Crítica de Rare Exports: el auténtico Santa Claus
Se mire por donde se mire, "Rare Exports" es una macarrada. Lo primero porque hay que ser muy macarra para hacer una precuela en versión largometraje de tu propio corto. Lo segundo, porque el resultado es una gamberrada divertidísima. Jalmari Helander se llevó una gran acogida con esta película en Sitges y, ahora, llega a nuestras pantallas.
"Rare exports" es una de esas películas de las que mejor no saber mucho y dejarse sorprender, pero sí te diremos que es una película diseñada para parodiar las historias navideñas y, sobre todo, el origen y mercantilismo de estas fechas tan señaladas.
Nuestros protagonistas son un padre y un hijo en la nevada Laponia en la frontera con Rusia. Lugar donde están haciendo una sospechosa excavación. El padre es un cazador rudo y poco afectivo. El niño es lo más mono que te puedes echar a la cara. Junto a el padre (doble de Santiago Segura) completan el trío adulto protagonista el doble finés de El gran Lebowski y un tercero para el que no se me ocurre un parecido.
La película, además de ser una sátira de las películas navideñas y del espíritu en sí en clave de comedia de acción (por decirlo de alguna manera), se configura con cinco partes muy marcadas y que favorecen mucho. No es que aparezcan rótulos al estilo Lars Von Trier, pero se diferencian a la perfección.
El prólogo parece la presentación de un villano de Batman; el primer acto un drama localista finlandés; el segundo, una película de misterio o terror; el tercero, una película de aventuras ochentera; y, por último, el epílogo entronca con el corto original en el que se basa esa historia. Sí, el epílogo es lo mejor de la película, pero os aconsejamos verla antes de saber de qué van los cortos.
Todo el argumento gira en torno a la existencia del auténtico Santa Claus: una especie de cabra maligna que entraba en las casas para secuestrar a los niños. Y como bien se dice en la frase más memorable de la película Este es el verdadero Santa Claus y no el de Coca-Cola.
"Rare Exports" es entretenimiento palomitero con toques bizarros, muy divertida y que se ve muy a gusto. Y sales del cine con un espíritu navideño renovado: la verdadera esencia de la navidad, está en hacer negocio con lo que sea. Eso sí, por muy navideña que sea, no apta para ir con niños.
