Crítica de Las Aventuras de Tintín y el Secreto del Unicornio
Steven Spielberg ha hecho una película de acción de las suyas, pero cogiendo por banda al personaje de Tintín. Y le ha salido bien. Las Aventuras de Tintín y el Secreto del Unicornio tiene el estilo de las mejores películas de aventuras del director: es descabellada, alocada, inverosímil y divertidísima. El ritmo es imparable y trepidante. Y la comparación se hace inevitable con Indiana Jones. Es una de esas películas que, al igual que pasa con las historias del arqueólogo, pese a lo complicado de la situación, se disfrutan con una sonrisa y sin ninguna clase de tensión. La sensación de "Indi seguro que sale de esta" es completamente extrapolable a Tintín.
Por otra parte, hay que afrontar la gran duda y preocupación del público en general: el 3D. La técnica 3D está maravillosamente usada en esta película (opinión de alguien que dista mucho de ser una defensora de esta técnica). Pero aquí está utilizada de una manera nada efectista, sin grandes momentos en los que haya objetos/personas/cosas saliendo de la pantalla. No, aquí sirve para utilizar la profundidad de una manera maravillosa y, además, favorece mucho a la técnica de Capture Motion, ayudando a resaltar los volúmenes. Capture Motion, por cierto, que da un excelente resultado y que colabora en que la estética final de la película realmente parezca sacada de uno de los cómics de Hergé.
En lo que al argumento se refiere, hace un repaso por varias de las historietas de dibujante belga. Pero, desde los créditos y sobre todo la escena inicial, es un homenaje a toda la obra (y personajes de Hergé). Personajes, por cierto, que son el vivo retrato de lo que te imaginas al leer. De entre todos, destaca Milú, el auténtico héroe de la película.
Además, Las Aventuras de Tintín y el Secreto del Unicornio tiene uno de los planos secuencias más trepidantes y divertidos de la historia del cine. Vale, sí, es un plano secuencia totalmente tramposo. Pero es lo que tiene hacer una película de animación. Y precisamente, esa es otra de las bondades de la película: es una película de animación, sí, pero no por ello hay que descuidar la realización. La primera secuencia lo deja muy claro. Destaca, sobretodo, el montaje en paralelo del recuerdo de la historia del barco del Capitán Hadock con la actualidad de los personajes en Marruecos, con unas transiciones preciosas.
Las Aventuras de Tintín y el Secreto del Unicornio es lo que promete. Una película de aventuras, muy divertida y de un gran encanto visual. Y los admiradores del cómic pueden estar tranquilos. No lo mancilla.