El encantador final de Encanto, explicado

ADVERTENCIA: Lo que sigue contiene importantes spoilers de Encanto, de Disney, que ya está en los cines.

En Encanto, de Disney, la familia Madrigal se ve sumida en la confusión, pasando de una vida mágica a otra de discordia y peleas internas cuando se culpa a Mirabel de que hayan perdido sus poderes. Lamentablemente, su abuela, Alma, cree que la negatividad y los celos de Mirabel por no haber recibido un don místico son el quid del problema. Esto hace que su hogar, La Casita, se resquebraje, pero el encantador final lo arregla cuando ambas mujeres se dan cuenta de lo que es verdaderamente importante en su enclave del bosque.

Mirabel cree que la culpa es de Alma

El acto final se adentra en una discusión entre Mirabel y su abuela, en la que Mirabel condena la forma en que Alma los educa a todos. Ella cree que su abuela está obsesionada con sus regalos, perdiendo de vista el concepto de familia. Por eso su tío clarividente, Bruno, se ha convertido en un recluso, mientras que otros miembros se han vuelto arrogantes, como la hermana florista de Mirabel, Isabela.

Pero cuando Mirabel e Isabel arreglan su vínculo fraternal cuando Isabela admite que quiere liberarse de un matrimonio concertado, Mirabel se mantiene firme en su creencia de que Alma es la razón por la que su vela mágica se está apagando, ya que piensa que la anciana está demasiado centrada en la predestinación.

Esto hace que La Casita se desmorone y que la vela se funda, con lo que todos pierden sus poderes y, en última instancia, el hogar en torno al que construyeron su pintoresco pero amigable pueblo.

Alma y Mirabel se dan cuenta de la verdad

Alma busca a Mirabel y la encuentra junto al mismo río que ella y su marido, Pedro, cruzaron hace décadas. Llevaron a los refugiados lejos de sus hogares, que fueron arrasados por los conquistadores. Lamentablemente, Pedro dio su vida para que pudieran huir, lo que hizo que la vela y los poderes mágicos aparecieran y potenciaran a los trillizos de Alma: Pepa, Bruno y la madre de Mirabel, Julieta.

Alma abre su corazón y su alma, ya que ocultó gran parte de esta oscura historia a la familia, lo que permite a Mirabel empatizar finalmente con su abuela. Alma se da cuenta entonces de que el milagro no fue la vela, sino el regalo de que todos sobrevivieran a la travesía, y cuidaran de todos, haciendo de su pueblo una gran familia extendida.

Este era el sueño que quería Pedro: todos unidos y en armonía. Una mariposa revolotea, que es el espíritu de Pedro, ya que también estaba cerca cuando él y Alma se enamoraron por primera vez, y esto precipita a las damas a dejar de lado sus diferencias ya que ahora ven la verdad - la gente hace el hogar, no un edificio físico o poderes mágicos.

La familia real reconstruye el Encanto

Bruno entra en escena montado en un burro, respondiendo por Mirabel ya que su visión la puso en este camino, mientras intenta que Alma entienda la misión de la chica. Alma, que ya ha visto la luz, le abraza para que se calle, ya que por fin se alegra de que haya vuelto con ellos. Regresan y con la ayuda de la comunidad, reconstruyen La Casita, que recupera su magia y sensibilidad.

Todos vuelven a ser felices y a controlar sus poderes, con Dolores (la prima superoísta de Mirabel) en realidad enamorada de Mariano ahora que sabe que Isabela no está interesada en su matrimonio, y Bruno enmendando su error por haber arruinado la boda de Pepa hace años.

Sin embargo, la pieza final del rompecabezas llega cuando Mirabel recibe un pomo para abrir la casa. No recibió su puerta mágica cuando era niña, pero se ve a sí misma en el reflejo dorado cuando los Madrigal finalmente reconocen que ella era el regalo mágico que necesitaban desde el principio. Se hacen una foto para terminar la película, y Mirabel siente que vuelve a formar parte de una familia feliz.

Vea cómo la familia Madrigal recupera su magia en Encanto, ya en los cines.

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