[CRÓNICA] Arenal Sound: Metronomy, Two Door Cinema Club, Kaiser Chiefs, Los Campesinos! y más
FOTOS: Jorge Montoro Cano
He aquí nuestra crónica/reportaje del Arenal Sound, que se celebró los días 2, 3, 4 y 4 de agosto en Burriana, Castellón, con grupos como Two Door Cinema Club, Kaiser Chiefs, Los Campesinos!, Love of Lesbian o El Columpio Asesino. ¡Allá vamos!
Primeras confirmaciones del Arenal Sound: Two Door Cinema Club, Corizonas, Sidonie y más
Kaiser Chiefs, cabeza de cartel Arenal Sound
JUEVES 2 DE AGOSTO
El jueves, primer día oficial del festival, nos dirigimos, con la mejor intención del mundo, al recinto del Arenal Sound en Burriana (Castellón). Sabíamos que la edición anterior había sido un poco ‘disaster’ –llegaron a Burriana más del triple de festivaleros de los que se esperaban- y sabíamos que el martes, el primer día de las fiestas de bienvenida, se había colapsado la cola de acreditaciones debido a un retraso de 10 minutos de la organización.
Tengamos fe, nos dijimos, démosle una oportunidad al festival. Así que allí nos personamos, tras dar ochocientas vueltas para encontrar las acreditaciones de prensa –en ningún mapa estaban indicadas- en el cámping Malvarrosa, AKA Mordor AKA Camping de Concentración. Prácticamente repleto, conseguimos hacernos un hueco en la huerta –sí, es una huerta, con sus bichos, malas hierbas y demás incluidos- y nos dirigimos al festival.
Allí, Zahara, tostándose al sol, desmigaba con esmero su último trabajo, ‘La pareja tóxica’, frente a un buen puñado de fans y curiosos que aguantaban estoicamente el caloraco que hacía en el escenario Legendario. Después, los siempre efectivos Hola a Todo el Mundo ayudaron, con su pop oscurete, a que los inconscientes que habían abandonado la playa quedaran satisfechos.
Ya con el sol más tranquilo, los omnipresentes Love of Lesbian hicieron su aparición en el escenario Desperados. Qué decir de los barceloneses. Por muy cansinos que sean y por mucho que nos repitamos una y otra vez que no vamos a volver a verlos en directo siempre caemos como moscas.
Lo cierto es que temas como Club de Fans de John Boy o Como me amo han pasado ya a ser parte del imaginario popular patrio. O casi. Eso sí, los temas de su nuevo LP, 'La noche eterna. Los días no vividos', no acaban de funcionar en directo y aburren al personal, y la faceta de monologuista de Santi Balmes se la podría ahorrar y dedicarse simplemente a hacer esos bailecitos ridículos que tanto gustan. Puntazo lo de que elijan Holdin' on to black metal de My Morning Jacket para acabar en esta gira, por cierto.
Por fin, llegó el turno de Metronomy, uno de los grupos que más ganas teníamos de ver en el Arenal. Aunque es cierto que la voz decepciona bastante en directo, los ingleses gustaron a propios y ajenos y consiguieron levantar con hitazos como The Bay al ecléctico público del Arenal, cuya inmensa mayoría no sabía quién era ese señor negro que tocaba una guitarra con cuatro cuerdas.
Volviendo a la cantera nacional, Mendetz demostraron lo fantásticamente bien que funcionan en directo. Estos chicos son sinónimo de fiesta, no había más que ver a la peña ultra motivada con hits como Freed from desire o Plasticine. El sorpresote de la noche llegó cuando Nawja Nimri se unió al grupo para interpretar con ellos Phantoteque y, al parecer, anunciando una futura colaboración de cuyo nombre, si lo dijeron, no nos enteramos porque estábamos ocupados tuiteando chorradas.
Uno de nuestros grupos patrios favoritos, y cada día el de más gente, El Columpio Asesino, dieron, sorprendentemente, un directo bastante flojo. Insisto en culpar al sonido, poco nítido y con la voz bastante bajita, y no al grupo, que nunca nos habían decepcionado. Aun así, cuando sonaron los primeros acordes de Toro –la única que conocía el 90% de los allí presentes- todo el escenario Legendario se vino arriba. Tambien cayeron temas clásicos como La marca en nuestra frente es la de Caín.
Como colofón final –a los Zombie Kids ya los habíamos visto (aunque lo difícil es lo contrario) y ni nos gusta su directo ni nos gusta su actitud- nos quedamos a ver la ‘rave’ que montaron los Crystal Fighters. Pogos a tutiplén, exceso de decibelios y hitazos como I love London hicieron que la peña se olvidara de que eran las 4 de la mañana y que llevaban desde las 11 tostándose al sol. Vale, puede que los estupefacientes también tuvieran algo de culpa, pero el mérito se lo llevan igual.
VIERNES 3 DE AGOSTO
Con más ampollas y quemaduras que el día anterior, nos levantamos para asistir a una jornada más del Arenal Sound. Si ya los primeros días se notaba que la gente prefería pasar las horas de calor –es decir todas hasta el atardecer- en la playa y las primeras horas de la noche en el paseo marítimo dándose al bebercio, el viernes fue una cosa escandalosa.
Sorteando a los numerosos grupos de gente a los que, pertrechados en medio de la calle, les importaba bien poco quién narices tocaría en ese momento, nos fuimos a ver a Sidonie, que estaban dejando al personal bastante rallado con su último disco, ‘Fluído García’ que a nosotros nos encanta, por cierto. ¿Muy temprano para la psicodelia? Quizás, así que los catalanes echaron mano de hits como El Incendio para que la gente no huyera despavorida.
Los suecos The Sounds eran otro de nuestros grupos marcados en rojo en el horario, ya que nos decepcionaron bastante el año pasado en el Dcode Fest y queríamos darles la oportunidad de resarcirse. Y vaya si lo hicieron. No sabemos si es que habíamos tomado más Red Bull que el año pasado, pero el caso es que Maja y su cuadrilla nos parecieron unos divos del dance, y montaron tremenda fiesta en el escenario Desperados. Por cierto, dato chorras marujil, al parecer la sueca intentó propasarse con Eme DJ en los camerinos pero, por cómo la vimos luego de contenta en la zona de prensa, parece que los tocamientos fueron consensuados.
Volviendo al tema musical, después de los suecos llegaron Kaiser Chiefs, un plato seguro en cualquier festival que se precie. Con el líder Ricky Wilson haciendo el monete y subiéndose por los andamios del escenario, cosa que repite efectivamente en cada concierto, y con pelotazos absolutos como We are the angry mob o Everyday I love you less and less no decepcionaron. Eso sí, el último disco, cacotita absoluta. Otro grupo que antes molaba y ahora son reliquias de 2007.
Mientras esperábamos a Crookers, DJ Amable, en la media hora que duró su pinchada, se pensó que seguíamos en 2005 y se dedicó a pinchar a los Strokes y a los Kaiser Chiefs, que acababan de tocar. No lo culpamos, por lo menos tocó temas que los sounders conocían, pero, dada la fama que le precede, nos esperábamos un poquito más, no estar en Independance versión Burrianil.
Y llegaron los Crookers. Dado el pedo/colocón generalizado de los sounders a esas horas de la noche, todos los asistentes se desplazaron de manera natural en dirección a los bafles de este dúo electrónico que, sinceramente, nos parecen bastante normalitos. Sí, te motivan un par de temas, pero después se hacen repetitivos y da la sensación de que ellos no están presentes. Muy a la moda, vamos.
SÁBADO 4 DE AGOSTO
Si un nombre se repetía y recomendaba entre los sounders eran Kakkmadaffakka. Pues bien, dada la resaca de la que muchos gozaban el sábado y que los pusieron a una hora bastante indecente dada las temperaturas del levante peninsular, la mitad se quedaron en la playa o en el cámping. Los noruegos, aun así, consiguieron arrastrar a bastante personal, que presenció uno de los shows más entregados del Arenal.
Los siguientes eran Lori Meyers, que sí, siguen existiendo y copando festivales. Los granadinos reunieron a los mismos de siempre y echaron mano de sus hits como Mi realidad. Ya va siendo hora de que se planteen grabar un nuevo trabajo de estudio que nos quite el mal sabor de boca que nos dejó 'Cuando el destino nos alcance' (2010).
Después vinieron Los Campesinos!, otro de esos grupos sobrevalorados. Vale que sus cancioncillas alegres sean escuchables, que sean majetes –pero tampoco tanto, no os vayáis a creer- pero tienen un directo bastante mediocre y olvidable y las canciones de ‘Hello Sadness’, su último largo publicado, se hacen bastante tediosas. Incluso su hit indiscutible You! Me! Dancing! sonó apagado. En fin, quizás nos pase como con The Sounds y nos gusten más la próxima vez que los veamos –no será muy difícil volver a toparnos con ellos, desde luego.
CatPeople, grupo que nos gusta bastante, tampoco estuvieron a la altura. Comenzaron ya con hits como In silence, y vale que tuvieran solo 45 minutos para tocar, pero así el personal pierde interés. Además, no nos acaba de convencer su último disco, 'Love Battle', en directo, pierden su fuerza oscureta como Samsón. Eso sí, de ejecución impecable.
Y llegó uno de los grupos más esperados, Two Door Cinema Club, a los que ya habíamos visto en el SOS 4.8 2011 y que desató al personal una vez más en Burriana. Para que luego no digáis que voy de retrógrada, os diremos que el nuevo disco suena estupendamente, y que Sleep Alone es un hitazo indiscutible sin renunciar a su sello. Este grupete, con su pop accesible y candor británico, ha conseguido sorprendentemente elevar el nivel de la música comercial actual, aunque sean un poco distantes en directo. Bien por ellos, sí señor.
DOMINGO 4 DE AGOSTO
El domingo, tras la estampida general que se vivió en las tres zonas de cámping –algunos teníamos que trabajar, que ya está bien- llegó el turno de Clap Your Hands Say Yeah, que los pobres tocaron con todo el solano ante un público ataviado con sombreritos de publicidad, a juzgar por las fotos, The Ting Tings – a quienes ya vimos en el Dcode, por si queréis una opinión, The Wombats, que según nuestros infliltrados tocaron todos los hits –sí, Let’s dance to Joy Division también- y movieron cosa fina al personal, y Digitalism, que fueron canela en rama como ya sabíamos dado el fiestón que dieron en Creamfields Andalucía hace un par de añitos con nosotros presentes.
Como no estábamos la jornada del domingo, reiteramos, y no nos gusta eso de inventarnos las crónicas, haremos una pequeña reflexión para que vosotros, queridos amantes de la música, sepáis cómo actuar ante la disyuntiva de ir o no al Arenal Sound.
Si lo que quieres es una semana de fiesta con los amigos yendo a la playita, bebiendo y poniéndote de todo hasta arriba y no te importa en exceso dormir rodeado de arañas y saltamontes, es tu festival. Entrada económica, fiesta asegurada, comida y bebida bastante barata para lo que suele ser un evento de estas magnitudes –acudieron más de 250.000 personas según la nota de prensa- y masificado a más no poder, eso sí.
Ahora, si te gusta la buena música, un cartel coherente –que no aburrido y plano, ojo-, adoras los festivales con buen rollo y buen ambiente y vas a este tipo de eventos –aparte de por la fiesta, no vamos a ir ahora de guays- por los grupos y por la atmósfera melómana, búscate otra opción. Por favor, hazlo, que hay muchos festivales baratos por la península y con un cartel estupendo como para meterte en un evento masificado en el que solo un 15% -sí, nos gusta dar datos random y no contrastados- va por la música.
Y, como llamamiento final, creemos que el Arenal Sound debería definirse de una vez por todas, porque ahora mismo está a mitad de camino entre una rave de gente que solo va a la electrónica, gente pseudo indie fanses de Love of Lesbian y Lori Meyers y una pequeña minoría que sabe quien es Metronomy.
Que no hay nada malo en parecerse al Creamfields en lugar de al Primavera Sound, señores, pero se echa en falta más coherencia. Si redujesen el número de entradas, acondicionasen de verdad un cámping en vez de poner otra zona en mitad de una huerta y se organizasen bien de una vez por todas, volveríamos. De momento, no creemos que eso ocurra.
Tenéis más fotos del Arenal Sound en el Flickr de nuestro compañero Jorge Montoro Cano, que se ha marcado un reportajazo.