Disco viejuno: 'The Velvet Underground & Nico'
1967
Un álbum apadrinado por Andy Warhol, inspirado en las drogas y el sadomasoquismo y compuesto por Lou Reed y John Cale estaba destinado a ser un clásico, y eso fue (con el tiempo). Obviando detalles como que Warhol se empeñó en que la pavisosa de Nico (no me la defendáis, por el altísimo) se incluyera en la grabación, cosa a lo que el grupo se oponía frontalmente, el álbum debut de la Velvet Underground dio al mundo una serie de himnos atemporales que repasaremos aquí.
¿Qué mejor comienzo en un álbum que la maravillosa línea de bajo de Sunday morning? Cálida y maravillosamente melódica, contrasta con las guitarras noise y los complejos arreglos que tendrían la inmensa mayoría de temas, influencia de John Cale y su afición al avant garde y sus coqueteos con el movimento fluxus (en el que también estaba Yoko Ono, para que os hagáis una idea).
La heroína y el sadomasoquismo serán dos de los pilares del álbum. La droga se ver reflejada en I'm waiting for the man que, contrariamente a lo que parece dar a entender su título, no va sobre el amor homosexual, sino de las peripecias de un hombre buscando heroína y, obviamente, en Heroine, una descripción muy detallada de los efectos del estupefaciente.
El segundo punto clave se trata en Venus in fur, canción basada en una obra alemana del S. XIX del mismo nombre (aquí se ve la cultura literaria de Lou Reed, aunque al final resultase más convencional que su colega Cale), en la que los arreglos nos recrean fantásticamente el canto de un hombre masoquista que le pide a su dominatrix que le azote para "curar" su corazón.
Pasando un poco por alto (se ha notado, ¿no?) las incursiones de Nico, no podemos acabar el artículo sin mencionar otras dos joyas: Run run run, otra sobre drogas, y There she goes again, una canción un poco polémica en la que toca el tema de la violencia de género.
Para unos sobrevalorado, para otros una obra maestra, nosotros os recomendamos que obviéis todo comentario y le dediquéis un rato sin prejucios, porque merece la pena.