La restricción de contraseñas de Netflix funciona en medio de millones de registros más
Hay un viejo adagio que dice que no hay que escuchar lo que dice la gente, sino prestar atención a lo que hace. Cuando Netflix anunció por primera vez que iba a tomar medidas enérgicas contra el uso compartido de contraseñas en un esfuerzo por conseguir que más personas pagaran por el servicio, Internet estalló con justa indignación y reclamaciones de abandono del servicio. A pesar de ello, el servicio de streaming puso en marcha sus nuevas normas de uso compartido de contraseñas en mayo y... funcionó. Netflix está captando nuevos abonados rápidamente, y muchos acuden en masa a su relativamente nueva opción de streaming con publicidad.
En el último trimestre, Netflix sumó 5,9 millones de nuevos abonados, superando sus expectativas en más de 4 millones, y no parece que vaya a frenar su crecimiento, ya que en julio volvió a sumar más de un tercio de esa cifra, con la friolera de 2,6 millones de abonados. La información no es oficial, ya que procede de la empresa de estudios Antenna, pero aunque la cifra se haya reducido a la mitad, se trata de un crecimiento importante y un mensaje muy claro de que, a pesar de la indignación, la gente pagará por Netflix si considera que el precio es justo. Obviamente, se trata de un descenso con respecto a las cifras de junio, debido a que las medidas contra el uso de contraseñas se produjeron más tarde, en mayo, pero tiene que alegrar a los accionistas y a los directivos.
Lo que les hará aún más felices es que la mayoría de las inscripciones se producen en el espacio con publicidad. Aunque es la opción más barata, es la que más dinero reporta gracias a la publicidad. El 23% de las suscripciones fueron a la versión con publicidad, lo que la convierte en la opción más popular a 6,99 dólares. Eso sin mencionar que el plan sin publicidad más barato de Netflix murió en julio, lo que hace que el siguiente nivel sea más del doble de caro, 15,49 dólares. Viendo esos dos precios (y sin la opción de nada más barato) es bastante obvio por qué los que perdieron el acceso por compartir contraseña saltarían a 6,99 dólares incluso con anuncios. Parte de la razón es que Netflix hace cosas que la gente quiere ver. Sus programas y películas suelen tener peso cultural, ganar premios y entrar en el zeitgeist, por lo que prescindir de él de repente es claramente algo que no queremos.
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Por supuesto, lo que todo esto significa es que el streaming se está acercando cada vez más a la televisión por cable, donde todos pagamos para que nos pongan publicidad y así poder ver las cosas que nos gusta ver a través de múltiples streamers de canales, aunque seguir teniendo opciones sin anuncios es mejor. Está claro que estamos dispuestos a pagar y los demás streamers se van a dar cuenta, y una a una llegarán las medidas drásticas. ¿Cuánto crees que durará la postura de WB de "nos gusta que la gente comparta" cuando vean que todos estamos dispuestos a pagar?