Juego de Tronos: 10 veces que Tyrion no fue tan inteligente como creía

Tyrion Lannister es un personaje complicado, y quizás uno de los más profundos de Juego de Tronos por sus diversas aportaciones. Se ve obligado a exiliarse para evitar el peso de los prejuicios de su familia, pero demuestra su inteligencia y perspicacia política mientras sirve a las órdenes de Daenerys como Mano de la Reina.

Por ello, no es demasiado exagerado afirmar que Tyrion es uno de los principales impulsores de la historia. Dicho esto, ha habido un número vergonzosamente grande de ocasiones en las que se ha comportado de una manera inusualmente miope. En defensa de Tyrion, es un ser humano al fin y al cabo, pero algunos de estos casos son francamente absurdos.

A pesar de los malos tratos sufridos a manos de su propia sangre, Tyrion siente cierta simpatía por ellos, especialmente por su hermano mayor. Mientras que Jaime no le es desleal, en sí, Cersei y Tywin le vilipendian constantemente por ser quien es, por haber nacido de forma diferente a los demás.

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Puede que la sangre sea más espesa que el agua, pero a veces es mejor dejar de lado a los miembros de la familia que no hacen más que generar dolor, miseria y un montón de inseguridades de por vida.

Tyrion ha despreciado a su padre, Tywin, durante mucho tiempo, por lo que no es sorprendente que acabe asesinando al viejo en el retrete. De hecho, es difícil juzgarlo por parricidio dada su infancia, pero sus acciones plantean algunas preguntas.

Perder el control de su sentido común no es una buena imagen para él, dado que ya se le culpa de crímenes que no ha cometido. La muerte de Tywin obliga a Tyrion a abandonar su continente natal y marcharse a Essos, donde tiene la suerte de conseguir una segunda oportunidad a través de Daenerys.

Cuando Joffrey es envenenado hasta la muerte, las sospechas recaen principalmente en Tyrion, el tío caído en desgracia sin mucho que ofrecer en términos de coartada. Jaime trabaja para que su hermano sea liberado, o al menos indultado, pero su arduo trabajo se ve desperdiciado cuando Cersei obliga a Shae a traicionar a Tyrion.

El hecho de que su amante se vuelva contra él es comprensiblemente doloroso, pero eso no significa que deba haber insinuado la traición: Tyrion describe su placer al experimentar el asesinato de Joffrey de primera mano, declarando además su elección de un juicio por combate. Las consecuencias de su arrebato conducen a la muerte de su campeón, Oberyn Martell, durante su lucha con La Montaña.

El séquito de Daenerys quiere que los amos de Meereen supriman el vil concepto de la esclavitud, pero ellos, a su vez, afirman que los esclavos son un aspecto vital de la economía de la zona. Tyrion intercede y les dice que la mayoría de las ciudades de la Bahía de los Esclavos tendrán un período de gracia de siete años para deshacerse definitivamente de la esclavitud, así como para remunerar a los propietarios por las pérdidas sufridas.

Gusano Gris y Missandei plantean sus dudas respecto a esta oferta, ya que esperan que los maestres incumplan el acuerdo. Y, por supuesto, lo hacen, dando lugar a muchas más muertes que podrían haberse evitado si Tyrion hubiera sido un poco más circunspecto.

El papel de Tyrion en la victoria del Trono de Hierro contra la armada de Stannis no puede olvidarse ni minimizarse, dado que sus valoraciones prácticas y el uso de Fuego Salvaje con efectos devastadores básicamente salvan el día.

Por otro lado, Tyrion decide tomar el asunto en sus propias manos y recorre Desembarco del Rey, cortando y acuchillando como puede, y habría sido asesinado por Ser Maddon si no fuera por el rescate de Podrick en el último momento. Aparte de los riesgos personales que corre, Tyrion ni siquiera recibe el honor que merece por sus esfuerzos en la guerra.

Una de las secuencias más reproducidas en Juego de Tronos es cuando Tyrion abofetea una y otra vez a Joffrey por haberle dado un escarmiento, ajeno por completo a que su sobrino es el primero en la línea de sucesión al trono.

Sin embargo, como príncipe heredero, Joffrey no puede decir ni hacer mucho contra su tío, pero es sólo cuestión de tiempo que se convierta en rey. Como era de esperar, Tyrion soporta una increíble humillación tras la muerte de Robert, algo que realmente debería haber previsto.

Varys realmente cree en lo que Daenerys representa para Poniente, quizás en parte debido a su anterior servicio bajo Aerys Targaryen. Sin embargo, pronto llega a la conclusión de que la llamada Reina se comporta de forma claramente indigna en situaciones de tensión, como cuando ejecuta a los Tarlys en contra de las advertencias de sus consejeros.

Varys, sin saberlo, le cuenta sus dudas a Tyrion, que enseguida se las expone a Daenerys. La Araña es condenada a muerte por Dracarys, una traición irreflexiva que Tyrion nunca olvidará.

Como Mano de la Reina, Tyrion cree erróneamente que su hermana podría acceder a las peticiones de Daenerys si hay pruebas físicas de la tormenta de Caminantes Blancos que se avecina. Sobre el papel, esta sugerencia suena hermética, pero cualquiera que conozca a Cersei y sus extrañas fantasías de poder es consciente de que nunca ofrecerá ayuda a quienes pretendan destronarla.

La idea de Tyrion es temporalmente efectiva: la existencia del vagabundo aturde a Cersei y a su corte, pero su plan finalmente no llega a ninguna parte. Es casi como si Tyrion no entendiera en absoluto a su hermana; es imposible que Cersei tolere algo tan humillante como una tregua.

Tyrion convence a Cersei para que envíe a su hija, Myrcella, a Dorne, donde espera que su presencia genere un vínculo más fuerte con la Casa Martell. Esto tiene sentido, dado que la relación entre el Trono de Hierro y la nobleza dorniense se había deteriorado tras el asesinato de Elia bajo las órdenes de Tywin.

Lamentablemente, la muerte de Oberyn en Desembarco del Rey está demasiado fresca en la memoria de los Martell como para que perdonen a la Casa Lannister, por lo que Myrcella es asesinada naturalmente por Ellaria Sand. El tacto de Tyrion le falla cuando más lo necesita.

Tyrion se horroriza cuando Daenerys entra en cólera y prende fuego a toda una ciudad, pero desperdicia todas sus posibilidades de evitar este resultado. Sus emociones conflictivas juegan un papel importante en sus decisiones, por supuesto, pero precisamente por eso debería haber sido más meticuloso con sus tácticas.

Dicho esto, Tyrion es indirectamente responsable de las miles de vidas inocentes que se han perdido; no lo vio venir no porque no pudiera, sino porque se ciega, quizás intencionadamente, a las consecuencias.