Critica de 'El Capitán América 2: Soldado de Invierno'
Critica de 'El Capitán América 2: Soldado de Invierno'
Vuelve el Capitán América. Tras escabullirse de la II Guerra Mundial en la sección de ultraongelados y salvar Nueva York junto a los Vengadores, el personaje interpretado por Chris Evans se reincorpora a filas para volver a enfundarse el uniforme de las barras y estrellas, y descubrir que el sueño americano quizás no sea tan nítido como recuerda.
Trailer de 'El Capitán América 2: Soldado de Invierno'
Viral de 'El Capitán América 2: Soldado de Invierno'
Precedida por una feroz campaña promocional y el mayor hype que haya acompañado a una película de Marvel Studios en mucho tiempo, el miedo a que tras tanto trailer pudieramos darnos de bruces con el síndrome del 'Mucho Ruído y Pocas Nueces' estaba presente.
Sin embargo, la ironía ha querido que los hermanos Russo se conviertan en los mejores aliados del Capitán América, y los directores de 'Tú, yo y Dupree' y 'Community' nos sorprenden con una de las películas de Marvel Studios más sólidas hasta la fecha.
'El Capitán América: Soldado de Invierno' es, resumiendo sus virtudes en una sola frase, la película del Capitán América que todo fan del centinela de la libertad querría ver. Haciendo honor al apodo de su personaje, Chris Evans cierra la boca de cualquiera que todavía albergase dudas de su capacidad para llenar el traje del primer Vengador, con la contundencia de una fibra moral a prueba de bombas y un escudo que parece guiado por la mano de Dios.
Si creciste tratando de llenar los espacios entre viñetas para imaginar como debía ser la imagen de aquel supersoldado en movimiento, basta el plano secuencia de Rogers atravesando la cubierta del Estrella de Lemuria mientras barre a los mercenarios de Batroc para tener claro que 'El Capitán América: Soldado de Invierno' es lo que siempre habías esperado. Lo que siguen son dos horas durante las que los Russo se dedican a inyectar adrenalina pura en las retinas del espectador, en una sucesión de escenas de acción que se mueven con una precisión letal entre el vertiginoso ritmo de la cámara rápida y las mejores coreografías de lucha que haya parido Marvel Studios.
Da igual lo mucho que nos hubieran adelantado en trailers y similares. Secuencias como la fuga del Capitán América o el asalto en la carretera son tan intensas que uno desearía que no terminasen nunca, mientras se suceden los planos imposibles y vemos al personaje de Evans ejecutar proezas que flirtean con los límites de la capacidad humana.
Pero lejos de limitarse en plasmar las superlativas habilidades de Rogers en el plano físico, los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely saben jugar con los mimbres de historias como 'El Imperio Secreto', la etapa de Ed Brubaker y 'Nick Furia Vs SHIELD' para poner al Capitán América en la situación que siempre ha funcionado mejor (no como símbolo del gobierno americano, sino como consciencia de los Estados Unidos y representación de lo que deberían aspirar a ser).
A partir de esas bases, Chris Evans aniquila cualquier duda y demuestra ser mucho más que el Capitán América primerizo de anteriores films, haciendo suya toda la determinación, habilidad marcial y el poder inspirador del personaje. Mucho aporta a esta perfecta simbiosis entre actor y personaje una mimada realización que se asegura de que la firma personal del Capitán América sea reconocible incluso cuando no lleva su uniforme -a pesar de detalles tan naif como ese 'disfraz' que mantiene los identificativos colores blanco, azul y rojo-, reforzando la idea de que no estamos viendo a un actor interpretando a Steve Rogers, sino al abanderado de las barras y estrellas en persona.
Decir que lo mejor de una película del Capitán América es el Capitán América ya debería ser halago suficiente para saber que Marvel Studios ha acertado de pleno con su nuevo film. Pero además, el personaje de Evans se ve acompañado por jugoso elenco de personajes entre los que destaca un Nick Furia que al fin saca a relucir su rol como espía maestro, un Robert Redfort excelso como contrarreplica del personaje de Samuel L. Jackson (la noche y el día, caballero blanco vs caballero negro), la brillante aproximación a cierto villano rescatado de la primera película o unos secundarios acertadísimos con Brock Rumlow, la Agente 13, Georges Batroc, María Hill o Jasper Sitwell a la cabeza.
De entre todos ellos destaca Anthony Mackie, quien derrocha entusiasmo en el papel de un Sam Wilson que abandona su pasado como delincuente del bronx para convertirse en un ex-paraca del ejército de los Estados Unidos en la reserva. Pese a que la tendencia de Marvel Studios a 'militarizar' a sus personajes comienza a ser excesiva, en el caso de El Halcón -o Falcon en la película- funciona a la perfección a ofrecerle un origen mucho más orgánico al personaje y sobre todo dar pie a una de las ideas más lúcidas del film (el paralelismo entre la desorientación del Capitán América tras su gélido sueño de setenta años y el síndrome del ex-combatiente).
Manteniéndose fieles a otros aspectos del personaje como su nunca suficientemente reivindicado labor comunitario -algo que se tiende a olvidar para relegarlo al papel de “amigo de color del Capitán América”-, el guión hila finamente los puntos en común entre Rogers y Wilson, forjando una química que funciona a la perfección en la pantalla.
Por desgracia no se puede decir lo mismo de la Viuda Negra, quien por minutos en pantalla podría considerarse co-protagonista del film, pero resulta el peor definido e innecesario del film.
Y no porque Scarlett Johansson no le ponga empeño o no este la mar de mona ella. Sino porque da la sensación de que en Marvel Studios no tienen claro que hacer con la Romanoff, y en la mayoría de las ocasiones se dedica a hacerse notar, tirando del libro de los clichés de la mujer misteriosa sin aportar realmente nada.
Su ambigüedad de femme fatale de cartón piedra suena tanto al síndrome del personaje hueco, que hasta los guionistas se permiten hacer bromas bastante cafres a costa de ella, ya sea con la Johansson afirmando que “solo fingue saber cosas” o haciendo que el Capitán América la interrumpa en mitad de un guiño a cierto clásico de los ochenta (al más puro estilo de “no nos interesa lo que sea que tengas que contar”).
Podría ser divertido si no fuera porque se antoja como un cebamiento completamente fuera de lugar para un personaje con las posibilidades de la Viuda Negra, que además de ser la única mujer de los Vengadores cinematográficos, cuenta con el suficiente recorrido como para convertirla en una eterna promesa que nunca llega.
Tampoco es la única falla de un film que -a pesar de mostrar cierta actitud crítica frente a la política más reaccionaria de los Estados Unidos-, nunca llega a profundizar más allá de la superficie. Resulta reiterativa también la obsesión de los villanos de Marvel Studios con “Librarnos de la libertad”, un concepto tan “de tebeo” de la Edad de Plata, que al menos espero conduzca algo en próximas entregas (entre Loki y el villano de este film, todos parecen tener como objetivo la perdida de nuestro libre albedrio como si de un diablete de folletín se tratase).
Pocas fallas sin embargo para la que probablemente sea una de las mejores películas de Marvel Studios hasta la fecha. Se hecha en falta más de personalidad tras la cámara y algo de la acidez de 'Iron Man 3' teniendo en cuenta el tema que aborda. Supera sin embargo con creces en solidez a esta última, alejándose del “festival de humor” de la última entrega del Hombre de Hierro o la segunda película de Thor, para erigirse como una de las mejores películas de acción de la presente década.
Una película de acción construida en torno a la figura del Capitán América y su papel frente a la moderna SHIELD, y que demuestra que el centinela de la libertad tiene una mitología propia a la altura de otros grandes iconos del cómic. Solo por ver a Steve Rogers reivindicar su lugar en la nueva América mientras las naves arden sobre el Potomac, 'El Capitán América: Soldado de Invierno' es una cita obligatoria tanto para los aficionados de Marvel Studios como de las películas de superhéroes.
Si eres de los que crees que los Vengadores de Joss Whedon no son para tanto, en 'El Capitán América: Soldado de Invierno' encontrarás la mejor película de la compañía desde 'Iron Man'. Y si eres de los que considera a los Vengadores como el cenit del cine de superhéroes, 'El Capitán América: Soldado de Invierno' eleva al cubo la intensa montaña rusa de acción que nos ofreció Joss Whedon en la primera reunión de los superhéroes de Marvel Studios.
Así que, ¿de que va 'El Capitán América: Soldado de Invierno'? De la pugna entre las dos caras de la nación de las barras y estrellas. De la imposibilidad de diferenciar a amigos y enemigos en un mundo de grises en el que los ideales se recuerdan como una reliquia del pasado. De volver a casa para darse cuenta de que nada está donde debería.
Pero sobre todo, de El Capitán América en toda su expresión. Y de ser incapaz de apartar la sonrisa del rostro mientras el Capi patea el trasero de los malos y su escudo vuela de un lado a otro para poner las cosas en su sitio.
Y si todavía no os decidís para verla, aquí tenéis 10 razones para ver 'El Capitán América: Soldado de Invierno':