Las 10 escenas más icónicas de Avatar: The Last Airbender

Avatar: The Last Airbender es uno de los dibujos animados más queridos de todos los tiempos. Los temas bélicos y morales de la serie se tratan con destreza, sin que queden fuera del alcance de su joven público. Además, está llena de grandes personajes y combina humor y sinceridad a partes iguales.

La combinación de todos estos aspectos da lugar a muchas escenas sobrecogedoras y conmovedoras. Estos momentos de la historia se han convertido en piezas icónicas de la televisión que aún perduran entre los fans. La mayoría de estas escenas son dramáticas, pero algunas son divertidísimas. Desde la luna hasta el zumo de cactus, pasando por una disculpa, Avatar: El último maestro del aire ha regalado a su público momentos preciosos para el recuerdo.

Después de que los Gaang lleguen finalmente a la Tribu del Agua del Norte, son rápidamente seguidos por una flota de naves de la Nación del Fuego, empeñada en capturar a los Espíritus de la Luna y del Océano. La destrucción de una civilización tan grande y la profanación de dos espíritus lleva a Aang a entrar de lleno en su primer Estado Avatar.

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Tras combinarse con el espíritu del Océano, Aang se convierte en un ser gigante y resplandeciente que puede con toda la Armada él solo. Es impresionante ver cómo Aang y el espíritu trabajan juntos para salvar a la Tribu del Agua del Norte y acabar con el Almirante Zhao para siempre.

Al final del Libro 2 de la serie, todos los personajes principales se reúnen en las cuevas de Ba Sing Se. Azula y los Dai Li han tomado el control del gobierno, Zuko decide realinearse con su destructiva familia, y Aang y los demás intentan seguir con vida.

Se desata una batalla épica entre Azula, Zuko y Aang. Aang hace todo lo posible por entrar en el Estado Avatar para hacer frente a la situación, pero es fulminado por el rayo de Azula antes de que pueda. Esta terrible escena pone fin a la segunda temporada y deja al público preguntándose si Aang se recuperará alguna vez de un golpe tan mortal.

Zuko pasa por muchas turbulencias a lo largo de la serie, pero al final se pone oficialmente del lado de Aang y sus amigos. Por desgracia, esto significa que tiene que enfrentarse a su hermana Azula por última vez.

Con la ayuda de Katara, Zuko entabla un Agni Kai contra Azula para zanjar sus diferencias de una vez por todas. La escena del final de su lucha, en la que las llamas azules de Azula luchan contra las rojas de Zuko, es una imagen icónica de dos hermanos cuyas diferencias extremas han llevado a una batalla que pone en peligro sus vidas.

Zuko finalmente decide cambiar de bando tras darse cuenta de lo despreciables que son los planes de su padre. Como una forma de entrar, Zuko planea ofrecerse a enseñar a Aang Fuego Control. Sin embargo, también sabe que acercarse a los Gaang no va a ser fácil, ya que ha sido su constante atormentador durante gran parte de la serie.

Para preparar su petición de unirse a ellos, Zuko practica saludando a la fauna del bosque, mirando a la cámara y diciendo: "Hola. La incómoda presentación y el darse cuenta de que está hablando con un sapo son divertidísimos, teniendo en cuenta lo estoico que suele serZuko. También es icónico, ya que representa el inicio del cambio de Zuko al lado pacífico para siempre.

Todo el episodio "The Ember Island Players" es icónico por su singular formato de episodio de recapitulación. En lugar de mostrar escenas de episodios anteriores, en "The Ember Island Players "los Gaang asisten a una obra de teatro mal escrita y actuada sobre ellos mismos.

Esto no sólo recuerda a los fans los pasajes de la historia anteriores al conflicto final, sino que también ofrece a los espectadores algunas de las escenas y chistes más divertidos de la serie. Muchos de los actores en escena exageran sus interpretaciones y hacen bromas sobre el reparto principal. Además, ver a Toph retratado como un hombre ruidoso y musculoso (y a Toph disfrutando del casting) es una de las escenas más hilarantes de toda la serie.

Cuando el Gaang se queda varado en el desierto, todos buscan desesperadamente un poco de alivio para el calor. Desgraciadamente, Sokka y Momo ceden demasiado fácilmente a la tentación y beben de un cactus que encuentran al azar sin tener en cuenta si es seguro consumirlo.

Lo que sigue es la escena más divertida y citable de Avatar: El último maestro del aire, en la que Sokka y Momo deliran. Dicen y hacen cosas desternillantes, como crear una marca falsa para el zumo de cactus que se han bebido y alabar un hongo nuclear en la distancia. Esta escena pone de relieve las travesuras combinadas de Sokka y Momo, a la vez que aporta ligereza a una situación que, de otro modo, sería monótona.

Después de que Zuko traicione al tío Iroh para reunirse con su familia inmediata, Zuko siente que no puede volver con el hombre que tan bien cuidó de él. Se siente avergonzado por sus actos y sabe que ha faltado al respeto a su tío tirando por la borda todo lo que Iroh le enseñó.

Por eso, cuando el Gaang se reencuentra con Iroh en el campamento del Loto Blanco, Zuko le pide perdón entre lágrimas y exclama lo equivocado que estaba. A cambio, Iroh abraza a su sobrino y asegura a Zuko que nunca estuvo enfadado, sólo arrepentido de que Zuko hubiera seguido un mal camino. Los dos hombres lloran y se abrazan después de reparar sus lazos. Es el momento más conmovedor de la serie y significa que Zuko recupera por fin su honor perdido.

Cuando nació, la princesa Yue estaba increíblemente débil, pero recuperó la vida gracias al Espíritu de la Luna. Ahora que es una adolescente, Yue es una noble de la realeza con un corazón excepcionalmente bondadoso. Cuando su tribu y el Espíritu Lunar están en peligro, Yue devuelve el favor que el Espíritu Lunar le hizo hace tantos años.

En un acto desinteresado, Yue asume el papel de Espíritu Lunar y se convierte en la Luna. La imagen etérea de Yue flotando en el resplandor lunar es desgarradora pero conmovedora.

Los Gaang llegan por fin a Ba Sing Se tras un largo viaje y son agasajados con todo lujo. Los alojan en una bonita casa y les dan toda la comida y bebida que desean. Sin embargo, cuando alguno de ellos intenta abordar la agitación que se está gestando dentro de los muros, la única respuesta que reciben de su cuidador es: "No hay guerra en Ba Sing Se".

Esta escalofriante frase resulta espeluznante por su rotunda negación, ya que el Equipo Avatar es consciente de la amenaza que se cierne sobre ellos. Las cosas se ponen aún más preocupantes cuando su cuidadora es sustituida por otra mujer que repite la espeluznante frase. La escena habla de un fenómeno que consiste en que la clase acomodada hace la vista gorda ante el sufrimiento de las clases más pobres, optando en su lugar por la ignorancia voluntaria.

A lo largo de la serie, Aang se pregunta qué hará cuando se enfrente al Señor del Fuego Ozai. La mayoría de las personas a las que consulta dicen que la única forma de detener a Ozai es matándolo. Sin embargo, la educación de Aang le enseña que toda vida es preciosa. Incluso hasta el día de la esperada batalla, Aang sigue sin saber qué hará.

Afortunadamente, Aang visita a una Tortuga León y por fin se le muestra una alternativa a la muerte. Cuando Ozai es finalmente abatido, Aang desciende sobre él mientras se encuentra en el Estado Avatar y le quita a Ozai su doblez. Es una escena icónica que muestra por fin al héroe triunfando sobre el mal, y en los propios términos del héroe. Aang se aferró a sus principios y encontró una solución pacifista a una amenaza global.