Los trabajadores pretenden alterar el equilibrio de poder en la industria canadiense del videojuego

Los trabajadores del sector de los videojuegos de Quebec, bajo la bandera de Game Workers Unite Montreal, se han asociado con el sindicato canadiense Confédération des syndicats nationaux (CSN) en un esfuerzo por mejorar la industria. Juntos están lanzando una campaña sindical para formar un sindicato provincial de trabajadores de videojuegos de Quebec. Según GWU Montreal, Quebec acoge a casi 15.000 trabajadores de estudios como Behaviour Interactive, Ubisoft, Warner Bros. Games, Electronic Arts y Gameloft, lo que la convierte en un semillero para la industria y sus trabajadores.

Juntos, esperan hacer no sólo de uno o dos estudios un lugar mejor para trabajar, sino de todos ellos. "Al público en general le encantan los juegos y los consume a diario, pero no tiene ni idea de cómo se hacen ni quién los hace", explica a Polygon Marie, guionista de videojuegos. (Marie pidió ser identificada sólo por su nombre de pila porque su empleador no sabe que se están organizando). "Es una oportunidad para nosotros de llevar esa lucha, ese trabajo que llevamos años haciendo, a una plataforma mayor".

Game Workers Unite ha funcionado durante años como una organización democrática de trabajadores, pero no era en sí misma un sindicato. Ahora eso está cambiando: Con CSN, los miembros de Game Workers Unite Montreal (que abarca todo Quebec, no sólo Montreal) tendrán acceso a muchos más recursos. Los trabajadores se afiliarán a sindicatos individuales vinculados a los estudios, cada uno de los cuales negociará con sus propios empleadores, según explicó a Polygon la presidenta de CSN, Caroline Senneville.

"Esta estructura garantizará el desarrollo de la solidaridad entre estudios, el intercambio de conocimientos colectivos y la colaboración en torno a temas comunes", declaró Senneville. "Los miembros del sindicato podrán decidir colectivamente en torno a qué reivindicaciones se agrupan, al tiempo que se garantiza la autonomía de sus componentes locales. Un sindicato de ámbito provincial da un mayor equilibrio de poder a los trabajadores, ya que forman un grupo más grande. Esto beneficiará a todos, pero especialmente a los pequeños estudios".

Según Marie, la industria del videojuego tiene mucho que ofrecer: es un sector joven y moderno, lleno de gente apasionada y creativa. "Pero quizá el público no sepa que es una industria en llamas", dicen, refiriéndose a los despidos masivos y cierres de estudios que asolan el negocio desde hace varios años; sólo este año se ha despedido a casi 10.000 personas. A ello se suman las brutales cargas de trabajo, los bajos salarios, los horarios crujientes y, en ocasiones, los malos tratos físicos y psíquicos. Rida Hamdani, que antes trabajaba en control de calidad, contó a Polygon que la estabilidad laboral era un problema enorme en ese sector: Si trabajas con un contrato, puedes tener trabajo una semana y no tenerlo la siguiente.

Con el CSN, la GWU de Montreal se convertirá en un destino más importante para las respuestas de ayuda. "¿Cuáles son las normas de las condiciones de trabajo?" dijo Hamdani. "¿Cuáles son las leyes laborales? ¿Es esto normal? Son cosas que llevamos haciendo desde hace tiempo, pero con la ayuda del CSN, va a ser más fácil que los trabajadores de la industria del juego tengan acceso a esa información y a ayuda legal para conocer sus derechos."

La capacidad de negociar contratos sindicales también permitirá a los trabajadores convertir esta información en un cambio real.

Puede resultar fácil separar al trabajador del producto -en este caso, los videojuegos-, pero Marie y Hamdani esperan que la campaña sindical ayude a humanizar la industria. Quieren que los jugadores comprendan que la sindicalización no sólo afecta a los trabajadores y a sus medios de vida, sino al propio juego. No sólo es lo éticamente correcto apoyar el derecho de otros seres humanos a un trabajo seguro y equitativo, sino que también repercutirá en los juegos que se fabriquen.

"Si la industria sigue por el mismo camino de los últimos años, con cierres de estudios y proyectos de juegos cancelados por despidos masivos, será una gran pérdida para los jugadores", afirma Marie. "A los jugadores les interesa informarse sobre cómo se hace un juego. ¿Quién hace los juegos y en qué condiciones? Es una industria creativa, y la industria descansa sobre las espaldas de los trabajadores".

"Los creadores de juegos merecen el mismo respeto que los propios juegos", afirma Hamdani.

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