La taquilla final de Justice League y Tomb Raider rematan un catastrófico año para Warner
El desastre continúa tomando forma con la taquilla final de Justice League y Tomb Raider en un catastrófico año para Warner
Un fin de semana después del estreno de Tomb Raider en nuestras pantallas, no solo podemos disfrutar de la nueva película de videojuegos protagonizada por Alicia Vikander, sino que si nos atenemos a sus primeras cifras de taquilla todo apunta que esta va a quedar muy lejos de las que consiguiera su predecesora Angelina Jolie. Tan por debajo, que con unos poco impresionantes 23 millones de dólares en su debut, apenas han conseguido hacer sombra a Black Panther en su quinto fin de semana en la taquilla estadounidense, apuntando las principales estimaciones a que lo tiene difícil para alcanzar los 250 millones de dólares que necesitaría para sobrepasar lo que necesita para comenzar a ser rentable.
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Así dicho quizás no suene tan preocupante. Al menos, si no tenemos en cuenta que la nueva película de Tomb Raider era la quinta gran apuesta de Warner para este año, junto a Ready Player One, Animales Fantásticos 2, Aquaman o Creed 2. Otras como el spin-off de la saga Expediente Warren La Monja podrían ayudar a salvar los trastes, mientras que proyectos como la versión adulta de El Libro de la Selva que Andy Serkis prepara con Mowgli, la animada Smallfoot de Channing Tatum, el musical de Bradley Cooper A Star is Born, Ocean's 8 o lo nuevo de The Rock y Jason Statham (Rampage, The Meg) no tienen un perfil demasiado estable como para que se pueda contar con ellas salvo en caso de sorpresa.
El problema viene cuando consideramos todo el año anterior, resultando en una muy peligrosa tendencia por parte de la compañía de los superhéroes de DC Comics. Si nos atenemos a los últimos 16 meses, las películas de Warner únicamente han conseguido un solitario hit con una recaudación suficiente para entrar en el Top 10 de taquilla, por no hablar de haber tenido un preocupante número de estrenos que o bien no han llegado ese mínimo para comenzar a ser rentables o ni siquiera llegaron a igualar el presupuesto que la compañía invirtió en ellas. Aquí hay que partir seiempre de la idea de que, considerando que lo que una película recauda en taquilla no son ingresos limpios al tener que repartir ese dinero entre cines, distribuidores y demás, el umbral de rentabilidad no se alcanza hasta que una película no consigue recaudar el doble de lo que costó hacerlo.
Partiendo de esa base, aunque dentro de lo positivo podría pensarse que Wonder Woman de Patty Jenkins es el gran éxito de Warner de estos últimos años al haber conseguido una taquilla mundial de 822 millones de dólares sobre un presupuesto de 150, en realidad el mayor flujo económico de la compañía proviene actualmente de sus películas de terror. Y si bien la película de la princesa amazona se quedó a un paso de cuatriplicar su taquilla inicial, más significativas resultan si cabe las inversiones de It de Andrés Muscheitti y La Creación de Annabelle de David F. Sandberg.
Costando la primera unos irrisorios 35 millones de dólares y la segunda 15, sus recaudaciones quizas no sean tan ostentosas como las de Wonder Woman, 700 y 307 millones de taquilla mundial cada una, hablamos de películas que consiguieron recuperar veinte veces la cantidad de lo que costó realizarlas. Aquí podríamos hablar de otros éxitos más moderados de la compañía como podrían ser Batman Lego Película de Chris McKay con sus 80 millones de presupuesto frente a 312 de recaudación o Dunkerque de Christopher Nolan con 150 millones invertidos frente a 526 recuperados. Algo menor fue ya el triunfo de Kong: La Isla Calavera de Jordan Vogt-Roberts, que si bien sus 165 millones de recaudación en la taquilla estadounidense no compensaron los 185 invertidos en ellos, la audiencia china acudió a su rescate permitiendo elevarse hasta unos considerables 566 millones a nivel mundial. Con 10 y 25 millones de dólares de presupuesto frente a los 61 y 85 recaudados respectivamente, Everything, Everything de Stella Meghie y Un Golpe con Estilo de Morgan Freeman y su panda difícilmente podrían considerarse como películas que no cumplieron las espectativas que buscaban, pero también son cintas que se mueven en unos márgenes tan modestos que poco peso tienen frente a las cifras de las grandes superproducciones.
Es cuando entramos en este campo cuando empieza a hacerse patente la mala racha que viene arrastrando la compañía de Batman, Superman y Wonder Woman durante este último año. Sin embargo, el gran fiasco de Warner durante este periodo no tuvo que ver con los superhéroes, sino que fue El Rey Arturo: La Leyenda de la Espada de Guy Ritchie. Con una inversión de 175 millones de dólares, el film de fantasía medieval protagonizado por Charlie Humman únicamente consiguió 148 de recaudación. En todo el mundo. Un 14% menos de lo que costó hacerla, por lo que no parece demasiado probable que Warner vaya a pensar en continuarla en un futuro próximo.
En el caso de la taquilla final de Justice League de Scott Snyder y Joss Whedon los gastos se elevaron de forma tan exageradamente alta entre los cambios de director, cambios en el metraje ya grabado, promoción y derroches tan incomprensibles como los cambios en el bigote de El Hombre de Acero que ascendieron a 400 millones de dólares. De estos, la película de superhéroes que reunía a Batman, Wonder Woman y Superman entre otros únicamente consiguió 229 millones en Estados Unidos. Prácticamente la mitad. Fue la taquilla fuera de sus fronteras la que permitió a la película de los mil y un problemas llegar a los 650 millones, todavía lejos de lo que habría necesitado para comenzar a ser rentable. Sobre todo cuando hablamos del proyecto que pretendía ser la gran fuente de recaudación de la compañía en el pasado 2017.
Tampoco es que la taquilla acogiera con demasiado entusiasmo Blade Runner 2049 de Dennis Villeneuve, película que costó 185 millones de dólares llevarse a cabo, y que tras recuadar únicamente 92 en Estados Unidos, se quedó en 250 a nivel mundial. De nuevo muy lejos de la cifra que habría necesitado para duplicar su inversión y comenzar a ser rentable.
Con 120 millones invertidos, Geostorm de Dean Devlin se quedó en unos nada favorables 33 millones de dólares a nivel doméstico, elevados gracias a la taquilla China para quedar en un total de 221 que tampoco alcanzarían para duplicar lo invertido.
Ni siquiera las apuestas dentro del territorio animado mejoraron esta tendencia, encontrando casos como el de Lego Ninjago de Charlie Bean con su inversión de 70 millones frente a una taquilla de 59 millones en Estados Unidos y 64 en el resto del mundo (123 en total), a lo cual se podrían sumar otros batacazos menores como Pelea de Profes de Ice Cube con 41 millones de recaudación mundial frente a los 25 que costó hacerla, Unforgottable de Rosario Dawson y Katherine Heigl con su inversión de 12 millones frente a 17 de recaudación mundial, ChiPs de Dax Shepard y Michael Peña con una inversión de 25 millones frente a unos resultados de 26 de recaudación mundial, Father Figures de Owen Wilson quedándose en tablas con 25 millones en taquilla frente a 25 invertidos y el batacazo de Will Ferrell y Amy Poehler con Casa Casino. 40 millones de presupuesto frente a 34 de recaudación mundial.
Si sumamos cifras y volvemos a tirar de la regla según la cual toda película necesita recaudar al menos el doble de lo que se ha invertido en ella para comenzar a ser rentable, encontramos que de los 2.154 millones que estas diez películas debieron conseguir para recuperar la inversión, únicamente consiguieron 1.535. O dicho de otra forma, que entre todas supusieron al menos 619 millones de pérdida para Warner. Prácticamente el equivalente a la taquilla total de la Liga de la Justicia a nivel mundial. O si lo preferís, que si It fue el mayor éxito de Warner durante el pasado año, prácticamente todo el beneficio obtenido con ella acabó destinado en cubrir la pérdida de estas diez películas.
Si entramos ya en este 2018, no es que dicha dinámica cambie demasiado, aunque fundamentalmente porque quitando el hit de Black Panther, de momento 2018 no está trayendo buenas noticias para nadie dentro de la industria de Hollywood. A día de hoy, tres de las cinco películas más taquilleras de 2018 son chinas, y la quinta 50 Sombras Liberadas, que para colmo de males es la menos taquillera de toda la trilogía. En lo que a Warner respecta, Paddington 2 de Paul King ha sido el gran balón de oxígeno de la compañía hasta el momento, con una recaudación mundial de 212 millones de dólares frente a los 40 que costó realizarla.
Una inversión modesta que ya ha quintuplicado su presupuesto, y que junto a Noche de Juegos de Rachel McAdams y Jason Bateman con unos más discretos 85 de inversión frente a 37 de recaudación son los principales logros de Warner en lo que va de año. Sobre todo en comparación con 15:17 Tren a París del otrora referente mundial Clint Eastwood y 12 Strong de Chris Hemsworth y señora, las cuales cuentan con un presupuesto de 35 millones de dólares cada una, y ninguna de ellas ha conseguido duplicar esa cifra con 53 la primera y 60 la segunda.
Así llegamos hasta la nueva película de Tomb Raider protagonizada por Alicia Vikander, la primera de las grandes apuestas de Warner, que en su primera fin de semana unos bastante discretos 23 millones de dólares, no muy lejanos de los 21 con los que se firmó el batacazo histórico de Tomb Raider: La Cuna de la Vida, tras el que nunca más volvió hacerse una película de la heroína cuando la interpretaba Angelina Jolie. Moviéndose peligrosamente más cerca de los resultados de la segunda entrega protagonizada por esta esta y sus 157 millones de recaudación mundial que de su primera y los 275 que consiguieron darle vida a la carrera de Jolie.
Por suerte para esta nueva iteración de Tomb Raider, la taquilla China también se las ha ingeniado para venir al rescate, con unos más que considerables 43 millones en su estreno, con los que a pesar del pinchazo en casa ha podido elevarse hasta un total de 128 millones a nivel mundial. Cifras que le dan cierto oxígeno, o al menos como para aspirar a tener mejores resultados que Ghost In The Shell, Red Sparrow o Atómica. Que esto sea suficiente buena noticia o no dependerá en gran medida del presupuesto que Warner haya invertido en la película, ya que el estudio ha blindado cualquier tipo de información respecto a lo que ha costado hacer la película (lo cual no se puede decir que sea tampoco una señal que inspire demasiada confianza).
Aplicable también al próximo gran estreno de la compañía (Ready Player One), pocos son los cartuchos que le van quedando a Warner, y mucho los que les va a tocar enmendar. Con Steven Spielberg, la franquicia Harry Potter, los últimos bastiones de la Liga de la Justicia, Rocky y el universo de terror de James Wan como últimas esperanzas, mucho va a ser lo que les va a tocar enmendar.
De momento la taquilla final de Justice League y Tomb Raider rematan un catastrófico año para Warner, situando a la compañía en un tunel que no parece tener final.