Eden: El esperanzador final del anime de Netflix, explicado
ADVERTENCIA: Lo siguiente contiene spoilers de Eden, ahora en streaming en Netflix.
De la mano del creador Justin Leach y de un impresionante elenco de creadores internacionales, la miniserie de cuatro partes de Netflix, Edén, es una historia post-apocalíptica que cambia la suciedad al estilo Mad Max por robots extravagantes y colores brillantes de anime. En este mundo, ambientado un siglo después de que los humanos desaparecieran de una Tierra venenosamente contaminada, la ausencia de la humanidad ha permitido que la naturaleza prospere, creando el paraíso bíblico al que se refiere el título de la serie.
Sin embargo, no pasa mucho tiempo hasta que todo esto empieza a cambiar: Sara, una niña pelirroja, es descubierta y adoptada por dos padres robots en el primer episodio, y más tarde descubre que podría no ser la última de su especie. 400 años antes de que ella despertara del criosueño en el que se metieron miles de miembros selectos de la raza humana, el Dr. Weston Fields, que trabajó para salvar la Tierra por su hija moribunda, también despertó. Solo, vio la forma en que el mundo se había curado sin intervención humana y decidió que, en lugar de permitir que el resto de la humanidad se uniera a él, sellaría su mente en un cuerpo robótico -el villano antihumano, Zero-, purgaría sus recuerdos y se convertiría en el guardián de este nuevo "Edén".
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Naturalmente, la existencia de Sara supone una gran amenaza para su visión de un mundo perfecto, lo que lleva a ambos a enfrentarse de forma espectacular y con potencia mecánica en la conclusión de Eden. He aquí cómo se desarrolla su batalla, y cómo Sara rescata a su especie de la extinción total.
El enfrentamiento de Sara y Zero devuelve al robot la humanidad perdidaEl destino de la raza humana criogenizada depende de que Sara recupere una contraseña para sacarlos de su sueño profundo. Además, tiene un límite de tiempo, ya que el sistema de soporte vital debe apagarse en cuestión de minutos en el clímax del anime. Un flashback revela que el Dr. Fields conocía esta contraseña cuando aún era humano, pero decidió deliberadamente no revelarla a Ginebra ni a Zurich, los sistemas de inteligencia artificial que salvaguardan las bases del Edén, antes de adoptar su nueva identidad robótica. Después de que Sara escape de un encuentro casi mortal con Zero -que borra los recuerdos de sus padres sobre ella-, los dos tienen un enfrentamiento final a gran escala, con Sara desesperada por descubrir sus conocimientos ocultos.
Según las leyes de la robótica inspiradas en Aisimov, los robots no pueden dañar a los humanos, pero los mechs pilotados por humanos ofrecen una escapatoria. Así, Zero y Sara se enfrentan dentro de gigantescos robots de demolición. En un momento dado, Sara cambia ingeniosamente los comandos de voz para poder luchar junto a los suyos, atrayendo a Zero a una trampa antes de golpearle donde realmente le duele. Utilizando una grabación de voz de su hija, Liz, a través de uno de los A.Is, Sara desbloquea algunos de los recuerdos encriptados de Zero de su vida como padre de Liz. Para mayor efecto, el perro robot que construyó para ella, Emily, también hace su aparición.
Zero recuerda el sueño que Liz quería que se cumpliera: la creación de un mundo perfecto de belleza natural, pero también lleno de risas. Cuando Sara cae repentinamente desde la gran altura del robot de demolición, él se ve obligado a ir en contra de su programación y salvarla, poniendo en peligro su propio cuerpo pero recuperando su conocimiento de haber sido humano alguna vez.
Cómo Sara devuelve la humanidadCon la vida artificial abandonando el cuerpo de Zero, Sara le suplica que le dé la contraseña antes de que sea demasiado tarde. "¿Qué clase de mundo vas a hacer?" Le pregunta, a lo que ella le asegura que el que su hija quería. Esta parece ser la respuesta correcta, y le pide que le conceda una última petición: que sonría para él.
Resulta que la contraseña es larga: Los tres artículos establecidos para gobernar a los robots. Mientras Sara los recita, devolviendo por fin la vida a la raza humana dormida, la I.A. le pregunta si cree que el mundo necesita a los humanos. No llegamos a escuchar la respuesta de Sara, pero sus acciones parecen hablar por ella. En un último y esperanzador giro, también se revela que la conciencia del Dr. Fields ha sido transferida a Emily, una decisión que podría haberle parecido indigna. En cambio, parece liberado en su nuevo cuerpo canino, ahora capaz de retozar en el esplendor natural al que dedicó su vida -y su vida después de la muerte- a proteger, tal y como quería su hija.