas. Uno que capaz de presentar ideas tan sugerentes como la locura que acecha a los Hombres Hormiga, pero al que luego no le tiembla el pulso para desperdiciarla a favor de una trama que parece sacada de 'Agents of SHIELD'.
Que confunda tener chispa con bombardear al espectador a ver si alguna atina en el blanco y pasa por ingeniosa tampoco la deja en buen lugar, pero en general podría resumirse en que se trata de un hagamos una Marvel de manual, en la que trata de seguirse desde el comienzo la estela de Los Guardianes de la Galaxia, más por encargo que con verdadera inspiración. Esto no implica que no le pongan esfuerzo, porque entre escenas como la del adiestramiento de Lang o las exposiciones de Luis, si algo no le falta a El Hombre Hormiga es empeño para conseguir ser la película cool del verano, y alejarse de desmadres en forma de perdidos al río como fueron 'Iron Man 2' o 'Thor: El Mundo Oscuro'.
Donde Marvel más brilla
'Ant-Man' quiere ser una película de pleno derecho entre las joyas de la corona de Marvel Studios, pero cualquier comparativa con 'Iron Man' o 'Capitán América: El Soldado de Invierno' deja en evidencia que son demasiados factores los que juegan en su contra, dejando un resultado cumplidor pero también bastante discreto para el material que tenían entre manos. Algo en lo que se puede señalar tanto a dirección como guión, pero también a los personajes, uno de los puntos fuertes habituales de Marvel Studios pero en el que Ant-Man se resiente.
Todos ellos tienen buena base, pero ninguno llega a destacar realmente. No es solo ya que falte un Tony Stark, Capitán América o Star Lord que se haga dueño de la función a base de carisma, desparpajo y / o actitud. Es que en comparación con algunos de los últimos éxitos de la compañía como 'El Soldado de Invierno' o 'Los Guardianes de la Galaxia' -donde hasta el más mínimo secundario competía por su momento de gloria- los personajes de 'Ant-Man' nunca pasan de simpáticos ni por cuenta propia ni como conjunto.
Y si bien es el Hank Pym de Michael Douglas quien más cerca está de lograrlo a través de una contundente entrada en escena con colaboración de unos sorprendentes efectos especiales, nunca termina de coger ese punto cínico, descreído y socarrón con el que flirtea, diluyéndose conforme avanza el metraje. El Pym de Douglas tenía maderas para erigirse como una suerte de Doctor House de Marvel Studios que podría haber competido de tú a tú con el Robert Downey Jr, pero le falta ese punto de acidez que se dejaba entrever en alguno de los primeros adelantos, quedando bastante lejos de las grandes ligas de todos esos Obi Wan Kenobi, señor Miyagi, Gandalf o Henri Ducard que ha dado el cine.
Pym no es Gordon Gekko
Algo trasladable a su discípulo con un Scott Lang de Paul Rudd, elevado a tal exaltación del antiheroismo que en una suerte de paradoja interpretativa termina destacando más mientras menos trata de llamar la atención. Sobrando la mayor parte de las escenas en las que el film trata de venderlo como un Star Lord de segunda que nunca consigue ser, el personaje de Rudd da lo mejor de si mismo mientras más cerca está del tipo corriente sin más aliciente a destacar que los problemas personales con el distanciamiento de su hija y las dificultades para reconducir su vida que cuando la película se esfuerza en presentárnoslo como el tío guay cuyos chistes siempre molan y siempre tiene la atención que nunca termina de ser.
El Star Lord de los pobres
En lo que respecta a la protagonista femenina, Hope Van Dyne ofrece a Evangeline Lilly la oportunidad de dar vida a uno de los grandes personajes femeninos de Marvel, pero sus limitaciones interpretativas juegan en su contra. Punzante, fuerte, decidida y con sentimientos contradictorios hacia cada uno de los personajes que aparecen en pantalla -y otro más al que apenas vemos pero tiene una gran importancia-, la actuación de la actriz de 'Perdidos' peca de descompensada, saltando entre la cara de palo perpetua y la gesticulación exagerada con momentos de histrionismo que en ocasiones rozan lo hilarante. El recital de caras que deja en cualquiera de las escenas que comparte con Stoll es cualquier cosa menos sutil, teniendo como momento álgido el experimento del cordero.
Caritas Van Dyne
Contra todo pronóstico es precisamente el Darren Cross del actor de 'House of Cards' quien más fuerza transmite, hasta el punto de llega a desear que Warner Bros y Marvel Studios hubieran hecho un intercambio por el Jesse Eissenberg de 'Batman v Superman'. En la línea de otros grandes villanos alopécicos cine, Corey Stoll transmite presencia en cada una de sus apariciones para lo que podría haber sido un Lex Luthor más que destacable, pero que al que por desgracia el guión deja al borde de la opereta. Un vicio que va más allá de su personaje, ya que si un problema arrastra 'Ant-Man' es precisamente ser demasiado tebeo, y no precisamente en el mejor de los sentidos.
Bring me Superman!
Cursi, algo relamida y obsesionada con ser graciosa, 'Ant-Man' se llena la boca de expresiones como “el mundo en peligro” y siniestras corporaciones tan malas como la quina, a una escala desproporcionada que se les va de las manos entre cameos de superhéroes metidos con calzador. Tampoco es que la vena humorista made in Marvel viva su mejor momento con los compañeros de fechorías de Lang, habituales recursos cómicos en las películas de la compañía de Justin Hammer, El Mandarín, Selvig y sus becarios, alcanzando su incorporación más olvidable en el 'Ant-Man' de Peyton Reed. No se si en la versión original el personaje de Michael Peña tiene más gracia que en la doblada, pero en esta pocos son realmente los que llegan a buen puerto a pesar de meritorios intentos como el chapurreo con visos de parodia a las cintas del estilo de 'Ocean's Eleven'.
Saben tanto de hacer reír como de robar
Más cargante que divertido, el eje central de un trío de ladrones que nunca termina de aportar nada es una muesca más en la rutinaria ligereza de un film que muchas veces lo intenta pero no demasiadas da en el blanco, a pesar de dianas tan sonoras como el gag de la lámpara. Con un prota simpático pero tampoco mucho, un mentor que da caña pero sin mucha garra, una chica dura pero que no destaca, un malo con carácter pero no resulta memorable y unos secundarios cómicos sin demasiada gracia, lo más fácil sería pensar que a 'Ant-Man' la etiqueta como héroe más pequeño de Marvel Studios le viene que ni pintado.
Y así sería si no fuera por un aspecto que consigue ponerlo por encima del 5 pelado, y no es otro que su apartado visual. Si hay una razón que realmente justifique ver 'Ant-Man' en pantalla grande es por ser una de las películas más espectaculares de Marvel Studios cinemáticamente hablando. Cualquier que haya crecido con 'Los Diminutos' o soñando con enrevesadas pistas de obstáculos por medio de objetos cotidiano jugando a los Micromachin no va a poder resistirse a las escenas en el que el protagonista emplea sus poderes para enfrentarse a toda una colección de ratas gigantes, engranajes mecánicos y otros objetos minúsculos convertidos en amenazas hipervitaminadas.
Espectáculo en movimiento
Ni siquiera necesita ser excesivamente creativa más allá de poner la miel en los labios, pero los poderes del Hombre Hormiga funciona tan fantásticamente bien en pantalla que no hay forma humana de escapar del cine sin la cabeza llena de superhéroes enfrascados en peleas imposibles en las que crecen y encogen a ritmo de la acción. Mucho ayuda en este aspecto tener tanto una de las mejores fotografías que se haya visto en una película de superhéros -tan nítida que se acabó lo de no ver más que borrones en las escenas nocturnas por cortesía de Russell Carpenter- y las habilidades de las distintas estirpes de hormigas que acompañan a Lang. En ese aspecto 'Ant-Man' es pura experiencia lúdica.
Un videojuego hecho cine que termina erigiéndolo como uno de los superhéroes con mayor potencial imaginativo de Marvel, invitando a desear que -al contrario de lo que ocurriera en los cómics- el personaje tarde mucho tiempo en entrar en fase de gigantes. ¿Quién necesita a Goliath con la interminable aventura que ofrecen unos superhéroes de talla minúscula? Un espectáculo continuo como llevábamos sin ver en el cine de acción real desde 'Cariño he encogido a los niños', y que en 'Ant-Man' como pocas veces lo haya hecho antes.
Fuck the crew!
Queremos más hormigas
Que en el resto de aspectos cinematográficos de la cinta pocas veces destaque mas allá de lo básico puede ser compensado por su despliegue visual si fruslerías como el guión o la narración tampoco te importan tanto (al fin y al cabo estamos hablando de una película de superhéroes, no de 'Macbeth'). Como un humorista novel que a veces es divertido y otras no sabe cuando está alargando el chiste hasta el sonrojo, 'Ant-Man' es en resumidas cuentas un telonero entre fases que pudo haber llegado a más, pero que bastante bien parada ha salido para todos los problemas que ocurrieron durante el desarrollo.
Dejando la espina clavada de lo que se intuye pudo ser pero por diversos motivos nunca podremos ver, no será la nueva 'Guardianes de la Galaxia' de Marvel Studios, pero sobresale lo suficiente para quedar unos centímetros por encima de la línea de flotación de la compañía. Ni muy buena, ni muy mala, ni muy divertida ni muy aburrida pero si suficientemente vistosa, cumple sin demasiados alardes su función como plato ligero para los fans de Marvel Studios que vayan a disfrutarla sin hinchar sus expectativas, de la misma forma que probablemente servirá para que los haters continúen quejándose de la impersonalidad del tono familiar de la compañía de los Vengadores.
Un término medio de plantilla, en el que la discreción de 'Ant-Man' termina siendo tanto su virtud como principal defecto.