Crítica de 'Han Solo', la carta de amor de Star Wars que hacía falta
Regresamos a una Galaxia muy lejana con nuestra crítica de 'Han Solo', la carta de amor de Star Wars que muchos esperaban pero que no demasiados han visto
Hace cuarenta y cinco años, George Lucas, Harrison Ford, Ron Howard y unos dados se reunieron en 'American Graffiti', la película que permitiría al primero de ellos cumplir el sueño de llevar al cine la saga de fantasía espacial con la que estaba destinado a hacer Historia. Una historia tan viva que en pleno 2018 ha vuelto a reemerger en nuestras pantallas, en forma de una nueva película de Star Wars centrada en la juventud de Han Solo. Proyecto originalmente ideado por Lucas antes de optar por no complicarse la vida y venderle Lucasfilms a Disney, tanto él como Ford disfrutan de un merecido retiro, mientras el por aquel entonces jovial Ron Howard asume hoy el rol de director, y los dados asumen un reluciente dorado galáctico para acompañar a un nuevo Han en su periplo por las estrellas.
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Acompañada por un aura de proyecto maldito desde que los problemas comenzaron a asediarla entre protagonista que no convencían, despido de directores, reshoots, habladurías varias y controversias ligadas tanto a campañas promocionales propias como a viscerales fenómenos sociales ligados a otras entregas de la saga, es como si todo el universo se hubiese alineado para convertir esta película de Han Solo en un desastre de proporciones bíblicas, capaz de hundir transatlánticos del tamaño de Star Wars. Y aunque lo que ocurra a nivel comercial con la saga es algo que todavía está por resolver, cinematográficamente 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' está más cerca de ser una muestra más del titánico oficio de Ron Howard, que la catastrofe que muchos auguraban -o incluso deseaban- que fuera.
Pagando el pato de hacer frente a un fandom polarizado y politizado, así como de una maquinaria mediática deseosa de oler sangre, Han Solo es una película sólida. Sorprendentemente sólida tanto si tenemos en cuenta el tortuoso camino que ha tenido que atravesar para llegar a nuestras pantallas, como si la comparamos con otros infiernos de rodaje recientes. Más cerca de la saga original de 'Indiana Jones', 'Willow', 'Mad Max y La Cúpula del Trueno' o la todavía presente 'Ready Player One' que de la estridencia pirotécnica de 'Infinity War' o la extravagancia provocadora de 'Deadpool 2', eran tantos los pecados mortales que se aguardaba encontrar 'Solo', que el hecho de que todos ellos hayan resultado ser triviales casi puede haberle pasado más factura que si hubiera sido el nuevo Jar Jar Binks de la franquicia.
¿Recordáis aquello de que el nuevo Han Solo de Alden Ehrenreich era tan malo que tuvieron que contratarle un entrenador para enseñarle a actuar? Sorpresa, no es Harrison Ford, pero lo hace tan sumamente bien que a poco que estés dispuesto a darle la oportunidad se gana la película. ¿Esperabáis encontrar un film esquizofrénico en el que las locuras de Lord y Miller chocaran por completo con la tradicionalidad de Howard? Oh, son tantas las escenas que se han descartado de los primeros que prácticamente es una película 100% de Ron Howard. Y el Ron Howard de 'Rush' y 'En el Corazón del Mar', que no es poca cosa. ¿Qué me dices de esos caos de edición que suelen ser estos proyectos problemáticos, en los que los parches y tijeretazos del estudio aparecen por todas partes? Que -de nuevo- han sido tanto lo que han cambiado que apenas se nota. Bueno, pero al menos dará para que a aquellos a los que odian 'Los Últimos Jedi' con toda su alma sigan con su cruzada contra Lucasfilms, ¿no? Es la más clásica de las película de Star Wars que se ha estrenado desde la trilogía original. Demonios, en muchos aspectos es incluso más clásica que la trilogía original, que estaba llena de excentricidades entre aquellos pasajes sin apenas diálgos de 'Una Nueva Esperanza', el carácter subvertivo de 'El Imperio Contraataca' o el festival de muppets de 'El Retorno del Jedi'.
Si le quitas los alienígenas y las naves espaciales, 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' podría pasar por un western de aventuras clásico de John Sturges. Una película palomitera ejemplar de las que no le cambian la vida a nadie, pero le alegran la vida a cualquiera que acuda al cine lo suficientemente abierto a pasárselo bien. De ambiciones decididamente pequeñas, los puntos flacos de la película guionizada por los Kasdan son tan poco amigos de las campañas de boicot, como una anodina Emilia Clarke cuyo personaje podría haber ofrecido mucho más, que las escenas de acción cuerpo a cuerpo no esten demasiado curradas o que el villano sea simpático pero no pase de lo cumplidor. Menudo cortarrollos para todos lo que esperaban que fuera el argumento definitivo para levantar palos y antorchas contra la nueva Lucasfilms.
Pero no. Resulta que el elenco encabezado por unos maravillos Alden Ehrenreich y Donald Glover -junto a secundarios de lujo como Woody Harrelson, Thandie Newton o John Favreau- destila carisma, que la historia funciona como un reloj y que sabe moverse entre la tensión como el espectaculo. Quizás de lo primero no haya mucho al ser una historia que uno ya se sabe, pero a poco que te interese el personaje y el universo de Star Wars es una película que se disfruta tanto como cualquier biopic de una figura del mundo real. Es más, 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' es seguramente una película que van a disfrutar mucho más los fans de la saga familiarizados con los pequeños detalles de las tres trilogías, 'Rogue One', las series de animación e incluso el canon y el antiguo universo expandido, al estar repleta de referencias en todos esos pequeños detalles que vemos pasar por pantalla. Incluso la banda sonora invita a sumarse la fiesta y la fotografía, incluso pecando de oscura es coherente con el enfoque con el que Lucasfilms está abordando estas nuevas precuelas de Star Wars ubicadas en los días del Imperio.
De este modo, si las trilogías centrales corresponden a las sagas heroicas y llenas de color, 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' se aproxima más a los grises tonales y morales que predominaban en 'Rogue One'. Lo hace con un enfoque singular por parte del director de cinematografía Bradford Young, en el que no siempre es posible apreciar los detalles de los personajes que se mueven por pantalla, pero siempre lo que está ocurriendo gracias a la disposición estratégica de fuentes de luz con las que distanciar a los protagonistas del escenario. En comparación con otras películas recientes en las que resultaba imposible ver nada durante las secuencias nocturnas -caso 'Black Panther'-, la película de Han Solo sabe hacer de este enfoque una marca personal y distintiva que otorga a la película una identidad propia dentro de la saga, a la vez que deja secuencias tan memorables como la huida de los muelles de Corellia o esas trincheras en lo que puede ser lo más cercano al cine bélico que ha dado toda la saga (hasta el punto de aproximarla a los afixiantes entornos del cine de la Primera Guerra Mundial).
Pero más interesante es incluso la forma en la que 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' enriquece la saga, mostrando cómo estos nuevos spin-offs le están sirviendo a Lucasfilms para explorar rincones de la Galaxia más allá de las guerras contra el Imperio, el misticismo Jedi, el Lado Oscuro, las intrigas palaciegas de las precuelas o la dinastía familiar de los Skywalker de la trilogía actual, ya sea a través de los rebeldes corrientes que se enfrentaron a la tiranía del Imperio en 'Rogue One', como ahora lo hace ahora con la gente corriente que vivió bajo dicho régimen la de Han Solo. Desde la extrema pobreza en un entorno industrial que en tanto recuerda a los entornos de producción de las ciudades azotadas por la crisis, como el día a día de los soldados de asalto que ni siquiera tenían caché para lucir una armadura blanca en los pasillos de un Destructor Estelar de turno o la gente que -simplemente- buscaba ganar el pan en un mundo sin opción alguna para nadie, nunca en la Historia de Star Wars se ha abordado de una forma tan cruda y directa como se hace aquí.
Afectada por unos problemas propios que en su gran mayoría ha sabido solventar y un boicot que en absoluto merece, deberíamos plantearnos si el que no nos haya gustado una película de una saga es suficiente para darle la espalda, perdiéndonos todo aquello que esta nos pueda ofrecer. Porque la ironía es que 'Han Solo: Una Historia de Star Wars' es seguramente la película de La Guerra de las Galaxias sobria y repleta de guiños a la saga clásica que muchos de los que no comulgaron con 'Los Últimos Jedi' querían ver. Mereciendo mucho más aprecio del que sin duda está recibiendo, recaude más o recaude menos, lo que si nos ha dejado Ron Howard es una más que loable adición a la saga, que hará que cuando echemos la vista atrás y volvamos a ver al Han de Harrison Ford hablando de cómo le ganó el Halcón Milenario a Lando o los parsecs en los que se hizo el Corredor de Kessel, serán muchos de los grandes momentos de esta película que nos hará revivir.
Dejándonos incluso alguna que otra inesperada guinda de cara al futuro, Howard y el inmejorable equipo de interpretes a su cargo nos han dejado una muy disfrutable película de aventuras, tan púramente western, puramente 'Firefly' y puramente conectada a la historia de la saga, que es a la vez 100% Star Wars.
Esta es nuestra crítica de 'Han Solo', la carta de amor de Star Wars que nos cogió a todos por sorpresa, y que merece mucha más suerte de la que está teniendo.