Las "interminables" improvisaciones de Leonardo DiCaprio dejaron a Martin Scorsese y Robert De Niro "con los ojos en blanco"
Las "interminables" improvisaciones de Leonardo DiCaprio en Asesinos de la flor de la luna dejaron a Martin Scorsese y Robert De Niro "con los ojos en blanco", según el director.
La 26ª película de Scorsese se basa en la historia real del asesinato de más de 60 nativos americanos en la Oklahoma de los años 20 y está protagonizada por De Niro y DiCaprio en el papel de un tío y un sobrino que conspiran para robar el petróleo que se encuentra bajo las tierras de la tribu.
DiCaprio es conocido por improvisar sus diálogos en las películas, pero durante el rodaje de esta obra de época, el actor puso a prueba la paciencia de su compañero de reparto y del director.
Sus improvisaciones eran "interminables, interminables, interminables", dijo Scorsese a The Telegraph, mientras que "Bob [De Niro] no quería hablar".
El director de 80 años, que ha rodado varias películas con ambos actores, dijo: "De vez en cuando, Bob y yo nos mirábamos y poníamos un poco los ojos en blanco. Y le decíamos [a DiCaprio]: 'No necesitas ese diálogo'".
Esto se produce después de que Scorsese revelara recientemente que DiCaprio pidió una revisión a fondo del guión de la película dos años después de comenzar el proceso de escritura.
Aunque la película acabó narrándose desde la perspectiva de la tribu Osage, ése no era el plan original. Según el director, el guión original de la película estaba contado "desde el punto de vista de los agentes del FBI que vienen a investigar", lo que provocó el problema de DiCaprio con el guión.
Scorsese declaró a The Irish Times: "Leo vino y me preguntó: '¿Dónde está el corazón de esta historia?'. Yo había tenido reuniones y cenas con los Osage, y pensé: 'Bueno, ahí está la historia'. Pensamos que la verdadera historia no venía necesariamente de fuera, de la oficina, sino de dentro, de Oklahoma".
En una crítica de cinco estrellas de la película, NME escribió: "Este es uno de los trabajos más importantes de Scorsese. La música popular de los años veinte, las canciones de los nativos americanos y la partitura de blues de Robbie Robertson ayudan a redondear este notable western, una película que perdurará en la mente de su público durante mucho tiempo".
