Harry Potter: 10 veces que Voldemort fue su peor enemigo

Harry Potter se centra en el enfrentamiento del protagonista con el terrorífico Lord Voldemort. Deseoso de controlar el Mundo Mágico, el Señor Oscuro ve a Harry Potter como su principal obstáculo. Parece que esto puede ser cierto, ya que se ha profetizado que Harry lo derrotará y, de hecho, lleva a Voldemort a su desaparición.

Pero a medida que avanza la serie, se hace evidente que Harry no es en absoluto el peor enemigo de Voldemort. Albus Dumbledore -el único mago capaz de enfrentarse a Voldemort en combate- tampoco es el más adecuado para ese papel. De hecho, Voldemort es su peor enemigo, ya que son sus numerosos errores los que finalmente le llevan a la derrota.

Antes de convertirse en Voldemort, Tom Riddle era el hijo mestizo de Merope Gaunt y el muggle Tom Riddle padre. Tras la muerte de su madre, vive en el Orfanato de Wool, sin ser consciente de su herencia mágica. A pesar de sus escasas circunstancias, Tom tiene un dominio instintivo de sus habilidades mágicas y pronto se vuelve capaz de blandir su magia contra los otros huérfanos. Puede que lo haya hecho en parte para protegerse, pero a la larga no le sirve de nada.

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Cuando Albus Dumbledore llega al orfanato, la Sra. Cole pinta una imagen realmente horrible de él. Peor aún, al enfrentarse al propio mago, Tom pierde los nervios y revela algunos de sus comportamientos ilícitos. Sus acciones le cuestan, ya que Dumbledore nunca olvida su comportamiento y siempre trata al joven Tom con recelo.

Mientras estudia en Hogwarts, Tom se entera de que es el heredero de Slytherin. Al encontrar la Cámara de los Secretos, libera al basilisco que hay dentro, diciéndose a sí mismo que continuará la "noble obra" de Salazar Slytherin. La mirada del basilisco mata a la muggle Myrtle Warren.

El tiro sale por la culata, ya que la muerte de Myrtle deja a Hogwarts en peligro de ser cerrado. El cierre de la escuela no sólo habría saboteado la educación de Tom, sino que lo habría enviado a vivir a casa de Wool durante la Segunda Guerra Mundial. Para evitar el desastre, Tom culpa a Hagrid del incidente.

La muerte de Myrtle marca otro hito en la vida de Tom. Mediante el acto vil, Tom crea su primer Horrocrux, dividiendo su alma y preservando el recuerdo de su yo de Hogwarts en su diario. Su miedo a la muerte -como lo ilustra su nombre- lo lleva a tomar esta drástica medida sin considerar las consecuencias.

Ni siquiera se contenta con un solo Horrocrux, sino que opta por hacer siete, por considerarlo el número mágico más poderoso. Esto básicamente hace que la forma final de Lord Voldemort sea una pieza infinitesimal de Tom Riddle. Sus acciones son a menudo más parecidas a las de un animal salvaje que a las de un revolucionario o incluso un aspirante a dictador. Los Horrocruxes están destinados a proteger a Tom, pero sólo lo vuelven loco.

Fascinado por los objetos preciosos, Tom decide convertir los artefactos de los Fundadores en sus Horrocruxes, junto con otros objetos de valor para él. Deja dos de los Horrocruxes -la Copa de Hufflepuff y el diario- al cuidado de Bellatrix Lestrange y Lucius Malfoy respectivamente. Los demás los esconde en lugares relacionados de alguna manera con él.

Esto parece poco inteligente en el mejor de los casos, ya que sólo los hace vulnerables, permitiendo que otros los rastreen. Por ejemplo, el anillo Gaunt está escondido en la cabaña Gaunt, originalmente propiedad de la familia de Tom por parte de su madre. Aunque cada objeto tiene protecciones adicionales -como la maldición mortal del anillo-, parece más práctico utilizar un objeto inocuo como Horrocrux y simplemente tirarlo al océano.

Para reunir a sus seguidores, Voldemort crea la Marca Tenebrosa y la utiliza para marcar a sus mortífagos. Aunque es apropiadamente temible y posee intrigantes propiedades mágicas, la Marca Tenebrosa no tiene exactamente el diseño más lógico.

Hace alarde de la lealtad de los mortífagos demasiado abiertamente. Teniendo en cuenta la cantidad de personas que eran mortífagos en secreto, parece contraproducente marcarlos a todos con tatuajes mágicos que revelarían la verdad simplemente levantando sus mangas.

La caída de Voldemort se produce realmente cuando Severus Snape le trae noticias de una profecía pronunciada por Sybill Trelawney, en la que se menciona a un niño con el poder de derrotarlo. Dos niños coinciden con la descripción: Harry Potter y Neville Longbottom.

Voldemort decide eliminar la amenaza en su inicio y apunta a Harry, percibiéndolo como la amenaza más probable. Sin embargo, las profecías se autocumplen, y Harry sólo es el Elegido porque Voldemort lo elige a él. Si Voldemort no hubiera perseguido la profecía, lo más probable es que hubiera conseguido apoderarse del Mundo de los Magos sin obstáculos.

Satisfecho con el trabajo de Snape, Voldemort promete perdonar a Lily Potter a pesar de tener que matar a su hijo. No cumple esta promesa. Le da la opción de sobrevivir, pero ella pide clemencia para Harry. Es de suponer que esto es lo que da poder a la protección de sacrificio que mantiene a Harry a salvo, haciendo que Voldemort no pueda tocarlo.

Dado que este concepto de magia de sacrificio es ilógico incluso según Rowling, los fans han teorizado que en realidad existía un Voto Inquebrantable entre Snape y Voldemort, o que la propia Lily pudo haber hecho algo más. En cualquier caso, matar a Lily es un gran error, ya que cuando Voldemort intenta matar a Harry, su propia maldición rebota.

Voldemort sobrevive a su encuentro con Harry, pero no es hasta el primer año de Harry en Hogwarts cuando intenta volver. Posee al profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras Quirinus Quirrell e intenta robar la Piedra Filosofal. Pero subsistir en este estado no es fácil y el propio cuerpo de Quirrell se está muriendo.

Como resultado, recurre a beber sangre de unicornio para sobrevivir. Esto se considera uno de los crímenes más asquerosos contra la naturaleza, y recurrir a ello lleva a alguien a vivir una vida a medias. La poción que Voldemort utiliza más tarde para resucitarse a sí mismo también utiliza sangre de unicornio y, junto con los Horrocruxes, esto puede haber contribuido a su locura.

Incluso después de su resurrección, Voldemort sigue obsesionado con la profecía. Como él y Harry son los únicos capaces de recuperarla del Departamento de Misterios, se pasa la mayor parte del quinto año de Harry atrayéndolo hacia allí con visiones. Parece innecesario y al final le sale el tiro por la culata. Aunque intenta pasar desapercibido, no le habría resultado tan difícil infiltrarse en la zona.

Incluso con el Ministerio vigilado por las fuerzas de Dumbledore, colarse él mismo habría sido una mejor opción que añadir la variable de la presencia de Harry en la mezcla. Al final, Voldemort se presenta en el Ministerio de todos modos cuando la batalla de los mortífagos con la Orden del Fénix se va al traste. La profecía se destruye y lo único que consigue el Lado Oscuro es que maten a Sirius Black y arresten a sus propias fuerzas.

Para el enfrentamiento final con Harry, Voldemort busca la Varita de Saúco. Esto parece una buena decisión, ya que su propia varita y la de Harry son hermanas. Pero cuando reclama la Varita de Saúco de la tumba de Albus Dumbledore, Voldemort cree que su dueño es Severus Snape, el hombre que había matado a Dumbledore.

Mata a Snape y cree que así se ha ganado la lealtad de la varita. En realidad, el maestro original de la varita era Draco Malfoy, y de él pasa al propio Harry. Cuando Voldemort intenta atacar a Harry con la Varita de Saúco, su maldición rebota una vez más, matándolo.