¿Es Dororo una chica? y otras 9 preguntas sobre la serie de Osamu Tezuka, respondidas

Una de las series revelación de 2019 sirvió como un refrescante recordatorio de lo que puede lograr un anime seinen bien elaborado. Dororo, con la animación de alto calibre característica de MAPPA y un guión sólido, contó una historia convincente que se sintió tan atemporal como catártica. A pesar de todos los tropos tradicionales que aparecen en la serie -un ronin errante, la guerra, un huérfano adorable, la redención, la traición y los monstruos folclóricos-, la serie se las arregló para sentirse como algo nuevo.

Por supuesto, esta fábula sobre un joven que debe luchar contra monstruos para reclamar las partes del cuerpo que le robó su padre no era nueva en absoluto. Después de todo, Dororo fue escrito por nada menos que Osamu Tezuka hace más de cinco décadas. Sin embargo, los nuevos fans de la serie tendrán dudas sobre esta nueva adaptación de un clásico de Tezuka.

Dororo es anatómicamente femenino, pero prefiere ser visto como un chico durante la mayor parte de la historia. Dororo es una huérfana que vive en una época extremadamente opresiva para las mujeres. Sin duda, Dororo se da cuenta de que es más fácil sobrevivir en las calles sin más cargas que las agobien.

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Aunque a muchos les gustaría ver a Dororo como un icono de género fluido -y por qué no-, el manga se escribió mucho antes de que se produjeran estos debates. En cualquier caso, Dororo es un oportuno recordatorio de que el género no debería marcar la diferencia a la hora de crear grandes personajes.

No, no fue así. Mientras se publicaba el manga, Tatsuo produjo una adaptación al anime de 26 episodios en 1969. Esta adaptación tenía mucho más en común con el manga de Tezuka que la iteración moderna, representada en blanco y negro y con más humor de la era Showa. Cuando la primera adaptación de Dororo llegó a la pantalla, Tezuka ya era un nombre muy conocido, sobre todo por Atom (Astro Boy) y Kimba el León Blanco. El propio Tezuka fue quien propuso el anime a los productores, animando un breve piloto para convencerles de que aceptaran el proyecto.

Aunque los aficionados pueden adquirir el manga completo de Dororo en forma de ómnibus, es evidente que el final fue muy precipitado. A pesar de la reputación de Tezuka, el manga tuvo dificultades para establecer una audiencia lo suficientemente grande como para merecer una nueva serialización. Dororo fue cancelado no una sino dos veces, primero por sus editores originales en Weekly Shonen Sunday, y después por Adventure King. Tezuka esperaba escribir una historia de madurez mucho más larga, pero incluso él perdió el interés en el proyecto a medida que avanzaba.

Este mismo dilema es una de las razones por las que Tezuka tuvo problemas al escribir Dororo. Aunque Dororo es el título y el personaje central, los primeros fans se sintieron más intrigados por la devastadora historia de Hyakkimaru.

Sin embargo, una fábula de desmembramiento sobre el karma y la venganza no encajaba precisamente bien en una revista de los años 60 llena de cómics para niños. Hyakkimaru es un protagonista fantástico por derecho propio, un ronin discapacitado que busca la justicia, pero los temas de la historia cambiaron significativamente cuando Hyakkimaru se convirtió en el protagonista. Tezuka se encontró de repente escribiendo una historia muy diferente a la que había planeado.

La premisa inicial es idéntica, pero por supuesto, el nuevo anime tiene un tono más serio y un final más gratificante. Pero también cabe mencionar que el propio Tezuka intentó cambiar completamente la premisa entre las editoriales. Mientras que en la historia original Hyakkimaru debe matar demonios para recuperar las partes de su cuerpo, en la versión que Tezuka empezó a escribir para Adventure King, Hyakkimaru se entera de que Dororo está compuesto de hecho por las partes de su cuerpo que le faltan. ¡Una barbaridad! Esto complicaba demasiado la historia y, finalmente, esta subtrama se eliminó del canon oficial de Dororo .

Hay un intervalo de casi cincuenta años entre las dos adaptaciones al anime de Dororo. Si bien es cierto que los problemas de licencia tienen algo que ver con esto, simplemente no había mucha demanda para esta serie. Si a esto le añadimos el hecho de que el material original nunca estuvo bien terminado, es evidente que la tarea de devolver a Dororo a la vida era realmente desalentadora.

Por suerte, la nostalgia es una fuerza poderosa, y cuando Furuhashi Kazuhiro, aclamado director de Rurouni Kenshin, firmó para dirigir el proyecto, los engranajes finalmente comenzaron a moverse.

Dororo se considera la versión más pura de la historia de los samuráis de Tezuka, y se inspira en muchos de los mitos culturales que definieron el Japón de la era Sengoku. Los demonios de la serie a menudo hacen referencia a los yokai del folclore sintoísta. Por ejemplo, el demonio Bandai recuerda al famoso yokai Onibaba, una bruja de la montaña que se decía que atraía a los viajeros a su guarida. También hay paralelismos entre Deiki, el demonio del lodo que se llevó la piel de Hyakkimaru, y Dorotabo, un espíritu encerrado en el barro que se dice que ronda los arrozales. Es probable que existan innumerables ejemplos como éste, que añaden otra capa de intriga a esta atractiva historia.

Dororo está ambientada en Japón durante el periodo Sengoku, que se extendió desde principios de 1400 hasta principios de 1600. Esta época equivale a la última parte de la Edad Media y al comienzo del Renacimiento en Europa. Durante esta época, Japón funcionaba en relativo aislamiento, pero eso no significa que hubiera paz. Las guerras civiles eran casi constantes y el sistema feudal se derrumbó. No es de extrañar, pues, que muchas historias ambientadas en este periodo reflejen la agitación y la incertidumbre que se habían convertido en la norma del archipiélago. Tampoco sorprende que las historias de demonios se hicieran más populares a medida que el mundo se volvía más tenso.

Probablemente no, pero eso es probablemente algo bueno. Dororo es esa verdadera rareza del anime: una historia contada en su totalidad y llevada a una conclusión reflexiva. Demasiados animes se han visto arruinados por secuelas innecesarias. Y aunque ciertamente hay quienes no quedaron satisfechos con el final del anime, no parece haber mucho interés en producir más episodios.

Aunque Dororo cuenta con la narración y la imaginación características de Tezuka, no hay dos obras de Tezuka que sean totalmente similares. Aquellos que busquen una dosis de shonen, lo harán mejor con Atom, mientras que los interesados en el genderbending y en el shojo temprano deberían echar un vistazo a Princess Knight. Los aficionados a la historia del mundo suelen recomendar la lectura de Message To Adolf, y los amantes del suspense extraño recomendarían adentrarse en Blackjack. La biblioteca de Tezuka es amplia y variada, y aunque no todas sus series han envejecido bien, las obras de Tezuka son la base de muchos de los subgéneros de anime más populares de hoy en día.