El fundador de Spotify, Daniel Ek, dice que ha conseguido financiación para la OPA del Arsenal
El fundador de Spotify, Daniel Ek, ha insistido en que va en serio en su intento de comprar el Arsenal y que cuenta con la financiación necesaria para ello.
La noticia llega después de que Ek, que fundó el servicio de streaming en 2006 y que se calcula que tiene un valor de 3.400 millones de libras, reclutara a las leyendas del Arsenal Thierry Henry, Patrick Viera y Dennis Bergkamp en un intento de comprar el club al atribulado propietario Stan Kroenke.
El Arsenal y Kroenke fueron condenados la semana pasada por su papel en los planes para unirse a la recién creada Superliga Europea, una competición independiente diseñada para rivalizar con la Liga de Campeones.
Ek, que anunció por primera vez su interés en Twitter, dijo a la CNBC: "He asegurado los fondos para ello y quiero llevar lo que creo que es una oferta muy convincente a los propietarios y espero que me escuchen."
Añadió que va "muy en serio" con su oferta de adquisición y que quiere "volver a involucrar a los aficionados".
"Sólo veo una tremenda oportunidad para establecer una visión real para el club y devolverle su gloria. Sólo me centro en el club, me centro en los aficionados y me centro en intentar devolver al club a la gloria".
Y añadió: "Soy ante todo un aficionado, eso es lo más importante para mí. Quiero que el club vaya mejor. Ese es mi principal interés".
Según Sky Sports, Ek está abierto a la idea de tener representación de los aficionados en la junta directiva del Arsenal, incluyendo el concepto de dar a los seguidores una "acción de oro", que proporcionaría influencia en las decisiones clave.
Se cree que la OPA de Ek no tiene posibilidades de éxito, ya que el director del Arsenal, Josh Kroenke, ha dejado claro a los accionistas que Kroenke Sports & Entertainment no tiene planes de vender.
Los planes de adquisición de Ek también fueron recibidos con hostilidad por parte de músicos como Tim Burgess, quien sugirió que Ek arreglara el modelo de Spotify, a menudo criticado, de pagar a los artistas antes de aventurarse en la propiedad de los deportes.