Crítica de 'Mi semana con Marilyn', mitómano entretenimiento

DE SIMON CURTIS


'Mi semana con Marilyn' es mero entretenimiento fílmico. Y no pretende ser otra cosa. Simon Curtis crea una película ligera y sin mayores pretensiones que desmontar el mito de Marilyn Monroe para hacerlo resurgir de una manera aun más fuerte.

Y cumple su misión. Comprendemos que exasperaba a Laurence Olivier. Entendemos perfectamente qué fascinaba tanto a los demás de la tentación rubia. Y todo es gracias a Michelle Williams, el mayor atractivo de la película.

Michelle Williams no se limita a los clichés y consigue abarcar todo el abanico de complicación y contradicciones que envuelve a la actriz. Y está fantástica y mimética. Más que el movimiento (que también), su gran logro es reproducir tan fielmente su cadencia y tesitura en la voz.

Pero hay poco más que decir de esta película. Es ligera y fresca. Consigue atrapar a cualquiera en la interpretación de Williams y el encanto de Monroe. Pero no aporta mucho más.

Su argumento es, en muchas ocasiones, repetitivo. Un ir y venir del personaje de Eddie Redmayne en pos de la actriz desde su mirada eclipsada llega a ser exasperante. La película no pretende llegar a ningún lado y el espectador se da cuenta de ello demasiado pronto.

Kenneth Branagh está correcto, Judi Dench muy divertida, Dominic Cooper molesta y Emma Watson está bastante bien aunque un poco desaprovechada. Pero... ¿qué más da? es Michelle Williams la protagonista y joya de la película. Única razón para verla y única también, para que te guste.

Mitómano entretenimiento.

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