Las 10 muertes más tristes de Fire Emblem Heroes

Fire Emblem Heroes, como muchos otros juegos de Fire Emblem, tiene una historia entrelazada con trágicas pérdidas. En la historia principal, Askr está constantemente en conflicto con otros países o incluso con dioses y diosas. A pesar de la habilidad del Invocador para reclutar personajes de otros mundos, las muertes en las historias son a menudo inevitables.

Para derrotar a poderosos enemigos o proteger a sus seres queridos, algunos personajes se han sacrificado. Aunque la mayor parte del reparto principal está formado por personajes exclusivos del juego para móviles, los fans han tenido años para encariñarse con ellos. Los jugadores no pueden evitar sentir lástima por los personajes cuando perecen o pierden a alguien que les importa.

Alfonse y Veronica, conocidos como Líf y Thrasir, lucharon contra Hel y su ejército años antes que los protagonistas. Los países Askr y Embla se unieron para llevar a cabo un ritual llamado El Rito del Corazón, capaz de destruir a Hel. El rito no consiguió más que acabar con casi todas las almas vivas, y Sharena fue asesinada por Hel.

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Incluso el Invocador de su mundo murió, lo que llevó a Líf y Thrasir a hacer un trato con Hel: si destruían otro mundo, el suyo sería restaurado. Estaban dispuestos a llegar tan lejos porque se culpaban de la muerte de todos sus seres queridos y querían traer de vuelta a sus hermanos.

Hellbindi era uno de los generales de Surtr y, aunque tenía una forma ruda de hablar, mostró amabilidad a la cautiva princesa Ylgr. No tuvo más remedio que seguir las órdenes de Surtr y continuar ascendiendo en el escalafón para ganarse la vida él y su hermana pequeña, Menja. Hellbindi sabía que estaba condenado cuando se le ordenó derrotar al ejército askran, pero intentó hacerlo a pesar de todo. Cuando perdió, Surtr quemó los barrios bajos para dar ejemplo y mató a su hermana.

Aunque Laegjarn le dijo que huyera, Hellbindi decidió liberar a Ylgr y Veronica de su cautiverio, salvándolas de ser sacrificadas en el Rito de las Llamas de Surtr. Cuando Surtr apareció para perseguirlos, Hellbindi se quedó atrás para darles más tiempo para escapar.

El rey Gustavo era el padre de Sharena y Alfonse. No era bueno expresando sus emociones, pero protegía mucho a sus hijos. A Gustav no le gustaba que Alfonse se pusiera manos a la obra para ayudar a la gente y le sermoneaba cuando arriesgaba su vida para salvar un pueblo. Gustav incluso guardaba un regalo que Alfonse le había hecho cuando tenía 3 años.

Cuando Fáfnir montó en cólera bajo la influencia de su corona, arremetió contra Reginn. Dagr se movió para protegerla, pero sabiendo que el golpe de Fáfnir sería mortal, Nótt recibió el impacto en su lugar. Las dos hermanas insistían en que la otra estaba destinada a ser reina, pero el sacrificio puso fin a su rivalidad.

Gunnthrá era la hermana mayor de Fjorm, que se escondió después de que Surtr invadiera Nifl, el Reino del Hielo. Surtr prendió fuego sin piedad a innumerables personas en su afán por convertirse en el único gobernante del mundo, deleitándose con la miseria que provocaba. La madre de Fjorm fue asesinada por Surtr, y Fjorm no pudo hacer otra cosa que mirar.

Gunnthrá corrió la misma suerte, sucumbiendo a sus heridas tras dar a Fjorm y al Invocador los medios para encontrar el Rito de Escarcha, lo único que podía matar a Surtr. Gunnthrá era un alma bondadosa que pasaba la mayor parte de su tiempo en pantalla guiando al Invocador a través de los sueños, por lo que resultaba chocante verla sufrir un final tan cruel.

Cuando Laevatein fracasó en su intento de matar al ejército askran, Surtr le ordenó que se entregara a las llamas de Muspell. Para salvar la vida de su hermana, Laegjarn suplicó ocupar el lugar de Laevatein.

Surtr aceptó con la condición de que Laevatein sería la siguiente si Laegjarn no lograba derrotar a los askran, y procedió con el ritual. Las llamas le otorgaron un inmenso poder durante un breve periodo de tiempo, pero la consumieron rápidamente tras perder la batalla. En sus últimos momentos, Laegjarn suplicó a Fjorm que protegiera a Laevatein, ya que Laevatein era todo lo que tenía.

Para ayudar a los héroes a escapar de su sueño, el Rey de los Sueños Freyr les concedió un cuerno que les ayudaría a despertar. Al hacerlo, quedó vulnerable y permitió que su hermana, Freyja, lo capturara. Freyja sentía envidia de su amor por los humanos y planeaba expandir sus tierras para conquistar las de los mortales. Para ello, le dio a Freyr un collar que le transfería sus poderes.

Los nuevos poderes de Freyja le permitieron atormentar a los héroes con visiones de sus enemigos del pasado, que los perseguirían incesantemente a menos que ella o Freyr cayeran. Para proteger a los héroes y evitar que Freyja hiciera daño a alguien, Freyr pidió a los héroes que lo mataran, reduciendo así el poder de Freya y dando a los héroes la oportunidad de liberarse de sus pesadillas.

Bruno fue durante mucho tiempo aliado y amigo de Alfonse y Sharena. Les salvó de Surtr y fue en gran parte responsable de aliviar gran parte de la tensión entre sus dos países. Bruno intentó, sin éxito, encontrar una forma de romper la maldición de la sangre de Embla, que le permitía lavar el cerebro a cualquiera de la línea real.

Embla controló primero a Letizia, que se sacrificó para evitar hacer daño a Verónica. Cuando Embla controló a Bruno, Alfonse y Sharena no tuvieron más remedio que derrotarlo. Esto formaba parte de su plan, ya que Bruno sabía que la mejor manera de derrotar a Embla era convencerla de que su control sobre la familia real era absoluto. Bruno estaba dispuesto a morir para liberar a Veronica de la maldición que la atormentaba desde el principio de la historia.

Hvergel era una de las antepasadas de Fjorm, y gracias a su amistad, Nifl desarrolló una gran bondad y amor por los mortales. Los dos estaban tan unidos que Múspell decidió quemar cruelmente a Hvergel con su llama. Hvergel no podía ver ni respirar por el dolor, y Nifl no pudo salvarla. Rápidamente se dio cuenta de que Múspell no mató a Hvergel porque sabía que Nifl tendría que acabar con la vida de Hvergel como acto de piedad.

La agonía de perder así a su amiga hizo que Nifl pusiera distancia entre ella y los demás para no volver a experimentar ese dolor. Poco después, retó a Múspell a un combate, pero el resultado fue de empate.