Jujutsu Kaisen: 10 ventajas de ser una maldición

En Jujutsu Kaisen, el exitoso anime del otoño de 2020, los espíritus malditos son los mayores enemigos de un hechicero de jujutsu. El protagonista de la serie, Yuji Itadori, se encuentra incluso en la terrible situación de convertirse en el recipiente del mismísimo Rey de las Maldiciones, Ryomen Sukuna.

Pero Sukuna no siempre fue una maldición; antes era un hechicero humano y sólo se convirtió en un espíritu maldito después de su muerte. Para evitar convertirse en un espíritu vengativo, los hechiceros tienen que ser asesinados usando jujutsu. Sin embargo, ser una maldición tiene sus ventajas, que superan los beneficios de ser un brujo.

Las maldiciones se manifiestan a partir de la energía maldita, que a su vez es creada por las emociones negativas que emana la humanidad. Diferentes lugares, ideas, tareas o experiencias hacen que la gente experimente angustia, miedo, asco y odio, lo que lleva a la acumulación de energía maldita. Esto hace que sea muy fácil que se desarrollen maldiciones. En un mundo con tanto estrés y sufrimiento, la vida de una maldición joven es casi el reverso exacto de la de un joven humano, ya que es muy fácil que las maldiciones crezcan y se propaguen.

Jujutsu Kaisen: 10 duras realidades de ser un brujo

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El espíritu maldito Mahito es un ejemplo de ello. Muchos personajes se refieren a él como "infantil", y en repetidas ocasiones se muestra que no tiene pleno control sobre sus propios poderes. Aun así, es uno de los adversarios más formidables a los que se enfrentan los héroes, ya que ha sido creado a partir del odio que los humanos muestran entre sí.

Las maldiciones son invisibles para los humanos normales, que no pueden ver la energía maldita. Eso significa que pueden alimentarse felizmente de las emociones de su objetivo, sin que su presa elegida se dé cuenta. Un hechicero de jujutsu puede aparecer para exorcizar la maldición, pero eso no ocurrirá inmediatamente, y mucho menos antes de que la maldición adquiera fuerza.

En el anime, se muestra una maldición de bajo nivel que se cierne sobre un empleado de la panadería sin saberlo. El brujo Jujutsu Kento Nanami pasa por allí y la exorciza, pero podría haberla pasado por alto muy fácilmente si no hubiera entrado en la panadería.

Incluso las maldiciones de bajo nivel pueden aniquilar por completo a un humano normal. Tienen diferentes tipos de habilidades, como rasgos animales como garras y colmillos, pero también velocidad y fuerza mejoradas.

Además, las maldiciones pueden manipular la energía maldita y las más poderosas pueden incluso utilizar técnicas e invocar un Dominio. El Vientre Maldito: Death Painting Eso utiliza técnicas como Decay y Rot en su batalla con Nobara y Yuji. Al final es derrotado, pero los hechiceros cogidos con la guardia baja no habrían tenido ninguna oportunidad.

Debido a la forma en que se crean, las maldiciones no tienen cuerpo físico. Toda su existencia gira en torno a la energía maldita. Eso significa que lo único que puede dañarlas es lo mismo que las creó; los ataques físicos no causan ningún daño.

Los hechiceros de Jujutsu deben utilizar técnicas o armas malditas para exorcizar a sus enemigos malditos. Hay varias excepciones, como los cadáveres malditos, que pueden aparecer de forma natural como entidades hostiles, pero la mayoría de las veces son utilizados como herramientas por los hechiceros. El cadáver maldito Panda es incluso capaz de adquirir conciencia propia.

La naturaleza de la maldición les permite curar sus propias heridas en la batalla. Mediante la manipulación de la energía maldita, son capaces de regenerarse en todas las circunstancias, excepto en las peores. Incluso pueden recuperar los miembros perdidos. Después de un combate con Satoru Gojo, el espíritu maldito Jogo queda casi completamente destruido. Lo único que queda de él es su cabeza y, sin embargo, sobrevive y se regenera.

No es de extrañar que, teniendo en cuenta su fuente de poder prácticamente ilimitada, las maldiciones sean colectivamente mucho más fuertes que la sociedad del jujutsu. Los hechiceros del jujutsu a menudo luchan por encontrar personas capaces de lidiar con situaciones problemáticas. Sencillamente, no tienen suficiente personal cualificado.

Satoru Gojo marca una gran diferencia, ya que evita que la balanza se incline a favor de las maldiciones. Pero incluso Gojo es sólo un hombre, y por mucho que diga, no es omnipotente.

Jujutsu Kaisen se centra al principio en la búsqueda de los héroes de los dedos malditos de Sukuna, con el fin de destruir finalmente al Rey de las Maldiciones de una vez por todas. Pero no es una tarea fácil, y no está exenta de riesgos.

Los dedos son objetos malditos muy peligrosos, y las maldiciones que entran en contacto con ellos se vuelven mucho más poderosas. Incluso cuando está contenido por su recipiente, Sukuna es un oponente temible y su poder siempre puede cambiar las tornas en una batalla.

Desde que Yuji Itadori despertó inadvertidamente a Sukuna al comerse uno de sus dedos, las maldiciones se han vuelto más activas. También han aparecido cuatro espíritus de grado especial, que encarnan los miedos más poderosos y las emociones negativas que emanan los humanos.

Hanami, por ejemplo, nace del odio de los humanos hacia el medio ambiente y pretende proteger el planeta de la influencia venenosa de la humanidad. Para ello, los espíritus malditos se unen, y son aún más letales juntos que separados. Las maldiciones más débiles no tienen esta capacidad de comunicación, pero se sienten atraídas unas por otras y pueden atacar en manada.

Aunque la mayoría de las maldiciones no son sensibles como lo son los grados especiales, su naturaleza las hace propensas a encontrar placer en el dolor de otras personas. La mayoría de las maldiciones también disfrutan jugando con los humanos; tanto Sukuna como Mahito muestran esta tendencia con frecuencia. Y luego están los que muestran apego a los demás. El vientre de la maldición: Pinturas de la Muerte son un claro ejemplo de este fenómeno.

Choso y sus hermanos Kechizu y Eso están muy unidos, hasta el punto de que Kechizu disipa su técnica maldita durante su batalla con Nobara y Yuji por el bien de su hermano. Choso los llora de verdad cuando se van. Aunque este tipo de afecto se considera inusual entre los espíritus malditos, eso no lo hace menos importante.

El poder de los brujos del jujutsu puede destruir maldiciones, pero hay excepciones a toda regla. Algunas maldiciones son imposibles de exorcizar, y los brujos tienen que sortear esta limitación con la esperanza de contenerlas.

Esto le ocurre a Sukuna, cuyo poder estaba sellado en sus dedos, que se convirtieron en talismanes sellados por sí mismos. No es un método infalible, y no es imposible que esa maldición vuelva a aparecer. Por eso, Yuji se ve obligado a perseguir y consumir todos los dedos, sabiendo que va a morir cuando logre su objetivo.