La mayor amenaza de Marvel robó los poderes de otro villano de Netflix, y eso es aterrador
ADVERTENCIA: Lo que sigue contiene importantes spoilers de Devils Reign #1, a la venta ya en Marvel Comics.
Wilson Fisk ha sido una de las figuras más imponentes del Universo Marvel desde su debut hace más de cincuenta años, pero su larga rivalidad con Daredevil acaba de sacar un nuevo nivel de crueldad del antiguo Kingpin del Crimen. En Devil's Reign #1 (de Chip Zdarsky, Marco Checchetto, Marcio Menyz y Clayton Cowles), Fisk ha utilizado su posición como alcalde de Nueva York para criminalizar a todos los héroes con superpoderes que trabajan en la ciudad, al tiempo que recurre a su imperio de los bajos fondos para darse una nueva y horripilante actualización. Ahora Wilson Fisk está a punto de convertirse en una amenaza imparable, gracias a que ha tomado el poder del Hombre Púrpura para sí mismo.
Mientras que Wilson Fisk ha pasado los últimos meses celebrando una serie de importantes victorias personales, su estado de ánimo se ha agriado por su incapacidad para recordar la identidad secreta de Daredevil. Después de dedicar tanto tiempo y energía a descubrir el secreto más codiciado de su adversario, Fisk lo ha perdido todo. Este desaire es todo lo que ha hecho falta para que el alcalde de Nueva York utilice su poder político para desatar una nueva fuerza policial anti-superhéroes en la ciudad. Su alcance como alcalde tiene un límite, pero Fisk tiene una solución al problema que implica a otro villano, el Hombre Púrpura.
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Introducido por primera vez en el número 4 de Daredevil de 1964 (por Stan Lee y Joe Orlando), Zebediah Kilgrave, alias el Hombre Púrpura, ha sido una amenaza letal desde que fue presentado, capaz de doblegar la voluntad de los que están cerca con poco más que una frase pronunciada. A pesar del encarcelamiento del villano, fue una tarea fácil para el alcalde Fisk hacer que Kilgrave se trasladara a un lugar más privado, donde pudiera acceder a sus habilidades de control mental y robarlas para sí mismo en la promoción de sus nefastos objetivos. Aunque todavía no se ha visto cómo planea exactamente Fisk robar las feromonas que controlan la mente de Kilgrave, eso no importa tanto como el hecho de que haya podido lograr tal hazaña en primer lugar.
Entre su todavía expansivo imperio del hampa, su posición como alcalde de Nueva York y las Unidades del Rayo llevando a cabo su guerra personal contra los superhéroes, Wilson Fisk sigue descontento con los límites de su poder. Ahora pretende aprovechar el poder del Hombre Púrpura para asegurar su candidatura al cargo más alto del país, el de Presidente de los Estados Unidos, y con las habilidades de Kilgrave a su disposición no parece haber nada que impida que sus aspiraciones se hagan realidad.
Aunque la última jugada de Fisk por el poder no ha demostrado ser exitosa hasta el momento, no parece que vaya a tener problemas para llevar a cabo sus intentos con éxito ahora que puede romper la voluntad de la gente con la misma facilidad que sus huesos.
También es posible que utilice los poderes del Hombre Púrpura para legitimar aún más su propia imagen a pesar de cualquier elogio mal habido. Si eso sucede, probablemente no importará cuántos enemigos tenga Fisk, especialmente si tiene el respaldo del resto del país.