Crítica de 'Orgullo, Prejuicio y Zombies' de Burr Steers
Crítica de 'Orgullo, Prejuicio y Zombies', la danza de los muertos
Por encima de cualquier otra contribución al medio, Seth Grahame-Smith pasará a la historia por su habilidad para concebir disparatados pastiches pulp y venderlos ya desde el título. De las cualidades literarias de sus obras poco oiras hablar a nadie, pero el tipo tuvo la desfachatez de parir las novelas 'Abraham Lincoln, Cazavampiros' y 'Orgullo, Prejuicio y Zombies', y eso no se lo quita nadie.
Primeras fotos de 'Orgullo, Prejuicio y Zombies'
Frenético nuevo trailer de 'Orgullo, Prejuicio y Zombies'
Viendo la adaptación perpetrada por el infame Timur Bekmambetov con la primera, tampoco parecía que la traslación al cine de su obra fuera a dejar huella más allá de lo que ya se vendía el póster. Así que probablemente no sorprendera a nadie si afirmamos que la película de 'Orgullo, Prejuicio y Zombies' no va a ser la que eleve su obra al olimpo cinematográfico (de eso ya se encargará para bien o para mal el 'Bitelchus 2' que prepara junto a Tim Burton). Sin embargo, si que dista de ser desastre que podía intuirse, resultando en un frivolidad absolutamente trivial y competentemente realizada, con la que disfrutar de una deliciosa tarde tonta de palomitas.
Sin aspirar a ser nada más que la mescolanza de serie B que promete, la gran virtud de la película dirigida por Burr Steers -'17 otra vez', 'La gran caída de Igby', 'Siempre a mi lado'- es la naturalidad con la que sabe fusionar la ligereza de la obra original de Jane Austen con el festival de zombies incrustados en la comedia romántica decimonónica, para atiborrarse de cerebros entre todo su almíbar y coqueta cursilería.
No terminando de tener claro si tomarse en serio su premisa o si entregarse por completo a la diversión más gamberra, aterriza con cierta gracia en un cómodo territorio de nadie en el que lo que más llama la atención es lo bien que parecen habérselo pasado entre trajes decimonónicos, desmembramientos, bailes en salones señoriales, sanguinarias coreografías y tensiones sexuales no resueltas sus protagonistas.
Tampoco le faltan virtudes que la elevan tímidamente un peldaño por encima de la media del mero sucedáneo de 'The Walking Dead' de turno, ya sea cierta pericia en la composición de escenas o cómo aprovecha el componente zombie para potenciar el contexto social de una Inglaterra con una marcada división de clases. Pero en general solo son perlas que contribuyen a dar cierto lustre para lo que no pretende ser otra cosa que un disparate con encanto, y cuyo director no tiene ningún reparo en resolver según le viene en cuanto cumple con la hora y cuarenta y ocho minutos que el estudio le había solicitado.
Una chorrada divertida que en ningún momento esconde su naturaleza, y que aunque seguramente no le vaya a cambiar la vida a nadie, si que es muy probable que entretenga a unos cuantos. O al menos, si tu intención no es otra que la de darte un atracón de palomitas entre amigos y ver como unas altivas hermanas Bennet formadas en las artes shaolin desenvainan sus armas en el juego del amor, con la irrupción del díscolo Señor Darcy y las subversivas y hambrientas hordas de zombies a las que da caza.
La historia de amor entre Elizabeth y Darcy
Tal y como Jane Austen la había concebido
¿De qué va 'Orgullo, Prejuicio y Zombies'? De todo lo que iba la obra original de Jane Austen con su colisión entre la vida tranquila en la campiña de cinco hermanas cuya indiscreta madre comienza a mostrarse preocupada por que encuentren marido, y la aparición de un grupo de jóvenes de alta alcurnia para complicar su existencia con los problemas del amor. Todo eso, zombies, mucha sangre de mentira, espadas, pólvora, vestidos de época, algunas puntillas de crítica social y sus buenas dosis de girl power con cierto coqueteo de reivindicación feminista.
Si todavía no lo tenéis claro, aquí van 10 razones para ver 'Orgullo, Prejuicio y Zombies' tras el trailer de rigor: