Harry Potter: 10 veces que nada salió según lo previsto

Harry Potter, de J.K. Rowling, introduce a sus fans en un universo mágico en el que los personajes tienen tantos caminos que tomar como hechizos en su arsenal. Incluso aquellos que intentan hacer lo correcto por encima de lo fácil -que es el famoso consejo de Albus Dumbledore- no siempre toman la decisión correcta.

Los planes pueden torcerse con facilidad y a veces resultan tan espectaculares como un hechizo que se lanza sin éxito. Tanto los héroes como los villanos cometen graves errores que, muchas veces, les causan mucho dolor a ellos y a los demás. Muchas veces, el destino del Mundo Mágico está determinado por estas decisiones y los planes que salieron mal.

El excéntrico director del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, Albus Dumbledore, tiene un pasado sorprendentemente oscuro. De joven, inicia una relación sentimental con el mago oscuro Gellert Grindelwald. Ambos comparten la ambición de dominar a los muggles y la fascinación por las Reliquias de la Muerte. Las cosas se tuercen cuando un enfrentamiento con el hermano de Albus, Abeforth, conduce a un duelo a tres bandas que mata a su hermana, Ariana.

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A raíz de esto, la relación entre Albus y Gellert se desmorona. Gellert huye de Gran Bretaña y continúa con sus planes de apoderarse del mundo muggle. Albus no puede intervenir directamente por el Pacto de Sangre que hizo con Gellert. Finalmente consigue resolver este problema en 1945, derrotando a Gellert en un duelo legendario. Sin embargo, no es lo que su yo más joven hubiera querido.

Severus Snape, uno de los personajes más intrigantes de Harry Potter, se define en muchos sentidos por su relación con Lily Evans. Los dos son amigos de la infancia y asisten juntos a Hogwarts. Severus quería que su vínculo fuera duradero, pero lamentablemente esto no sucede. Son clasificados en casas opuestas, Gryffindor para Lily y Slytherin para Severus. Severus pronto se convierte en el blanco del acoso de los Merodeadores y se une a los posibles Mortífagos de su casa.

La tensa situación llega a su punto de ruptura cuando, tras un horrible enfrentamiento con los Merodeadores, Severus llama a Lily "sangre de barro". Su amistad nunca se recupera. Después de su graduación, Severus escucha la profecía de Sybill Trelawney y se la entrega a Voldemort. Intenta rectificar su error recurriendo a Albus Dumbledore, pero, por desgracia, no consigue salvar a Lily de su destino.

Por un error garrafal de Snape, Voldemort se entera de la existencia de un niño que tiene el poder de derrotarle: nacido al morir el séptimo mes de unos padres que le han desafiado tres veces. Dos niños encajan en esta descripción: Harry Potter y Neville Longbottom.

Voldemort elige al mestizo Harry en lugar de a Neville, de sangre pura. Al final, la profecía se autocumple. La decisión de Voldemort de matar a Harry le hace marcar a Harry como su igual, llevando así a su caída. Si Voldemort no hubiera perseguido la profecía, podría haber triunfado en la Primera Guerra de los Magos.

Cuando James y Lily Potter se dan cuenta de que son perseguidos por Voldemort, se someten al encantamiento Fidelius para intentar esconderse. En un principio, eligen a Sirius Black para que sea su guardián secreto, pero cambian a Peter Pettigrew por sugerencia de Sirius.

Sin saberlo, Peter es un traidor y un espía de los mortífagos. Los traiciona a Voldemort, revelando su ubicación. Esto sella su destino y el de su hijo, Harry. Sirius intenta capturar a Pettigrew en represalia, pero Peter escapa utilizando su forma de animago. Sirius es culpado por el incidente y es encerrado en Azkaban durante doce años.

Tras la muerte de sus padres, Harry es criado por su abusiva familia muggle. Los Dursley odian la magia y, cuando llega la carta de Harry a Hogwarts, intentan destruirla. Sus planes fracasan y son bombardeados con una avalancha de cartas y su casa es rodeada por lechuzas.

Desesperada, la familia abandona Privet Drive y se refugia en una cabaña en medio del mar. Rubeus Hagrid finalmente los alcanza, revelando la verdad sobre la ascendencia de Harry y presentándole su legado como mago. El intento de Vernon Dursley de protestar sólo le hace ganar a su hijo, Dudley, una cola de cerdo. La familia muggle no puede hacer nada para impedir la futura asistencia de Harry a la escuela mágica.

En el segundo año de Harry, una ola de petrificaciones asola Hogwarts. El misterioso "Heredero de Slytherin" es la causa del miedo de todos. Se culpa a Harry por ser pársel. En realidad, el verdadero culpable es la sombra de Lord Voldemort, escondida en su diario de la infancia.

El diario de Tom Riddle posee a Ginny Weasley, y es ésta quien libera al basilisco en la Cámara de los Secretos. Con ello, Lucius pretende sabotear la Ley de Protección de Muggles de Arthur Weasley, atrayendo la censura hacia la familia Weasley. El plan sale increíblemente mal. Harry consigue salvar a Ginny y destruir el diario, que resulta ser el Horrocrux de Voldemort. La destrucción del Horrocrux se convierte en uno de los elementos que hace que Lucius caiga en desgracia de Voldemort.

Sirius finalmente escapa de la prisión en el tercer año de Harry, pero no puede limpiar su nombre y sigue huyendo. Él y Harry están muy unidos, y Sirius se convierte en la figura paterna más importante de Harry. En el quinto año de Harry, Voldemort se aprovecha de ello enviando a Harry una visión de Sirius siendo torturado.

Esto hace que Harry se cuele en el Departamento de Misterios, donde cree que Sirius está retenido. Sólo es una treta para que Harry reclame la profecía, que Voldemort desea desesperadamente. El incidente sale mal para ambas partes. La existencia de Voldemort se revela al mundo y muchos mortífagos son arrestados. Harry paga un duro precio por su imprudencia, ya que su padrino es asesinado por Bellatrix Lestrange.

Antes de la batalla en el Departamento de Misterios, los intentos de Harry de decir a todo el mundo que Voldemort ha vuelto son recibidos con escepticismo y abuso. El Ministro de Magia, Cornelius Fudge, inicia una campaña de difamación para desacreditar tanto a Harry como a Dumbledore. Fudge envía a Dolores Umbridge a Hogwarts como profesora de Defensa contra las Artes Oscuras en un intento de mantener a Harry callado.

Fudge desea mantener el poder y la posición que ha disfrutado durante los años de paz, por lo que se niega a aceptar el regreso de Voldemort. Esto resulta ser devastador para él. Una vez revelada la verdad, su carrera está condenada.

La obsesión de Voldemort por la supervivencia es lo que más le define como personaje. Procedente de su educación en el Londres muggle de la Segunda Guerra Mundial, le lleva a recurrir a la creación de Horrocruxes. Irónicamente, los Horrocruxes pueden haberle condenado en lugar de mantenerle a salvo.

Su magia oscura destroza visiblemente su cordura, y no se entera de que están siendo destruidos hasta muy tarde en Harry Potter. Le protegen cuando ataca por primera vez a Harry, pero al final no le ayudan. Teniendo en cuenta el tiempo que puede vivir un mago, muere bastante joven y por su propia mano.

Las dos Guerras Mágicas tienen muchas víctimas, pero Cedric Diggory es una de las más notables. Su muerte marca el verdadero comienzo de la Segunda Guerra Mágica, junto con la resurrección de Voldemort. Muchos años después de la caída de Voldemort, Albus Severus Potter y Scorpius Malfoy utilizan un poderoso transformador del tiempo para intentar salvar la vida de Cedric.

Esto tiene consecuencias desastrosas, ya que el único método que encuentran lo humilla tanto que se convierte en un mortífago. Mata a Neville Longbottom, y su muerte evita la de Nagini, asegurando así la supervivencia de Voldemort y la muerte de Harry. Al final las cosas se arreglan, pero es un caso claro de las cosas terribles que ocurren cuando los magos se entrometen en el tiempo.