Crítica de 'El Reanacido' de Alejandro González Iñarritú

Nos adentramos en lo salvaje con la crítica de 'El Reanacido' de Alejandro González Iñarritú, Leonardo DiCaprio contra el mundo

Hay películas hechas para verse en pantalla grande, y sentirse empequeñecido por el espectáculo cinematográfico en su más pura, gigantesca y altísima definición. Los Oscars 2016 saben muy bien de esto, y entre sus principales nominadas para la gala del 28 de febrero se en cuentran dos de los más apabullantes ejercicios fílmicos de lo que va de siglo. Dos mastodónticas películas visualmente portentosas con las que sus autores apelan a las emociones para reivindicar el aspecto más sensorial del cine, pero que a la vez son como la noche y el día. Rodada en un tiempo record para hacer frente a las calamidades climáticas del norte canadiense, 'El Renacido (The Revenant)' de Alejandro González Iñarritú es tanto la única nominada de este año que realmente puede plantarle cara a 'Mad Max: Furia en la Carretera' en terminos cinematográficos, como su perfecta antítesis.

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Con un Leonardo DiCaprio que nuevo vuelve a afrontar la carrera del Oscar arrastrándose con uñas y dientes para conseguir la estatuilla, si el nuevo 'Mad Max' de George Miller irrumpió en nuestras pantallas como un arrollador relato heroíco cargado de vibrante energía y acción explosiva, 'El Renacido' se nos presenta como una gélida y agónica historia de venganza con tintes espirituales. Ambas tiene en común disponer sus principales virtudes alrededor de un sobrecogedor apartado visual, ambas tienen protagonistas obligados a emplearse a fondo en el terreno físico y a ahorrar en palabras, ambas son tan duras e implacábles como los áridos páramos en los que se desarrollan... Ambas tienen en común incluso el contar con Tom Hardy entre sus protagonistas.

Un espectáculo visual único

Sin embargo, acudir a ver 'El Renacido' en busca de un adrenalínico blockbuster similar al que nos ofreciera Mad Max -o incluso un blockbuster de pasiones más para todos los públicos como pudieran ser 'Django Desencadenado', 'Señor de los Anillos', 'El Lobo de Wall Street' o cualquier 'Braveheart' / 'Gladiator' de turno- corre un gran riesgo de salir decepcionado, tratándose de una película tan excesiva como esquiva que no se lo pondrá nada fácil al espectador que no esté dispuesto a entrar en su juego. Todos y cada uno de los aspectos que contribuyen a la inmersión de la película son difícilmente superables, desde la mortífera fotografía del ya imprescindible Emmanuel Lubezki a la puesta de escena, pasando porlos estertores de muerte en los que se trasforma la partitura de Ryuichi Sakamoto o el ojo del propio González Iñarritu para sumergirnos en la enormidad de los paisajes naturales del despiadado norte en el que se ha rodado.

Tirando de la espectral imaginería de Andrei Tarkovski hasta el punto de que es posible rastrear la mayor parte de los planos de 'El Renacido' en la filmografía del ruso, el director a penas aparta la cámara del suelo para transmitir una heladora sensación de maxnificencia que solo parece entender entre inabarcables gandes planos generales y primerísimos primeros planos al borde del plano detalle. Esto transmite una sensación de movernos entre titanes de una era mitológica, en la que los hombres luchaban contra los elementos sin más razón que la propia subsistencia. Desde la imponente secuencia del ataque indio en la que González Iñarritú nos hace encongernos en el asiento hasta el clímax final, la película de Leonardo DiCaprio esta repleta de imagenes para el recuerdo que se quedan grabadas en nuestra retina con la misma fuerza que si estuviéramos contemplando la inmensidad.

Vídeo con SPOILERS

The Revenant by Tarkovsky from The Petrick on Vimeo.

Pero si bien en terminos visuales dudo mucho que haya alguien a quien 'El Renacido' le parezca menos que impresionante, en terminos de guión y narración -así como la historia en general- se trata de una de esas películas que no aceptan termino medio, dividiendo al público entre aquellos que conecten con la propuesta de González Iñarritú y los que se vean completamente repelidos por ella. Para empezar, dista mucho de ser una película con un estilo de narración tradicional. De hecho puede ser el Anticristo para aquellos que estén acostumbrados al cine de Christopher Nolan y la necesidad de que los personajes subrayen todo lo que ocurre. Protagonizada por hombres curtidos del duro norte, la mayor parte de la información de la película se transmite a través de expresiones, planos y simbolismos que rozan lo sobrehumano, tratándose de una película con muy poco diálogo para su longitud.

Esto conlleva el que para nada se trate de una película con un ritmo acelerado que nos ponga el pulso a cien por hora. De hecho es muy pausada, repleta de larguísimos planos que nos invitan a perdernos a través del camino, dando a cada uno de los parejes que atraviesan sus protagonistas la imponencia de quien camina sobre la espalda de los gigantes. No es para nada gratuito, ya que no se trata de una película en la que lo importante sea pasar de (a) a (b) en un vendaval de energía, sino que se busca que sintamos el espacio y el tiempo por el que discurre el peregrinaje de su protagonista. Aquí es otro de los aspectos donde la película de González Iñarritú destaca, ya el camino nunca es un mero paisaje, sino que se sufre, sintiéndose el frío y la desolación que padece su protagonista.

La magia de Emmanuel Lubezki

Para los que tienen '2001: Odisea en el Espacio' más que vista y devoras el cine de Terrence Malick, Werner Herzog y Nicolas Winding Refn como el pan de cada día es más que asumible que no supondrá ningún problema y la disfrutarán como el gran espectáculo visual que es. Pero si no estás acostumbrado a ese tipo de cine... Digamos que puede hacerse bastante cuesta arriba con sus dos horas y media de duración, no siendo extraño ver a parte del público incómodo en sus butacas mientras miran constantemente a sus relojes.

Ahora, si bien es cierto que es una gran película en terminos de experiencia cinematográfica, que está magníficamente realizada e interpretada -no solo por DiCaprio y Hardy, sino también por el omnipresente Domhall Gleeson, el voluntarioso Will Poulter, un Duane Howard que llega al alzarse como una presencia de otro mundo y prácticamente todos los que participan en ella-, y que a pesar de de tener una base argumental muy sencilla sabe como sacarle partido, Gonzalez Iñarritu puede pecar en ocasiones de excesiva pedantería espiritual tirando a relamida, llegando a puntos en los que se toma tan en serio a si misma que puede invitar a cierta mofa. Quizás sea algo personal, ya que no termino de casar con el discurso de resignación a una voluntad mayor que la nuestra que se nos transmite. A veces funciona en su forma de hacer nuestros los retos a los que se debe enfrentar Hugh Glass para llegar a su objetivo, y en otras ocasiones da la sensación de que por muy lejos que lo empuje lo mantiene en una balsa moral que le impide tomar decisiones cuestionables por simple decisión del guión. Para una película titulada 'The Revenant', en la que su protagonista se ve enfrentado a las peores torturas imaginables y tiene como única determinación llevar una venganza al borde de la locura, el personaje de DiCaprio se muestra siempre demasiado justo y moralmente intachable, cuando un sufrimiento de estas dimensiones probablemente invitarían a cualquiera a terminar como en 'Los Ocho Odiosos' de Tarantino.

Quitando esto, y que a pesar del enorme mérito tras su realización quizás no sea la gran película que marque un antes y un después como nos la han vendido, 'El Renacido (The Revenant)' sigue siendo una muy buena película que gustará a los seguidores del cine de Gonzalez Iñarritú y de la vertiente más paisajista del cine en general. Un reencuentro con los parajes naturales que pone a prueba la voluntad de sus protagonistas y su equipo de grabación, brindando un espectáculo fílmico único en forma de calvario en el que comunión del hombre y la naturaleza se ve empañada por tintes cuasi-religiosos.

Pero si ya la habéis visto y todavía no la tenéis muy clara o -simplemente- queráis saber de qué va 'El Renacido', Leonardo DiCaprio y Alejandro González Iñarritu convierten su historia de venganza en un relato de sometimiento a una voluntad más grande que la nuestra. No por simple servitud ni claudicación vital, sino porque por muy determinados que estemos en nuestra empresa o férrea que pueda ser la voluntad que nos guía, al final somos simples humanos y la inmensidad del mundo que nos rodea es mucho más grande que cualquiera de nosotros.

Y si todavía no lo tenéis claro, aquí van 10 razones para ver 'El Renacido' de Gonzalez Iñarritu y Leonardo DiCaprio