La casa del dragón: las 10 mejores cosas del joven Alicent

Aunque la Casa del Dragón de la HBO contiene personajes de todos los matices morales, Lady Alicent Hightower aún consigue tocar la fibra sensible del público por su rebosante potencial como personaje formidable. Aunque en un principio pueda ser confundida con ingenua en su juventud, Alicent puede ser tan astuta como amable.

Aunque la serie se desvía ligeramente de la obra Fuegoy Sangre de George R. R. Martin, la lealtad de Alicent para proteger a sus seres queridos es fiel al material original. Aunque Alicent no puede compararse con otros personajes westerosi en términos de fuerza física, posee otras cualidades que son tan cortantes como un corte de acero valyrio. Estas cualidades se agudizarán a medida que crezca y se convierta en una mujer capaz de desafiar a cualquiera que se atreva a cuestionar su valor como reina.

En un lugar tan hambriento de poder como Desembarco del Rey, es raro encontrar personas que estén genuinamente interesadas en ayudar a los demás. Alicent es uno de estos raros individuos que es auténtico en sus acciones para ayudar a los necesitados.

Esto se hace evidente en las breves interacciones que se muestran entre Alicent y la princesa Rhaenyra, cuando su mejor amiga descarga sus frustraciones sobre su pretensión al Trono de Hierro. Más tarde, cuando Alicent se convierte en la esposa del Rey Viserys, su ternura hacia su marido enfermo va más allá de sus deberes de esposa. La verdadera naturaleza de Alicent proviene de su devoción por ser un pilar esencial de fuerza para sus compañeros.

A pesar de su juventud, Alicent no se deja aprovechar fácilmente por los demás. Es dolorosamente consciente de cuándo sus compañeros están planeando un golpe de poder.

Cuando el padre de Alicent, Otto Hightower, le sugiere que consuele al afligido rey Viserys tras la muerte de su esposa, Alicent sabe inmediatamente que la petición no es en beneficio de su gobernante. Es lo suficientemente sabia como para saber que su padre la está utilizando como peón para cuando Viserys deba finalmente elegir a su nueva reina. Incluso en situaciones que no puede controlar del todo, Alicent comprende perfectamente las circunstancias, así como cualquier motivo ulterior.

Aunque Alicent no tiene más remedio que convertirse en la nueva reina, saca lo mejor de su situación. Esto incluye lidiar con la esperada tensión que su unión con el Rey Viserys trae a su amistad con Rhaenyra.

A pesar de las dificultades de Alicent con su nueva condición de reina, cumple con sus obligaciones y se hace un hueco en la corte entre las demás damas. Aunque no se siente a gusto al lado del rey, comprende lo que puede controlar y lo que debe afrontar por su cuenta para preservar el orden natural de Desembarco del Rey.

Casarse con el padre de una mejor amiga es un obstáculo difícil de superar, incluso para las compañeras más cercanas, pero la devoción de Alicent por ella y la amistad de Rhaenyra superan esta situación comprensiblemente difícil. Aunque las interacciones entre las dos son rígidas en los años posteriores a su matrimonio con el rey, Alicent busca continuamente a Rhaenyra para asegurarle que sus sentimientos por ella siguen siendo los mismos.

Los poderosos sentimientos de Alicent por su amiga se reiteran cuando defiende inquebrantablemente la virtud de Rhaenyra después de que surjan acusaciones de que perdió su virginidad con el príncipe Daemon. A pesar de la tensión natural de su relación, permanece al lado de su amiga sin pensarlo dos veces, incluso sin conocer los detalles de las acusaciones.

Dado que Alicent es perspicaz con los motivos y las emociones de los que la rodean, da un consejo perspicaz a los que lo buscan, incluso al gobernante de los Siete Reinos. Cuando su marido expresa sus frustraciones sobre la búsqueda de una pareja para Rhaenyra, Alicent es capaz de proporcionarle una nueva perspectiva.

Alicent le recuerda a Viserys el carácter independiente de Rhaenyra y le insiste en que debe reconocerlo cuando considere la posibilidad de su matrimonio. Como resultado, su consejo es la influencia motivadora para que Viserys decida inicialmente que su hija debe elegir su propia pareja para su compromiso.

Aunque Alicent es generosa en el fondo, eso no significa que no esté dispuesta a defenderse cuando se la cruza. Esto se hace más evidente cuando defiende sus acciones de apoyo a Rhaenyra ante su padre antes de su partida por orden del rey.

Otto Hightower culpa a su hija por su defensa de Rhaenyra, alegando que sus acciones fueron la causa directa de su destitución como Mano del Rey. Alicent le rechaza, señalando que en realidad fueron las ambiciones de su padre por arrebatarle el poder las que hicieron que cayera en desgracia con el rey. Aunque está lidiando con una mezcla de emociones con respecto a la partida de su padre, Alicent no se dejará culpar por mantenerse firme en sus propios valores.

Al igual que un guerrero en el campo de batalla, Alicent tiene el potencial de elaborar estrategias contra aquellos que desean hacerle daño. Gran parte de esta estrategia proviene de su capacidad para identificar sus propias capacidades.

Alicent sabe que carece de fuerza física y de acceso a las redes de informantes de las que disponen algunos de sus compañeros, por lo que es decisiva a la hora de elegir sus batallas. Sabe que puede ser persuasiva apelando a las emociones de los demás. Reúne información en sus propios términos, perfeccionando estas habilidades e identificando a los individuos de su entorno que pueden servirle de aliados.

A pesar de su deseo de ayudar a los demás, Alicent es capaz de dejar de lado sus apegos por el bien de Desembarco del Rey. Esto incluye sus sentimientos por las personas que le importan profundamente.

Aunque la partida de su padre de Desembarco del Rey le duele, Alicent sabe que pensar en ello no ayudará a su situación actual ni a la del reino, así que supera ese dolor. Del mismo modo, cuando Alicent descubre que Rhaenyra le mintió sobre su virtud, debe dejar de lado la devoción que una vez tuvo por su mejor amiga. Tras la traición de Rhaenyra, Alicent es capaz de reajustar sus prioridades para protegerse a sí misma y al trono.

En los breves destellos que los espectadores han visto de Alicent como reina, se ha hecho evidente que bajo su bondadoso corazón hay una ferocidad que debería hacer reflexionar a los enemigos. El público ya sabe que defenderá con firmeza el honor de los que le importan, así que es lógico que también haga todo lo que esté en su mano para protegerlos del daño físico.

Cuando su padre le advierte que sus hijos con Viserys son una amenaza para la pretensión de Rhaenyra al trono, Alicent debe tomar una difícil decisión. Puede ignorar las implicaciones de que su mejor amigo matará a sus hijos, o puede actuar. Conociendo lo que los espectadores saben sobre la naturaleza de Alicent, es comprensible que decida renunciar personalmente a sus vínculos con Rhaenyra para proteger a sus seres más queridos.

Alicent siempre ha apoyado sin fisuras su amistad con Rhaenyra, pero ni siquiera ella puede negar la improbabilidad de que el pueblo de Desembarco del Rey acepte a la princesa como su legítima gobernante. Este reconocimiento no sólo pone en peligro a sus propios hijos, sino también la forma de vida de los Westerosi.

Que Alicent crea que Rhaenyra será una reina justa no importa si el pueblo de Desembarco del Rey no abraza a Rhaenyra. Alicent reconoce esta difícil verdad, y al hacerlo debe prepararse para la inevitable lucha que vendrá con la ascensión de Rhaenyra, incluso si eso significa abandonar partes de su pasado en favor de un futuro mejor para el reino.