Las conejitas de Playboy: entonces y ahora
¿Qué fue de las primeras conejitas de Playboy?
El pasado diciembre compartíamos con vosotros la triste decisión adoptada por la mítica publicación Playboy de no ofrecer más desnudos entre sus páginas. Una tragedia intergeneracional, dramatizábamos entonces, porque la revista fue pionera para muchos en el descubrimiento de la belleza femenina, esa aproximación distante a la geografía del pecado que conforman las curvaturas de una mujer.
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Fue en la década de los sesenta cuando el ahora magnate Hugh Hefner abría su primer club Playboy en Chicago, lugar donde daría inicio una revolución sexual en la que se reivindicaba el cuerpo de la mujer como obra de arte, motivo de orgullo y no de vergüenza, que no debía ser oculto sino mostrado. Fue en ese club donde se dieron a conocer las primeras conejitas de Playboy, camareras ataviadas con sugerente uniforme conformado por un corsé con cuello, una graciosa diadema sobre sus cabezas de la que sobresalían dos orejas de conejo y un simpático rabo de algodón idéntico al de este pequeño animal. Sus funciones dentro del club eran diversas pero había una regla que tanto las conejitas como los clientes debían cumplir; se prohibía socializar entre ellos. Es más, en caso que uno de los clientes se atreviera a tocar a una de las conejitas, sería sancionado.
Desde entonces, las conejitas de Playboy se han convertido en una imagen icónica de la cultura popular y son muchas las actrices, cantantes o modelos que, al posar para la revista, se han sumado a la larga lista de conejitas de Playboy. Pero, ¿qué ocurrió con aquellas primeras conejitas de Playboy? ¿qué fue de sus vidas después de aquella experiencia y dónde se encuentran hoy día? Pero, sobretodo, ¿cómo se ven ahora?
Hagamos un recorrido por el entonces y ahora de las primeras conejitas de Playboy…