Las peores películas de 2017

DE LO MALO LO PEOR

Las peores películas de 2017

Terror, acción, blockbuster, independiente… el cine malo no conoce género, no tiene especial afinidad con un estilo determinado, nunca sabes por dónde va a salir. A lo largo de un año hay mucho sitio para el cine que decepciona en lo personal o en general. El cine malo amigos, el cine aburrido, siempre está ahí acechando.

Estas han sido las peores películas del año para nosotros.

The Maus

Vista en el pasado festival de Sitges, la película de Yayo Herrero es un sonrojante retrato sobre la pesadilla y la resaca de la guerra desde el punto de vista más inocuo, torpe e insípido que una peli de género se pueda permitir. Quiere ir de autoría total, pero no es más que un desastre en un DCP.

Musa

El regreso de Jaume Balagueró debía estar a la altura tras el error de base de [REC]: Apocalipsis. Si tenemos en cuenta el interesante trabajo de su colega Paco Plaza con Verónica, el dolor de Musa es aún mayor. Balagueró podría estar pidiendo ayuda. O solo un poco perdido. Sabe, puede y debe hacerlo mejor.

Mom and dad

Como broma se agota rápido y vive de un par de puntos muy cachondos. El resto es mediocridad, cobardía, lío, horrible realización y el Cage más desatado de 2017. La forma de ver el cine de Brian Taylor caducó entre Gamer y Ghost Rider. Una lástima.

Las peores películas de 2017

Still Born

Ensalada de tópicos de marca blanca precocinada que se enfría rápido, y es una pena. Por momentos recuerda al cine más psicótico de los 80, pero se comporta como si quisiera huir de esas formas.

Replace

Richard Stanley es co-guionista de la peli, pero pasada la primera hora de rigor, Replace te pondrá muy difícil no salir huyendo de la sala de cine.

Transformers: el último caballero

Rey Arturo no era la peor película sobre la leyenda que se ha visto este año.  Bay firma la peor película de su filmografía dejando claro lo cansado que está del asunto.

Inconexa, sin guión, sin personajes, sin actores, Transformers duele cuando, además, deja claro el potencial que aún tenía por delante.

Una herida artísticamente letal de la que no se recuperará por mucho que hayan avanzado algo en la siguiente entrega: no la querrá ver nadie.

Dolor y dinero, sí: el nuestro.

Dunkerque

A lo mejor, si los personajes fueran personajes y no clones idénticos no me habría liado tanto. A lo mejor, si hubiera alguna progresión dramática empatizable, habría sufrido más. A lo mejor esperaba otra cosa, pero lo que he visto parecía la mejor biblioteca de planos recurso de la historia del cine bélico.

Nolan se queda a las puertas de las dos horas porque en realidad no había mucho que contar. Eso sí, ideal para llevar a tu padre y a tu suegro al IMAX.

A 47 metros

La peli de tiburones de Dimension. Para lo malo y para lo peor, todos sus tics están presentes. Podría haber raspado un aprobado de haber sido valiente y marcarse un final fabuloso, pero no hubo huevos. The Shallows es infinitamente mejor, visualmente más atractiva e infinitamente más aterradora. Y eso que en teoría nada puede ser más aterrador que la profundidad total. Un meh como un piano.

La seducción

Balas de fogueo en medio de una guerra. Mi querida Coppola se acobarda y se limita a narrar los hechos sin querer meter el dedo en esa herida que no se cierra nunca. Tan fría como esperaba, pero mucho menos intenso de lo que deseaba.

Decepción.

En realidad nunca estuviste aquí

Jonathan Ames lo contaba con palabras en lugar de con imágenes. La apuesta autoral torpedea el material original, dando una vuelta interior que se agradece por momentos para terminar en el tedio absoluto.
El desenlace añadido (el relato no acababa) falla por partida doble.
El relato de Ames tampoco terminaba muy bien, pero su escasa extensión y la velocidad imparable de acontecimientos lo hacía mucho más vibrante, sin tiempo para el bostezo.
Una de las decepciones personales de este año.

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