La polémica sobre la salida del armario de Frank Ocean, a análisis
Hace apenas un par de días, el rapero Frank Ocean, perteneciente a Odd Future, un colectivo de raperos alternativos de Los Angeles, salió del armario en su cuenta de Tumblr y confesó que su primer amor fue un hombre, reconociendo públicamente que es bisexual.
Lo que, en principio, no tendría que armar ningún revuelo, ha sido inflado por la siguiente razón: el mencionado colectivo de raperos, Odd Future, liderado por Tyler, the Creator, ha sido acusado de ser homófobo. De hecho, Odd Future fue vetado en un festival neozelandés tras una denuncia de un colectivo LGTB por alentar la homofobia y han sido acusados de tener letras misóginas y violentas.
Por ello, en teoría, llama la atención que Frank Ocean salga del armario, quedando expuesto a sus compañeros supestamente homófobos. Partiendo del hecho de que el colectivo siempre se ha escudado en que sus letras son irónicas y representan la versión estereotipada del rap -que no tiene por qué ser excusa, obviamente- creemos que las reacciones son excesivas por un hecho simple: Syd Tha Kyd, la única componente femenina del colectivo, es abiertamente lesbiana. Lo que no quita que ella también haya recibido críticas por ser misógina: leed este post de Ellen DeGeneres si no os lo creéis.
Obviamente, Frank Ocean está muchísimo más hypeado que esta chica, así que ha causado más impresión su tímida salida del armario -ya lo ven por ahí como un héroe que ha cambiado el hip hop- que la que realizó en su momento de su compañera a través del videoclip para su tema Cocaine en los que liga con tías tranquilamente -y las desprecia igual de 'bien' que sus compañeros. Además, Tyler The Creator ha expresado públicamente su admiración por Ocean a través de Twitter y lo ha felicitado por su confesión, lo que demuestra que, al menos él, no es homófobo.
Pues eso, que como nos encanta dramatizar a los medios, y seguro que más de uno ya se imaginaba al pobre Ocean rodeado de raperos malignos, queríamos aclarar que está completamente a salvo y respaldado, al menos dentro de su colectivo. Lo de la misoginia es una historia aparte que ya analizaremos en otra ocasión. Y, dicho esto, va a ser lo último que publiquemos sobre el tema, que para eso está NME.
