Las 13 comedias más divertidas que no parecen comedias
Hacer reír es lo más difícil que existe. Hacer reír sin que te des cuenta es un milagro. Son muchas las candidatas a comedia negra, de esas que te hacen reír mucho por dentro pero por fuera te muestras hermético, ajeno a la carcajada, sin expresar ninguna emoción. Es normal, es porque no te esperas nada de lo que estás viendo. Tenemos muchos directores maestros a la hora de realizar semejante proeza: los hermanos Coen, Jared Hess o Yorgos Lanthimos, maestros a la hora de divertir e incomodar al 50%. Por todos ellos van hoy las 13 comedias más divertidas que no parecen comedias.
Turistas (Sightseers)
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Ahora que con Free Fire parece estar llegando a un público más amplio (no en vano es su trabajo más comedido), Ben Wheatley demostró en esta producción de Edgar Wright que, como al director de Baby Driver, su tierra le sienta mejor que el sueño americano. Una hermosa historia de amor entre gente bastante extrema.
Langosta (The Lobster)
Una comedia de ciencia ficción con la actitud más punk imaginable y probablemente la mejor película del año pasado con mucha diferencia.
En Brujas (In Bruges)
Colin Farrell parece haberse especializado en comedias amargas que parecen cualquier otra cosa menos comedias. Como esta obra maestra. ¿Quién coño se va a Bélgica? (escribe desde Bélgica)
Déjame salir (Get Out)
La comedia “negra” por antonomasia y una de las mejores pelis del año.
Ya no me siento a gusto en este mundo (I Don't Feel at Home in This World Anymore)
Una de las mejores producciones que han llegado este año a Netflix. Combinación afortunada de white trash, comedia y thriller al más puto estilo primeros Coen.
Don Verdean
Jared Hess conoce mejor que nadie el comportamiento de la gente especial, y en su última comedia (estrenada directamente en dvd en gran parte de Europa) nos presenta un dilema moral de proporciones bíblicas y literales. Literal.
Four Lions
Si en el año de su estreno esta comedia sobre terroristas islámicos ya era delicada, los últimos sucesos protagonizados por estas aves de rapiña no favorecen el visionado de la película. Puede que por eso mismo sea una película tan estupenda.
El mejor padre del mundo (World's Greatest Dad)
El arranque de la película muestra una tragedia inconcebible y a partir de ahí Robin Williams aprovecha toda su humanidad, la clara y la oscura, para redondear la mejor película del siempre interesante Bobcat Goldthwait.
A la caza de los ñumanos (Hunt for the wilderpeople)
Mejor no insistir demasiado en el título español del último modesto milagro del infalible Taika Waititi, porque es posible que después de Thor: Ragnarok, ya no vuelva a ser el mismo. Ojalá me equivoque y siga con su magia modesta.
Un tipo serio (A serious man)
Puedo decir sin miedo a equivocarme que es la película más divertida con la que no te reirás ni una sola vez. Un triunfo. Un milagro.
Gracias por fumar (Thank you for smoking)
El debut de Jason Reitman sería su mejor película de no ser por el milagro de Young Adult, la mejor y menos valorada película de la década. Esto es otra cosa, es desternillantemente triste.
Un loco a domicilio (The Cable Guy)
Hablando de minusvalorar, esta redonda, perfecta, comedia dramática a lo thriller de Ben Stiller solo mejora con los años.
Happiness
¿Es una comedia? Debe serlo, porque la fórmula dice que tragedia más tiempo es igual a comedia. Y esta joya que está cerca de cumplir veinte años dura dos horas y cuarto.