Crítica de 'Zootrópolis', animales de verdad
Crítica de 'Zootrópolis', Disney toma la delantera
Durante décadas, Disney Pictures fue el principal referente de las películas de animación estadounidense. Sin embargo, algo se trunco durante los noventa y pasamos del desaforado entusiasmo de hits como 'El Rey León', a la progresiva debacle que nos condujo hasta 'Zafarrancho en el Rancho', infames secuelas en VHS y series animadas desesperadas por parecer modernas que la redujeron a una triste sombra de lo que un día fueron. De multimillonario referente para toda la familia, a la desfasada parodia sinónimo de infantilismo, viejundad y padres que no se enteran, aquel podría haber sido el ocaso de Disney si no fuera por la aparición del flexo salvador que fue Pixar. Con su animación hechar por ordenador y hits como 'Toy Story', 'Monstruos S.A.', 'Buscando a Nemo', 'Los Increíbles' y tantas otras, la compañía subsidiaria de Disney consiguió que las películas de dibujos volviesen a ser para grandes y pequeños, desplazando a la compañía madre hasta tal punto que Pixar terminó convirtiéndose en el referente central del cine de animación americano, mientras que el nombre de Disney se veía relegado a una suerte de sello corporativo menor para merchandising y sitcoms de estrellas pop adolescentes propensas al escándalo.
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Sin embargo, algo ha cambiado en esta jerarquía desde que el estudio de Mickey Mouse decidiera reclutar a John Lasseter para relanzar su departamento animado, concatenando éxitos como 'Tiana y el Sapo', 'Enredados', 'Rompe Ralph', 'Big Hero 6' o el histórico blockbuster que fue 'Frozen'. Todo, en un momento en el que el buen nombre de Pixar comienza a ser cuestionado al apoyar prácticamente todas sus propuestas de la presente década en secuelas de éxitos previos, con excasos proyectos completamente nuevos que han ido desde racepción tibia ('Brave') a la gélida ('El Viaje de Arlo'), siendo 'Del Revés' el único hit 100% original que han tenido desde el estreno de 'Up!' en 2009.
En este panorama llega 'Zootrópolis', película Disney -que no Pixar- a cargo de Byron Howard y Rich Moore, quientes tras 'Enredados' y 'Rompe Ralph' recuperan la tradición de la compañía por los dibujos animados protagonizados por animales antropomorfos. Un género que se remonta tan lejos como como el mismísimo ratón de Disney, y que a pesar de haberse perdido durante los últimos años, ha estado presente en creaciones tan emblemáticas como 'Robin Hood', 'Pato Aventuras' o 'Los Rescatadores'.
No hablamos ya de meros animales parlantes que hablan entre ellos como pudieramos ver en 'Madagascar', 'The Wild' o 'Ratatuille', sino de animales viviendo en una sociedad similar a la nuestra, vistiendo ropa, realizando profesiones comunes y conduciendo autos, algo que el estudio llevaba sin hacer desde hace diez años con la no demasiado añorada 'Chicken Little'. Lo más llamativo en este aspecto, es que 'Zootrópolis' puede ser una de las primeras en aproximarse a la idea de los animales con pautas de comportamiento humano como algo más que una floritura estética, manteniendo tanto conductas propias de las que tendrían en la naturaleza como la consciencia de no haber sido civilizados siempre y de que en otra vida fueron salvajes.
Centrada en una coneja decidida en ser la primera de su especie en convertirse en agente de policía en una ciudad en la que depredadores y presas conviven en armonía, la última película Disney parte de una premisa a la de 'Acero Azul' y 'Límite 48 Horas', donde la protagonista se ve obligada a formar una forzada alianza con un zorro delincuente para encontrar el paradero de varios animales desaparecidos. Con eso en mente, la mejor forma de describir Zootrópolis a un aficionado al cómic es como una versión Disney del Blacksad de Juanjo Guarnido y Juan Diaz Canales, donde en lugar de un malcarado gato detective privado tenemos una empecinada coneja policía y un zorro truhán callejero.
Blacksad versión Disney
Pese a -evidentemente- ser un film más centrado en el dinamismo de la acción y la aventura Disney para toda la familia, 'Zootrópolis' comparte con 'Blacksad' el uso de una sociedad de animales civilizados para abordar temas tan humanos como el racismo, la discriminación sexual o como en el fondo seguimos dejándonos guiar por nuestros insintos más primarios, de una forma sorprendentemente compleja para un film de sus carácterísticas. Si a pesar de la mejoría que estaban experimentando las películas de animación de Disney todavía se venía hablando de que seguían siendo películas Disney y no películas Pixar como algo peyorativo, 'Zootrópolis' supone un importante salto cualitativo que -sin renunciar a su carácter familiar- puede hablar de tú a tú con las mejores producciones de la compañía de 'Toy Story'.
Destacando por la contagiosa química de sus protagonistas y la ferviente imaginación con la que construyen este mundo de animales en el que se mantienen las proporciones -algo que da muchísimo juego, ya sea con persecusiones a pie entre transitadas calles de descomunales paquidermos o esquivando edificios entre barriadas de minúsculos roedores-, no se conforma con regurgitar una moralina al uso, sino que reparte para todos los lados, reflejando de forma bastante veraz lo difícil que puede ser la convivencia incluso en los entornos más idílicos. Abordando desde los prejuicios más arraigados hasta el uso del miedo para mantener el estatu quo fomentando las barreras entre colectivos, 'Zootrópolis' es una pequeña joya por cortesía de Disney, a la que no se le está dando suficiente atención en España a pesar del éxito que está suponiendo en diferentes partes del mundo.
El regreso a las buddy movies
Tan necesaria como actual, es una película divertida, ágil, imaginativa, visualmente asombrosa y llena de emociones, capaz de saltar del humor pada toda la familia hasta bromas que flirtean con el límite -el gag a costa de la antigua costumbre de los personajes Disney de no llevar pantalones llevada al territorio del Inspector Closeau- y repleta de personajes llenos de vida, empezando por sus dos protagonistas. Una película de animación perfecta para que los más pequeños de la casa salgan del cine llenos de energía y para el simple disfrute de los adultos que gusten de la buena animación en un combo perfecto entre las buddie movies policiales de los ochenta y las historias de animales antropomorfos con los que Disney solía prodigarse en sus mejores tiempos.
Y si a alguien le queda todavía alguna duda, ¿de qué va Zootrópolis? De la difícil convivencia dentro de la aparente fachda de armonía del mundo actual. De cómo por mucho que tratemos de escapar de nuestros instintos más primarios en el fondo seguímos siendo unos animales, de cómo incluso en las mejores circunstancias para la sociedad un zorro siempre será un zorro y un conejo un conejo. O al menos, hasta que hagamos algo porremediarlo.
Si todavía os quedan dudas de que es la película de dibujos que queréis ver este año, aquí tenéis 10 razones para ver 'Zootrópolis':