Morgan Freeman describe el Mes de la Historia Negra y el término "afroamericano" como "un insulto"
Morgan Freeman ha declarado que considera el Mes de la Historia Negra y el término "afroamericano" un "insulto".
El actor concedió una rara entrevista a la revista Culture de The Sunday Times en la que habló de sus opiniones sobre la raza.
"Hay dos cosas que puedo decir públicamente que no me gustan. El Mes de la Historia Negra es un insulto. ¿Van a relegar mi historia a un mes?", cuestionó.
"Además 'afroamericano' es un insulto. No suscribo ese título. Los negros han tenido diferentes títulos desde la palabra con "n" y no sé cómo estas cosas tienen tanto tirón, pero todo el mundo usa 'afroamericano'".
Y continuó: "¿Qué significa realmente? La mayoría de los negros de esta parte del mundo son mestizos. Y se dice África como si fuera un país cuando es un continente, como Europa". Como punto de comparación, mencionó que la gente habla de italianos-americanos o irlandeses-americanos en lugar de describirse a sí mismos como euroamericanos.
En otra parte de la entrevista, Freeman habló de la importancia de la representación en la pantalla. Empezó a actuar en los últimos tiempos del Código Hays, una lista de censura sobre lo que se podía mostrar en las películas que prohibía, entre otras cosas, "ridiculizar al clero" y las relaciones interraciales. Se abolió en 1968.
"Cuando yo era pequeño no había un 'yo' en las películas", dijo. "Si había un negro en una película era gracioso. Hasta que llegó Sidney Poitier y dio a los jóvenes como yo la idea de que 'vale, sí, puedo hacerlo'".
Más tarde dijo: "El cambio es que ahora participa toda la gente. Todo el mundo. LGBTQ, asiáticos, negros, blancos, matrimonios interraciales, relaciones interraciales. Todos están representados. Ahora los ves a todos en pantalla y eso es un gran salto".
El papel cinematográfico más reciente de Freeman fue en Una buena persona, de Zach Braff. La película cuenta la historia de Allison (Florence Pugh), que sufre un accidente de coche en el que mueren la hermana de su prometido y el marido de éste. Ella y su prometido se separan un año después, pero ella mantiene una amistad con el padre de él (Freeman), explorando las complejidades del duelo, la adicción y, como sugiere el título, lo que hace que una persona sea buena.
La película ha recibido críticas dispares. En una crítica de dos estrellas, NME escribió: "Si bien Pugh y Freeman hacen todo lo posible con un par de interpretaciones llenas de matices, sus complejos personajes se ven defraudados por un guión débil de Braff, que presenta ideas interesantes pero no acaba de hilvanarlas, confiando en cambio en la exposición constante que carece de cualquier sutileza real".
Desgraciadamente, "Una buena persona" no será el mejor logro de Braff, y aunque Pugh y Freeman hacen buenos papeles con lo que se les da, ni siquiera ellos pueden salvar este esfuerzo desigual del fracaso".