Crítica de 'Her' de Spike Jonze
Crítica de 'Her', el último onanismo de Spike Jonze:
Dice la creencia popular que no hay nada más hermoso que estar enamorado. Pero también, que no hay nada que provoque más bochorno y empalago que soportar a una pareja cuando se encuentran en esa fase del “Cuanto te quiero”.
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Spike Jonze nos recuerda su 'Weapon of Choice'
En ambos puntos radica el encanto y el exceso de 'Her', nueva película con la que el dios eros de los videoclips Spike Jonze explora las relaciones humanas del siglo XXI, y como la tecnología ha cambiado la forma de expresar nuestros sentimientos. Llegando con una semana de retraso a San Valantín, 'Her' nos traslada a un futuro cercano, para presentarnos a un solitario Joaquin Phoenix que se gana la vida poniendo sentimiento a cartas ajenas (a pesar de que en su casa no le espera más compañía que la de su tupido bigote y un videojuego respondón).
La vida de su personaje cambia cuando se adquiere un nuevo modelo de sistema operativo inteligente programado para adaptarse al usuario, lanzándose a la piscina de la búsqueda de sentimientos artificiales para mitigar la soledad del hombre contemporáneo.
Espera, ¿qué me has sustituido por qué???
En su defensa hay que decir que la maquinita tiene la voz de una Scarlett Johansson a la que nunca llegamos a ver, y que la situación que plantea no esta muy lejos de la que vivimos en la actualidad (cada vez más ajenos a las personas con las que compartimos espacio, y más pendientes de nuestros móviles y pantallas táctiles).
'Her' lo tiene todo para ser una inteligente instantánea de la exaltación de el 'yo' de estos días en los que los que el miedo y la insatisfacción en nuestras relaciones nos empuja a la comodidad del calor virtual.
Sin embargo la película cuenta con el lastre de quererse demasiado a si misma, difuminando las posibilidades de su punto de partida a costa de un festival Joaquin Phoenix bailando, tocándose o poniendo la misma cara acelga que en el póster, mientras suelta chistes de pena y la Johansson hace como que se ríe.
Porque seamos francos, a todos nos gustaría conocer a la persona de nuestros sueños, ya fuera alta, baja o un ordenador de sobremesa. Pero de ahí a forzar a alguien a querer ser testigo del espectáculo de arrumacos y algodón de azúcar que tengamos con nuestra pareja, hay un trecho en el que salimos del amor y nos adentramos en el territorio sadismo.
Excusa para que el protagonista no parezca tan triste
Aunque mejor planteémoslo de otra manera: Casi todos pasamos más tiempo de la cuenta con nuestro ordenador. ¿Obligaríais a alguien a contemplaros mientras disfrutáis de vosotros mismos al frente de la pantalla de plasma?
Una combinación entre ambas es lo que nos ofrece 'Her' con sus dos horas de Phoenix haciendo el monguer como lo podríamos hacer cualquiera en una semana tonta delante del ordenador. Lo suyo tiene más glamour, porque en lugar de hablar con la gente a través de Facebook u otras redes sociales, lo hace con un emulador virtual con la voz de la tía más atractiva de Hollywood.
Sin embargo, da la sensación de que la nueva película de Spike Jonze se muestra excesivamente complaciente con la premisa que propone, y que a 'Her' le faltan muchas, muchas dosis de crítica e ironía (o una buena hostia, que dirían en mi pueblo) entre las torrenciales cantidades de almíbar que hay entre el hipster del bigote y Samantha.
Y es que aunque todos nos hemos sentido solos en alguna etapa de nuestras vidas y a la película no le falta inteligencia a la hora de explorar las nuevas formas con las que expresamos nuestros sentimientos en la nueva sociedad tecnología, se mueve en una frontera peligrosa entre el retrato y un festejo onanista rematadamente repelente y hipster.
Quizás haya empatizado más de la cuenta con la postura del personaje de Rooney Mara, pero que ente películas sobre la caída de la economía occidental, hijos desaparecidos y las víctimas de la industria farmacéutica se otorgue tanta gravedad a la historia de amor de un tipo con su ordenador sería preocupante si no tuviese tantos momentos involuntariamente cómicos.
Desde la ninfomanía de cierto personaje hasta un final en el que se hecha en falta un Leonidas que arroje de un puntapié a Phoenix y la pelijosa de Amy Adams de la azotea para que dejen de poner caras mustias, a 'Her' le falta mordiente o le sobra metraje, fallando en su intento de convertirse en la ciencia ficción romántica del siglo XXI para quedarse a un paso de ser una reivindicación del autismo social y una forma de amor unidireccional y egoísta. Aunque en su defensa ¿qué relación sentimental no lo es?
Pero entremos en terrero de SPOILERS y proclamemos a los cuatro vientos ¿de que va 'Her'? Se nos ocurren tres posibilidades:
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Joaquin Phoenix es el Enjuto Mojamuto definitivo pero sin gracia. Una validación de nuestra lúbrica relación con ese objeto de deseo en comparte todos nuestros historiales de conversación, nuestros secretos más íntimos y nuestro pr0n. Le dan de alta, le absorbe la vida con tal subidón que hasta se toca y se hunde en la depresión más miserable cuando le cortan la línea.
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'Her' es una nueva forma de sexo virtual entre el espectador y Joaquin Phoenix (siendo la voz de Scarlett Johansson un mero intermediario). El tipo esta triste hasta que comienza la película y emprende una relación virtual. Se dedica a jugar a videojuegos, tocarse o hacer el “amor es una forma socialmente aceptada de locura” mientras somos nosotros los que miramos a través del “ojo de la webcam” y -al final- se pone triste cuando termina la película y nos vamos.
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'Her' es la historia de un tío tan triste tan triste, que se enrolla con su ordenador y este lo deja. No es mi programación, es que eres un plasta, tío.
Y si todavía no estáis seguros de si verla o no, rematamos la crítica de 'Her' -como de costumbre- con 10 razones para ver 'Her':