Critica de 'Tomb Raider', Alicia Vikander es la verdadera Wonder Woman
Nos adentramos en el regreso de Lara Croft con nuestra critica de 'Tomb Raider' con Alicia Vikander como la heroína de los videojuegos
A pesar de que -en líneas generales- adentrarse en el tenebroso mundo de las películas de videojuegos supone aventurarse en una tierra inhóspita, repleta de horrores más allá de lo que nadie podría soportar, tampoco faltan las obras capaces de reunir las suficientes bondades para llegar a la condición de placer culpable. Entre estas, pocas la hiceron con el desparpajo del festival hedonista de la primera película de Tomb Raider de Angelina Jolie, compensando el disparate superfluo de las proezas imposibles, con un arrollador descaro de poster de cueva adolescente y parajes de ensueño. Dicho de otra manera, la película ofrecía todo lo que hizo grandes a los videojuegos de la angulosa arqueóloga aventurera creada por Toby Gard, y además molaba.
Primer vistazo al reinicio de 'Tomb Raider', Alicia Vikander es Lara Croft
Primer vistazo oficial a la nueva 'Tomb Raider' de Alicia Vikander
Por desgracia su secuela fue incapaz de contagiarse de la irresistible energía de la Lara Croft de Angelina Jolie, frenando en seco la expansión cinematográfica de la franquicia. De vuelta a la reclusión de los videojuegos, Square Enix decidió que había llegado el momento de darle un nuevo meneo al personaje, reclutando para ello los servicios de la escritora Rhianna Pratchett. ¿Objetivo? Reimaginar a Lara Croft de cara al nuevo milenio, en un momento en el que el boom de la trilogía de 'El Caballero Oscuro' de Christopher Nolan se encontraba en su máximo apogeo.
El resultado fue el remake de 'Tomb Raider' de 2013, a través de un nuevo videojuego que sustituía el carácter festivo de las desafiantes curvas de aquella Lara Croft, por una vuelta a los orígenes salpicada por la crudeza sin cuartel de la supervivencia al límite. Más Ellen Ripley o John McClane que James Bond, más 'Escupiré sobre tu tumba' que Indiana Jones, la acogida de esta reinvención de los orígenes de Tomb Raider se convirtió en el 'Batman Begins' / 'Casino Royale' de la saga, brindando una segunda juventud al personaje, con una nueva saga que a día de hoy cuenta con dos aclamadas entregas, y una tercera a punto de llegar.
Tanto funcionó este reinicio de Tomb Raider, que los engranajes para devolverla a las pantallas de cine no tardaron en ponerse en marcha, siendo elegida como nueva Lara Croft Alicia Vikander. Actriz menuda de origen sueco y un metro sesenta y ocho de altura que a sus 29 años no tenía mucha experiencia en el cine de acción más allá de sus vacaciones en Roma junto a Henry Cavill y Armie Hammer en 'Operación UNCLE' -más los brazos que pueda haber echado a base de levantar galardones entre 'Pure', 'Un Asunto Real', 'Anna Karenina', 'Ex Machina' y 'La Chica Danesa'-, Vikander era en muchos aspectos todo lo contrario a lo que uno podría tener en mente al pensar en una sucesora de Angelina Jolie como nueva Lara Croft.
Físicamente contaba con una complexión bastante cercana a la nueva Tomb Raider de las plataformas jugables, sí. Pero, ¿qué hacía una actriz de Oscar, a la que siempre se le ha asociado con una imagen de vulnerabilidad elegante interpretando a una tía dura, en una peli de videojuegos? ¿Nos encontrábamos ante otra rareza, como cuando Mery Streep probó suerte en el cine de acción de los noventa con 'Río Salvaje'? La respuesta volvía a estar tanto en la comparativa con el Batman de Christian Bale -y el acierto que supuso elegir como protagonista un actor cuya dedicación al cine está al borde de la psicopatía-, así como en un material de origen, cuyo principal acierto fue ofrecernos una Lara cercana y creíble, que te invitaba a sufrir con ella en una espiral de padecimientos en los que realmente temías por su integridad física.
Con su trayectoria cinematográfica, Alicia Vikander no debía tener demasiados problemas para cubrir con solvencia tanto las necesidades interpretativas de la nueva Lara Croft, como todo lo que atañe a ser capaz de transmitir esa realidad con la que fuera fácil conectar. Pero escapar airosamente de los requisitos de protagonizar una película de acción requiere mucho más que saber actuar y lograr que el público se implique con el peligro -que se lo digan si no a los grandes actores y actrices que probaron suerte y nunca más se volvió a saber de ellos-, y la gran sorpresa de 'Tomb Raider' (2018) no es que Vikander nos ofrezca una de las heroínas mejor interpretadas y creíbles que ha dado el género, sino la titánica fisicidad de su Lara Croft.
De la misma forma que sería imposible entender la primera traslación de Tomb Raider a las pantallas sin Angelina Jolie, Alicia Vikander se erige como la monumental piedra angular sobre la que se erige esta nueva encarnación. Una piedra angular de músculos cincelados en marmol, y que -entre momento introspectivo con el que dejar claro que si han buscado una actriz de su calibre no es para limitarla a repartir guantazos y desarrollo de trama- en este regreso a los orígenes de Lara Croft nos brinda alguna de las más impresionantes proezas físicas que hayamos visto realizar a un actor en pantalla en lo que va de siglo.
Para llevarlas a cabo, la película cuenta con un nutrido equipo de dobles de acción, pero también con la participación de una Vikander que -en su primer blockbuster de acción como protagonista- ha demostrado un arrojo que haría llevarse las manos a la cabeza a Tom Cruise y Keanu Reeves. La dedicación de la actriz al método va mucho más allá del plano interpretativo, metiéndose en cuerpo y alma en una Lara Croft tan diferente de la de Jolie, como icónica por si misma. Decidida, vulnerable, divertida, tenaz, ingeniosa... Pero siempre con un enfoque real muy alejado de los aires de superstar de su predecesora, y que logra que cada vez que sale mal parada o se enfrenta a un adversario en una situación de vida o muerte, no veamos a un héroe de videojuegos sin sentimiento ni padecimiento, sino a una persona de verdad que reacciona a estas situaciones como alguien que nunca se ha visto en la situación de tenerse que emplear al máximo para salvar su pellejo, no digamos ya de tener que quitarle la vida a otra persona.
Tan completa es la heroína que nos ofrece su Lara Croft, que el mayor misterio de 'Tomb Raider' es qué hace Alicia Vikander aquí y no interpretando a Wonder Woman o alguna superheroína o supervillana a nivel de esta. Todo dicho sin desmerecer a desparpajo de Gal Gadot como princesa amazona, pero es que lo de Alicia Vikander llega a tal extremo, que no es que la actriz sueca podría eclipsar a la protagonista de la Liga de la Justicia si se le dispusiera la oportunidad. Es que casi es posible apostar que lo haría también con Harrison Ford o Bruce Willis, en caso de que la eligieran para interpretar a Indiana Jones o John McClane.
Pero si alguien se pregunta porque ya le estamos buscando otro papel cuando acaba de protagonizar el relanzamiento cinematográfico de la más popular superheroína de los videojuegos, es porque -desgraciadamente- la película no es capaz de seguirle los pasos a su entregadísima estrella. Marcada por una perenne sobriedad, espectacular cuando llegan las escenas de acción, poco estimulante en los momentos de calma, 'Tomb Raider' de Roar Uthaug no es ningún desastre, pero sí una película que no consigue la garra que la espectacular fuerza de la naturaleza en la que se erige Alicia Vikander requería.
Fácilmente comparable con la ya citada 'Batman Begins', no solo no consigue ir más allá, sino que carece del brío narrativo con continuos saltos en el tiempo que caracterizaba a la cinta de Christopher Nolan. Con una narración mucho más lineal salpicada de flashbacks y continuos trámites a costa de la memoria de un padre que termina siendo más un problema que algo que aporte, la sensación es de una película que llega diez años tarde, y que cuando no tiene a su protagonista dándolo todo, no pasa de mantenerse en la línea estandar.
Ni si quiera la contribución de unos voluntariosos Walton Goggins y Daniel Wu consiguen aportar mucho en ese aspecto, dejando como resultado una cinta a la que bien le hubiera venido contagiarse de parte de la energía de su protagonista. Pecando de exceso de metraje, demasiados momentos de calma poco aprovechados entre fragmento de acción y fragmento de acción y una dirección y montaje más bien rutinarios que no consiguen captar el carácter extremo de la situación límite que vive su protagonista, la nueva película de 'Tomb Raider' se queda en una tierra de nadie en la que ni mata ni engorda, y que no le hace demasiada justicia a la entrega de Vikander.
El añadido de elementos que rondan la opereta como los puzzles familiares disparatadamente alambicados y las sociedades secretas tampoco ayudan demasiado, en una película a la que probablemente le habría convenido bordear la calificación R del realismo más crudo y con los pies en la tierra. Al final se queda a mitad de camino, dejando como resultado una reinvención de Tomb Raider que quiere contentar a todo el mundo, y que si bien se deja ver si uno va con las expectativas bajas de ver un cazatesoros al uso, mientras una de las mejores heroínas que haya pisado la pantalla se deja la piel en la pantalla. Muchas serán las niñas y niños que van a encontrar en el personaje de Alicia Vikander a alguien a quien admirar, y muchos los cinéfagos del género los que acabaremos abandonando la sala con la sensación de que con estos mimbres, la apabullante nueva Lara Croft merecía un cesto mucho mejor.